Recordar es volver a fundar
En otras páginas de esta sección, insistimos más de una vez en la importancia de la preservación de la historia. Un par de viejos asertos aseguran que desconocer el pasado conlleva a repetir errores en el futuro. En la temática que nos ocupa, todo lo que se relacione de un modo u otro con nuestros medios audiovisuales, tal vez el adagio se mueve por otros derroteros. Más que los errores, sería el siempre voraz olvido el que ocuparía el futuro, si el pasado no se asienta.
De ahí que cada título que recupera cualquiera de los caudales del devenir de los medios audiovisuales cubanos, trae consigo un valioso tesoro. En esta ocasión, la editorial En vivo, ofrece el título Hitos fundacionales televisivos. Aproximación histórica en Cuba, de Mayra Cue Sierra. El volumen agrupa una serie de trabajos periodísticos sobre diversos temas históricos de la televisión cubana, muchos de ellos publicados en el sitio digital Cubarte. Ahora resulta una cómoda ventaja el poder disponer de esa información en un solo material.
La autora es una de esas acuciosas investigadoras del ámbito audiovisual en nuestro país. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad de Oriente, posee también otros sólidos grados académicos. Mayra Cue Sierra está diplomada en Marketing e Investigación Social y es Master en Ciencias de la Comunicación. Dentro del ámbito televisivo ha ocupado responsabilidades como guionista, analista de opinión pública, asesora de programas e investigadora. Además, publica regularmente artículos sobre estos temas en plurales sitios del entorno digital y es ponente y conferencista en diferentes eventos teóricos nacionales y foráneos.
No huelga repetir, pues sin duda es un hecho de capital importancia, que la televisión en Cuba fue pionera en el área de América Latina y el Caribe. Además, su gran auge en la década de los cincuenta fue un hito para la cultura de este país. De modo que ese perenne ojo que nos acompaña a diario en casa, tiene larga presencia entre nosotros y, por ende, hay mucho que contar sobre ese viaje.
Hemos hablado de historia y vale la pena hacer aquí una importante aclaración. Este libro, aunque revestido de todo el rigor y la profundidad investigativa de la que hace gala su autora, no es para nada un enrevesado y aburrido recorrido en sucesión de fechas y nombres. Como se dice líneas arriba, es un compendio de artículos periodísticos. Por tanto, es menester subrayar que el ritmo y el ágil uso de los argumentos y reflejos de las situaciones específicas que aborda cada trabajo son una constante.
Para decirlo con las palabras de Hugo Edelqui Cruz en el prólogo, aquí hay una serie de “viñetas y piezas bien ordenadas que conducen inevitablemente a un conocimiento mayor del inquilino que todos desdicen y comentan, que se nos ofrece en ocasiones irreverente, pero necesario, imprescindible compañía de nuestros días (…). Ese personaje que es la televisión de cada hora es la que Mayra ha acunado en sus artículos, la que nos muestra fragmentada y unitaria y nos lleva a descubrir las pequeñas grandezas que encierra. Sucesos y ambientes que muestran un mosaico preciado de laboriosidad, empeño y osadía inmensa en contadas palabras”.
Así pues, entre varios temas, usted podrá saber qué importante papel jugó nuestra inmortal María de los Ángeles Santana en los albores del advenimiento de la televisión a Cuba. Será testigo de las fundaciones de nuestras primeras televisoras; de la llegada de las trasmisiones de la televisión en colores a la Isla; de emisiones inaugurales, avances técnicos y pujas comerciales; del veloz despliegue y desarrollo, tanto tecnológico como artístico, que trajo consigo el nuevo miembro de la familia, que llegó y se quedó. Se habla de también de todos los cambios que acometió la televisión a partir de 1959 y los nuevos contextos donde siguió su desarrollo. La nostalgia por esas estrellas que han quedado en la memoria, los nombres de emprendedores hombres de negocios, más diversas anécdotas y sucesos históricos, entre otros disímiles temas, aderezan todo el texto.
La invitación a leer está hecha. Las pantallas de papel de Hitos fundacionales televisivos esperan por ser abiertas.