16 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Los programas de participación en la televisión cubana

Históricamente, estos espacios han sido del agrado de los televidentes
Que siempre brille el Sol

Los programas de participación Que siempre brille el Sol

Desde la aparición de la televisión en nuestro país, hace casi 70 años, el público ha disfrutado de diversos programas: dramáticos, seriados, musicales y humorísticos e informativos, entre otros. Hoy queremos referirnos a los programas de participación que irrumpieron en las pantallas tempranamente y fueron desde sus inicios muy bien recibidos por la crítica y la teleaudiencia.

En la radio ya habían aparecido algunos. Me voy a referir a los más populares: El programa de José Antonio Alonso y La Corte Suprema del Arte, que se dedicaban a buscar nuevos talentos. Tenían una gran audiencia, de ellos no solo salieron cantantes, sino también figuras relevantes de diferentes géneros artísticos. Podemos mencionar, entre ellas, a Rosita Fornés, Caridad Cuervo, Aurora Basnuevo, Mario Limonta, Alden Knight, Asseneh Rodríguez y Héctor Quintero, entre muchos otros.

En 1955, ya con la televisión en pleno desarrollo, el propio José Antonio Alonso hace la propuesta de lanzar por TV el programa que había salido por la radio y que tanto gustaba al público. Fue aprobada su propuesta y así El programa de José Antonio Alonso salió al aire por el Canal CMQ (Canal 6) a las 8:00 de la noche, con una frecuencia semanal. Sus concursantes que resultaban ganadores eran llamados “estrellas nacientes”. El programa llegó a tener tanta popularidad que se transmitió diariamente. A los ganadores se les asignaban profesores para su superación profesional.

Como siempre ocurre, comenzaron a aparecer en las parrillas de la televisión diferentes espacios con estas características. Recuerdo Tic Tac Ford, Aquí todos hacen de todo y Stadium de los postres Royal, animado por la inolvidable Eva Rodríguez. Todos estos programas hacían regalos a los ganadores.

Queremos mencionar otros programas de este tipo ya más cercanos a las generaciones actuales. Retomando un poco La Corte Suprema del Arte, pero solo para cantantes, surge en la televisión Todo el mundo canta, con la participación de la musicóloga María Álvarez Ríos.

De ese programa también surgieron cantantes que hoy todavía gozan de gran popularidad, como Maureen Iznaga, Sergio Farías, Millán Zuaznabal, Liuba María Hevia, Narciso Suárez y Mayra Caridad Valdés, entre tantos. Dentro de esta gama de espacios, también disfrutamos de Mi Salsa, dedicado a grupos de música popular, con una sección nombrada Buscando el sonero, a partir de la cual fueron descubiertos grandes exponentes de ese género.

En este tipo de programación no se olvidaron de los niños, y es así como surge el concurso de la canción infantil Que siempre brille el Sol, creado por el director Luciano Mesa y su compañera en la vida Virginia Wong, cuyas canciones han enriquecido el caudal musical para los más pequeños de casa. Para los niños también se creó el espacio competitivo A Jugar, auspiciado por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder). En las emisiones participaban diferentes escuelas primarias de la capital.

Gracias a la iniciativa de hace pocos años impulsada por el grupo teatral La Colmenita, creada por Carlos Alberto, Tin, Cremata y su madre Iraida Malberti, nació el concurso televisivo La Colmena TV, cuyos ganadores pasan a integrar el elenco afamada compañía infantil.

Hubo, entre tantos, otros dos programas que llenaron un gran vacío: ¿Qué traigo aquí?, escrito por ese gran humorista que fue Enrique Núñez Rodríguez y que consistía en que un panel de expertos adivinara qué traían los concursantes. Fue un programa muy agradable y divertido, al igual que otro con un nombre parecido, ¿Que dice aquí?

No puedo dejar de comentar un concurso que rompió récords de teleaudiencia: 9550. Su nombre se escogió por la distancia en kilómetros que separa a Cuba de Rusia y el premio para el ganador era obviamente un viaje a la ex Unión Soviética. El primer ganador fue un compañero nuestro del Inder, el periodista deportivo Edel Casas; este concursante era un erudito del béisbol, después vinieron otros participantes de otras especialidades.

