Guillermo Piñeiro: “puedo garantizar que la radio no va a desaparecer”

Hablar del programa Así, de la radio cubana, implica orgullo. Inmediatamente algunos pensarán en la exclusividad de Franco Carbón y algunas de sus frases más conocidas en el éter como “ágil, sagaz, informativo, este es Así, tu programa preferido”, o en su música sin etiqueta capaz de complacer a los amantes de la trova, el jazz, la romántica y hasta un buen danzón.

Laureado en todo tipo de eventos -el más cercano, la Segunda Convención de Radio y Televisión Cuba 2015-, el espacio ya vive su año 31 con la clarividencia de estos tiempos digitales que lo incitan a mantener su propuesta enfocada en la promoción de lo mejor de la cultura cubana, sin olvidar lo contemporáneo.

Para conocer por dentro a la revista, nos acercamos a su director por casi dos décadas. El reconocido realizador Guillermo Piñeiro, todo un hombre-orquesta si de radio se trata, nos presenta un poco del antes y mucho del ahora de Así.

¿Qué distinguió a esos primeros programas?

Cuando se pensó en el espacio corrían los tiempos del boom de la salsa y el director de entonces (Alberto Fernández) hizo todo lo contrario, se decidió por la música romántica tanto nacional como internacional. Desde entonces, nuestra principal herramienta es la música y esta ocupa un lugar importante durante las tres horas de programa, de 4:00 p.m. a 7:00 p.m.

Con total garantía puedo decir que he mantenido esa política durante los 19 años que llevo dirigiendo. Soy fundador del programa como editor y grabador, y eso me dio la posibilidad de sentir el programa desde sus inicios. Vi que era muy coherente.

Teníamos a uno de los mejores locutores que ha dado la radio de todos los tiempos: Franco Carbón, también a Dulce María Corbelles, quien le imprimió un ritmo como el que se quería en esos momentos para Radio Rebelde. La emisora tenía un ritmo inédito para aquella época, pues contábamos con Gladys Goizueta, César Arredondo, Ana Margarita Gil.

De los primeros tiempos recuerdo varios momentos especiales como la inauguración Escuela Internacional de Cine de San Antonio y la transmisión unas palabras de Fidel en vivo. Por la cabina pasaron personalidades como Gabriel García Márquez, Fernando Birri, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Luis Eduardo Aute.

¿Cómo se lograban estas entrevistas casi exclusivas?

Alberto tuvo una ventaja: venía de Radio Habana Cuba y tenía muchos contactos. Recuerdo que durante el lanzamiento en España de los discos Causas y azares y Querido Pablo se entrevistó a ambos cantautores vía telefónica, pues se encontraban en el país ibérico. Esto le dio un mérito al espacio.

¿Cómo fueron sus inicios en el programa? ¿Es cierto que cuando se lo propusieron no quería asumir la dirección?

Cuando los directivos de la emisora me proponen asumir el programa, mi primera reacción fue que no quería. Debía saber de todas las artes: el teatro, el cine, la literatura, se abría todo el abanico, y si bien me gustan todas realmente no tenía todo el nivel informativo necesario. Como todo comienzo fue difícil pero ya trabajaba con Franco en el programa Sonido de la madrugada y eso salvó un poco la situación.

Al principio introduje nuevas secciones más frescas, pero dejé otras que me parecieron importantes mantener. Una de las novedades fue hablar de la música en el cine y como siempre he tenido mucha suerte en la vida, por el segmento pasaron artistas como José María Vitier, Edesio Alejandro, quienes ofrecieron grandes conferencias.

Esta experiencia resultó muy atractiva porque era el contacto con la gente era directo y ahí se me ocurrió que podíamos dar clases de música por radio, todo muy didáctico. Y los maestros Tata Güines, Richard Egües, Chucho Valdés, Frank Fernández, Cachao y otros músicos se nos unieron a la idea. De ahí nacieron hasta fonogramas. Claro, gran parte de esas descargas se perdió, pues entonces se grababa en cintas magnetofónicas que no se conservaron.

Por ejemplo, en las artes plásticas empezamos el segmento con José Delarra, excelente escultor y monumentalista cubano. Cuando falleció trajimos a Fuster y ahora a Maikel Herrera. “Identidad, cultura y patrimonio” es otro de los espacios que tenemos durante la semana, con la conducción del vicedecano de la facultad de Historia, Antonio Álvarez Pitaluga. Mientras que, para hablar de danza, contamos con el historiador del Ballet Nacional de Cuba.

¿Cuál ha sido el momento más terrible?

Al enfermarse Franco Carbón. Ahí, el espacio empezó a declinar un poco. Me resultaba difícil pensar que yo fuera capaz, sin Franco, de mantener el espacio. Pedro Martínez Arco se me había acercado y me había comentado que quería trabajar conmigo; la estrategia fue sentarlos juntos durante la programa de verano para que las personas se fueran familiarizando. Así el cambio no era tan brusco.

Entonces me jugué una sola carta: debía mantener el contenido y variar la forma. Y escogí un nuevo tema de presentación, despedida y una cortina musical para tener un gancho mejor.

En estos tiempos de constantes avances tecnológicos, Internet se ha robado muchos de los espacios de los medios de comunicación. ¿Cómo puede la radio atemperarse a la contemporaneidad sin ceder terreno?
Hace unos años transmití por radio las incidencias de un ciclón. Estuve en la cabina 15 horas dirigiendo una red de periodistas y corresponsales para informar al pueblo sobre la trayectoria del evento natural. Lo hicimos por celular porque los teléfonos fijos estaban imposibles. Nunca me había sentido tan útil en la radio.

En aquel momento me di cuenta que podía venir lo que fuera en la tecnología, puedo garantizar que la radio no va a desaparecer. Vengan los adelantos que vengan, ella se va a insertar.

Actualmente salimos por AM, FM y en audio real por internet para el mundo entero. Con estos servicios, uno no calcula hasta dónde puede llegar. Tenemos además una página en Facebook, la segunda más vista de la emisora, lo cual apoya la idea de ampliar y diversificar nuestras audiencias.

Claro, no es un mérito personal sino colectivo, y tratamos de visualizar los temas de las secciones y los colaboradores con atractivas imágenes, videos y hasta ilustraciones. Hay que ir con los tiempos.