28 de marzo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Evocaciones en el aniversario 70 de la Televisión en Cuba (I)

En La Habana se hizo realidad la magia de la televisión en la Mayor de las Antillas
aniversario 70 de la Televisión en Cuba

aniversario 70 de la Televisión en Cuba

El venidero mes de octubre del 2020 se celebra el aniversario 70 de la fundación de la Televisión Cubana, surgida a mediados del pasado siglo XX. En Cuba celebramos esta importante fecha al ser entre los países latinoamericanos uno de los pioneros en contar con transmisiones televisivas. Desde esa época, como ha sucedido a lo largo de la historia de cualquier otro medio artístico, se han realizado acá programas buenos, otros muy buenos, algunos excelentes, otros regulares, malos y algunos muy malos.

Recuento histórico

El 24 de octubre de 1950, el animador, empresario y productor Gaspar Pumarejo Such, dueño de Unión Radio, inauguró el Canal 4 de televisión desde el patio de su casa, en la calle Mazón, número 52, esquina a San Miguel, en Centro Habana, donde hoy día radica el Canal Habana; así nacía la Televisión Cubana.

Las primeras imágenes en nuestra TV se vieron a través de las pequeñas pantallas de 17 pulgadas colocadas en distintas vidrieras de las tiendas y comercios de La Habana. Según cuentan, se emitieron entonces el comercial de una cajetilla de cigarros de la firma Competidora Gaditana, con un fondo musical con la composición de una guaracha de la autoría del compositor Ñico Saquito. Seguidamente, fueron transmitidas las felicitaciones del presidente de la República, Carlos Prío Socarrás, al empresario Gaspar Pumarejo, a los técnicos y al pueblo en general.

Según recoge la historia, el primer rostro que registró las cámaras en las pantallas de la TV fue el de la gran estrella cubana María de los Ángeles Santana presentando la orquesta de los Hermanos Palau. A continuación hubo un festín donde grandes estrellas, algunas del cine mexicano como Pedro Armendáriz y otras cubanas, como Raquel Revuelta y Carmen Montejo, residente en México, compartieron con el público invitado.

La Santana y su esposo Julio Vega en los años 40 del siglo pasado, de visita a los Estados Unidos estuvieron en un estudio de TV y él, viendo el rostro de su esposa en pantalla, decidió mostrar este invento maravilloso en La Habana. Así se buscaron recursos y apoyo para hacer una prueba de estudio en un circuito cerrado desde el edificio de la agencia Dodge-De Soto, en La Rampa, en 23 y P.

Para Goar Mestre, dueño del circuito radial CMQ, esto significó un golpe duro. Había construido Radiocentro, en 23 y L, en el Vedado –esquina que sería el corazón de La Habana–, lugar para albergar los más sofisticados estudios de la radio y la televisión del continente americano. Desde el monumental edificio –el primero con aire acondicionado central en la Isla– había anunciado que en un plazo de tres años CMQ comenzaría a operar la televisión en Cuba.

Mestre contaba con el financiamiento de la fábrica de televisores Dumont y del mexicano Emilio Azcárraga, además del apoyo técnico de la agencia cinematográfica Warner Brothers. En 1946, con la ayuda de esas empresas, se emitieron las primeras señales televisivas desde un estudio improvisado en el edificio en que hoy día radican el Canal Educativo y el Educativo 2.

¿Cómo fue posible que Pumarejo, subordinado de Mestre en CMQ, casi sin recursos, se le adelantara y lanzara la TV en Cuba?

El primero en llegar y triunfar en esa batalla fue Gaspar Pumarejo consiguió ganarle a Goar Mestre, una gran batalla cuando el 24 de octubre de 1950 a las 12.30 del mediodía, logró salir al aire desde los estudios improvisados; en la propia casa de Pumarejo, se realizó el primer control remoto desde el Palacio Presidencial con las palabras del presidente Prío.

Mestre, graduado de negocios en la prestigiosa Universidad de Yale, no podía entender cómo el autodidacta Gaspar Pumarejo, desde el patio de su propia casa, había logrado lanzar un canal de televisión. Pero Pumarejo sabía vencer obstáculos; había sido comerciante y vendedor de telas en la calle de Muralla; fue cantante de tangos y, a base de ganarse la vida, había entrenado la sonrisa y logrado convertirse en el imprescindible de la Radio en Cuba. El vasco que había llegado a la isla con 8 años había aprendido a batallar, a competir y a triunfar. Había logrado que la firma Crusellas S.A. lo colocara de animador del programa estelar de la época, Fiesta Radial Jabón Candado.

