Músicas en los hogares por el bien social
Chucho Valdés
En la Mayor de las Antillas las personas cantan, mueven el cuerpo, disfrutan sonoridades, ritmos diferentes con el ánimo presto a entonar textos que interpretan de acuerdo a sus aficiones y gustos. Captar el interés de los públicos hacia las calidades artísticas y culturales es una prioridad de las instituciones culturales y los medios de comunicación audiovisuales.
Por el nuevo escenario impuesto por la incidencia global de la COVID-19 se han suspendido espectáculos en teatros, presentaciones en vivo, conciertos en plazas, parques, entre otros lugares. Este es uno de los desafíos que enfrentan directivos y creadores. Ellos son conscientes de que los valores estéticos y éticos no son solo contenidos para diseminar de manera coyuntural, sino también una práctica imprescindible de servicio público dirigida a la sociedad cubana.
Por esto existe consenso entre las instituciones del Ministerio de Cultura y varios organismos para utilizar de manera coherente las plataformas digitales, las emisoras radiales y el Canal Clave en beneficio de la sistemática socialización de músicas, compositores, intérpretes, géneros y estilos. Esta práctica contribuye a la conservación del patrimonio musical, revela informaciones historiográficas para formular políticas editoriales y promociones de estímulo a la labor creativa.
Al privilegiar clásicos imprescindibles y renovaciones contemporáneas en los escenarios virtuales se defiende lo más genuino de nuestra nación. Lo demostró el homenaje al maestro Juan Fomell (1942-2014), a propósito del aniversario 78 de su natalicio. Como parte de la celebración tuvo lugar el estreno, por Youtube, el Canal Clave, Radio Progreso y las páginas de Facebook del Instituto Cubano de la Música y Streaming Cuba, del megaconcierto registrado en el DVD Por siempre Formell (Bis Music), grabado en el Festival de la Timba en 2019.
Sin duda, la postergación de la edición 24 del Festival Internacional Cubadisco para mayo de 2021, debido a las circunstancias sanitarias en Cuba y el mundo, exigía presentar las más recientes producciones fonográficas en los oídos y las miradas de las audiencias. Aunque todavía ninguno de los fonogramas ha sido nominado para el evento, su visualización propicia colocar variadas propuestas ante quienes velan por la riqueza sonora y rítmica de nuestra nación.
En especial, cautiva el resultado artístico del álbum Felicidades, papá. Homenaje a Alberto Vera (Egrem), en el que varios intérpretes rememoran la valía del notable maestro. Exquisita es la recreación, en voz de Beatriz Márquez, de “Igual que yo”, página memorable de la cancionística nacional.
Otras obras fonográficas y audiovisuales como Son para un sonero. Adalberto Álvarez, el concierto, y Miriam Ramos, de raíces y versiones, ambos de Bis Music; además de El espejo, de El Nono y Primera Clase (Sello Unicornio) constatan la variedad de concepciones tenidas en cuenta.
Nunca olvidemos que en la era de la comunicación cultural se transmiten saberes, innovaciones, rupturas, mediante códigos y mensajes, los cuales debemos conocer e interpretar con detenimiento. La promoción contribuye al establecimiento de jerarquías para potenciar lo significativo. En este sentido, ha insistido el maestro Chucho Valdés, compositor y pianista virtuoso en varias ocasiones: “Si el jazz no se conoce, no se disfruta. Intérpretes jóvenes, la mayoría graduados del sistema de enseñanza artística, saben improvisar, los avala una sólida preparación técnica y artística”.
Es preciso seguir estrechando alianzas para que la hegemonía del buen gusto no se distorsione. La música existe en tanto es interpretada y grabada y llega a las mayorías. Tampoco obviemos el video clip y su repercusión, sobre todo en el interés de los de menos edad. Conectarse con el otro, influir en su intelecto y espiritualidad es un propósito de los expertos implicados en esta tarea de amplia connotación en procesos formativos que necesitan nutrirse a diario.