Los programas de este tipo no han dejado de abundar en nuestra televisión. Posterior a los de los cantantes, surgió una idea que llevó a cabo Eduardo Cáceres Manso, Para Bailar, que surgió en la década del setenta. Este motivó a los jóvenes y a toda la familia. Salía al aire los domingos a las dos de la tarde. Su objetivo era rescatar los bailes un tanto olvidados, especialmente los autóctonos cubanos, por la influencia que existía de géneros musicales foráneos como el rock and roll.

También el espacio pretendía sobre todo rescatar el baile en pareja. Rompió los ratings de audiencia en el país. Era una gran competencia que duraba semanas y hasta meses. De ese concurso surgieron Rebeca y Miguel Ángel, Nieves y Alfredo, Los Santos y Los hermanos Francia, entre otras parejas de bailarines. Hay algo que distinguió este proyecto: algunos de los animadores, todos jóvenes, nunca habían actuado en televisión, pero lo hicieron muy bien. De ellos todavía están en pantalla Mara Roque y Néstor Jiménez.

El año 1978 fue de felicidad para los cubanos, celebramos en Cuba el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Entonces surge, para esta autora, uno de los programas que más orgullo le ha dado al movimiento musical de nuestro país el Concurso de Composición e Interpretación musical “Adolfo Guzmán. Se celebró por primera vez desde el 28 de junio al 2 de julio. Su objetivo fue dar a conocer a autores e intérpretes noveles, así como también a otros ya consagrados.

Los organizadores quisieron, de esta manera, rendir homenaje a uno de los más prolíferos compositores y directores de orquesta: el Maestro Adolfo Guzmán, que había fallecido en julio 1976, cuya abundante obra aún es abordada por las nuevas generaciones de cantantes. Entre las más conocidas están: “No puedo ser feliz”, “Te espero en la eternidad”, “Es tan fácil mentir”, “Profecía”, entre otras tantas.

Este afamado concurso, de momento, se apagó. En al año 2000 reaparece, después de diez años, y fue recibido con mucha alegría por autores, intérpretes y por la población. Recuerdo con mucho agrado que “Mariposa”, de la autoría de Pedro Romero, obtuvo el Gran Premio del Concurso “Adolfo Guzmán”, interpretada y defendida maravillosamente por La Musicalísima Beatriz Márquez, que una vez más hizo gala de su calidad interpretativa y maravillosa voz.

De nuevo llegó el silencio para “Los Guzmanes”, como popularmente los bautizó el pueblo. En 2019 sale en pantalla una nueva edición del certamen, bajo la dirección general de Manolito Ortega, un joven realizador que ya había demostrado su talento para asumir este tipo de proyectos audiovisuales, con la puesta en pantalla de Bailando en Cuba, Sonando en Cuba y La Banda Gigante.

El Concurso “Adolfo Guzmán” volvió a encantar a quienes tuvimos la dicha de asistir al Teatro Astral, en La Habana, como también los televidentes que disfrutaron de las emisiones televisadas de un espectáculo diferente, majestuoso y excelentemente organizado; con un jurado de lujo, que pasó mucho trabajo para elegir a los ganadores, pues todos eran muy talentosos.

El programa rindió homenaje a grandes de la música cubana de todos los tiempos. El acompañamiento de los concursantes estuvo a cargo de La Banda Gigante, donde los jóvenes músicos demostraron su profesionalidad, bajo la dirección de ese excelente músico, arreglista y director Carlos Gaitán.

Dos programas recientes de Cubavisión, Sorpresa XL (con emisiones en la tarde del sábado) y Talla Joven (domingo a las 12 del mediodía), son dos ejemplos de programación musical y participativa para entretener a nuestra población, sobre todo la juventud.

Que siempre brille el Sol estuvo dirigido por Luciano Mesa
Que siempre brille el Sol estuvo dirigido por Luciano Mesa
Alfredo y Nieves, ganadores del programa Para Bailar.
Alfredo y Nieves, ganadores del programa Para Bailar.
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