Cuando Goar Mestre compró la CMQ contrató a Pumarejo como su jefe de programación. Pero el carismático animador era ambicioso. Apenas un año después adquirió Unión Radio y se convirtió en la competencia de CMQ, con el apoyo de la RHC, Radio Cadena Azul, de Diego A. Trinidad, El magnate de los cigarros “Trinidad y Hermano”. En 1950, con el surgimiento de la televisión, gracias a las iniciativas de los hermanos Enrique y Gaspar Pumarejo Such y los hermanos Abel, Luis Augusto y Goar Mestre Espinosa, surgieron los dos monopolios transnacionales de la electrónica: la RCA Víctor y la Dumont. Estos introdujeron en el país los primeros equipamientos para los estudios de TV, los trasmisores, los controles remotos y los equipos de televisión y telerreceptores que entraron a cada hogar cubano.

El 18 de diciembre de 1950 saldría al aire el Canal 6 CMQ Televisión, de Goar Mestre, con un programa dramático escrito por Marcos Behmaras y protagonizado por Alejandro Lugo. Mestre respetaba a los creadores. No censuraba casi nada y contaba con tres poderosas publicitarias que producían programas: Siboney, Crusellas y Sabatés.

Un control remoto de Grandes Ligas y otras emisiones

Más tarde vinieron las transmisiones desde el Estadio del Cerro de los juegos de pelota. Las transmisiones por control remoto –utilizando un globo aerostático– en un encuentro de las Grandes Ligas patrocinado nada menos que por la petrolera Esso Standard Oil. Dada la falta de estudios, el canal 4 se especializaría en transmisiones en remoto de la lucha libre, el boxeo y algunos espectáculos, así como de teatros que se adaptaron, acondicionaron y convirtieron en espacios habituales para programas dramáticos y de otra complejidad para beneplácito de los televidentes cubanos.

Gaspar Pumarejo creó Hogar Club, organización que agrupó a cientos de miles de amas de casa y rifaba autos y casas. De esta manera, en 1957, este genio de la publicidad realizó en el estadio del Cerro el Festival 50 años de Música Cubana, reencuentro de los artistas cubanos residentes en el extranjero, junto a boricuas como Tito Puente y Tito Rodríguez, el bolerista chileno Lucho Gatica, de gran arraigo popular en aquellos momentos.

Para este monumental espectáculo, Pumarejo mandó a buscar desde Francia a Humberto Cobo, Rudy Castell, Antonio Picallo y Raúl Zequeira. De España trajo a los cubanos Antonio Machín, Raúl del Castillo y la pianista Zenaida Manfugás. Desde Turquía trasladó a Mariano Barreto; desde México, a Gilberto Urquiza y Everardo Ordaz. Desde Estados Unidos vinieron Mario Bauzá, René Touzet, Vicentico Valdés y Gilberto Valdés.

Cuba se abre al mundo de la televisión

La fuerte competencia entre Goar Mestre y Gaspar Pumarejo contribuyó a que Cuba pudiese exportar técnicos de televisión y libretos de telenovelas a todo el continente latinoamericano, y a que La Habana se convirtiera en La capital de la música popular. El gran cantante Nat King Cole vendría a grabar con la orquesta del Maestro Armando Romeu. Edith Piaf, Frankie Laine, Sarita Montiel, Johnnie Ray, Pedro Vargas, Katyna Ranieri y otras estrellas de la música internacional se presentarían en los mejores cabarés como Montmartre, Tropicana y Sans-Souci, gracias a la presencia de nuestra televisión en países de Iberoamérica.

En 1958 Cuba contaba con 25 transmisores de televisión con una potencia de 150.5 kw instalados en su capital, La Habana, y en las provincias Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Existían tres cadenas nacionales con siete transmisores cada una: CMQ Televisión, Unión Radio Televisión y Telemundo. Los tres transmisores restantes estaban instalados en La Habana y uno en la provincia de Camagüey.

Vista de las calles 23 y L, en el céntrico Vedado habanero, otrora sitio de la sede de los estudios de CMQ Televisión, en Radiocentro, y del cine Warner. Hoy se encuentran allí el cine Yara y el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
El productor y empresario Gaspar Pumarejo a la izquierda, pionero de la televisión en Cuba, con el entonces presidente Carlos Prío Socarrás.
Las primerísimas actrices María de los Ángeles Santana y Raquel Revuelta. La primera fue el primer rostro que saliera al aire en la trasmisión inicial de la televisión en Cuba.
Arturo Yánez, en Telemundo CMA-TV Canal 2 de la televisión cubana.
El destacado pintor cubano Wifredo Lam presentándose en Unión Radio Televisión en el año 1952.
Una caricatura de la época que representaba la batalla por el dominio del medio televisivo en Cuba.
A la izquierda, el productor y empresario Gaspar Pumarejo, pionero de la televisión en Cuba, con el entonces presidente Carlos Prío Socarrás. Este último aparece en la foto de la derecha mirando por la cámara.
A la izquierda, la imagen publicada en el Periódico Avance, el 29 de septiembre de 1954, de la transmisión de pelota desde un avión. En la imagen a la derecha se muestran los técnicos que permitieron la emisión televisiva cubana de la Serie Mundial de Béisbol en 1955.
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