El reto de Cuerda Viva es mostrar lo diferente

En la gala de premiaciones del Festival de Música Alternativa del pasado año Ana María Rabasa, directora de Cuerda Viva, recibió el Premio Programa de Excelencia de la Televisión Latinoamericana. Muchas fueron las razones para que el Instituto Latino de la Música, que preside el cubano Daniel Martín, otorgara tan alto reconocimiento a este espacio televisivo que ya lleva 18 años en pantalla.

Según nos cuenta su directora, el proyecto surgió cerca del año 2000 con el objetivo de promover el quehacer de los músicos que no tenían gran visibilidad en ese momento, cuando no se veían en pantalla géneros como la trova, el rock, el hip hop o la música electrónica, que se dio a conocer en Cuerda Viva.

“Todavía falta mucho por hacer. Tengo muchas insatisfacciones. Lo principal es que en la Televisión Cubana entiendan por qué existe Cuerda Viva. Es muy difícil y cuesta mucho promocionar este espacio. Siempre estamos cambiando de Canal y de horario”, explica la realizadora.

A lo largo de los años, Cuerda Viva ha tenido varios eslóganes como “Tu impulso alternativo” o “Donde la música crece”, a tono con el súper objetivo del espacio. Y es que detrás de cada puesta en pantalla hay un trabajo de pensamiento por parte de un equipo –integrado entre otros por la directora asistente Lioba Josefa, el productor general Pedro Díaz y Cari Rojas, la guionista– siempre dispuesto a lograr un programa que parece filmado en un teatro y no en un estudio de televisión. Para Ana eso es un misterio bien complicado de entender.

“Son muchas noches enteras pensando ¿qué voy a hacer?, ¿qué voy a mostrar? Porque el reto de Cuerda Viva es eso: mostrar lo que es diferente, lo que no está en pantalla, mostrar lo que no está en la calle y hacer un espectáculo que la gente entienda y, a la vez, le guste sin perder mi estilo y lo que me preocupa decir. Tengo un público alternativo que sigue Cuerda Viva y eso para mí es importante, no puedo traicionarlo poniendo algo que no le interese”.

Varios han sido los conductores que han pasado por este espacio televisivo. En opinión de Ana, todos muy buenos, cada uno en su especialidad: unos son locutores; otros, actores o cantantes. El primero de ellos fue Roberto San Martín Pérez, quien acuñó la frase: “Un programa chiquitico así, pero tiene de todo”. Después estuvieron el presentador Abel Álvarez, Luis Silva, la actriz Solange, muy popular por el programa infantil La Sombrilla Amarilla. A ella le siguieron la cantautora y actriz Aurora de los Andes Feliú, Edgar (rapero del grupo Doble Filo), el actor Lester Martínez, Ariana Álvarez, Magguie (vocalista de Qva Libre), Alex (el actual conductor de Sin Límite), Jorge Ferdecaz, Sheryl Saldívar, Yadira Otero y ahora están Annie Garcés y Jesús Barrios. Geovani García, en la sección Cuerdología, es el encargado de presentar las bandas más populares de música alternativa. Recientemente Ana tuvo como invitado el actor y cantante Ray Cruz (el Manuel de la gustada telenovela Entrega).

“Estoy probando a varios presentadores porque quiero hacer algunas renovaciones en el espacio, buscar frescura y gente que le aporte algo nuevo al programa y se identifique con él”, confiesa la directora.

Muy satisfactoria ha sido para ella la relación de trabajo con el profesor Mario Masvidal, a quien llama cariñosamente Mayito, el joven viejo o el viejo joven de ese espacio televisivo. “Siempre estamos hablando de cómo vamos a ver el programa con veinte años en pantalla. Increíblemente hay agrupaciones que nacieron con Cuerda Viva. Me sorprende mucho cuando un músico me dice que ve el programa desde que tenía siete u ocho años y se presenta con una banda para darse a conocer en televisión. Eso es bonito y me ha pasado con muchachos que nacieron hace 18 o 20 años y hoy integran agrupaciones que están nominadas al Festival de Música Alternativa 2020”.

Aunque todavía están muy lejanos en el tiempo los días de su jubilación, Rabasa anhela encontrar a un realizador joven, que pueda ir preparando para que en el futuro mantenga vivo el legado de este programa.