6 de diciembre de 2024

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Instituto de Información y Comunicación Social

La edición en la televisión (III)

El poder secreto, nunca revelado, de un oficio mágico
La edición en la televisión

La edición en la televisión

La Zona de Cuadro, muchas veces denominada “aire” en el argot de la composición visual, constituye –para sorpresa de muchos- el signo gramatical más importante y recurrente del lenguaje cinematográfico.

Es una de las armas más poderosas de que se vale el montaje fílmico para sugerirle al espectador la geografía de las interrelaciones dramáticas, lograda por la alternancia de tomas cerradas sobre los sujetos  que interactúan.

Es bueno aclarar, para evitar confusiones futuras, que cuando hablamos en el argot fílmico de sujetos de acción dramática, no necesariamente nos referimos a personas –aunque la conversación o interrelación entre dos o más actores sea la condición más tradicional de las relaciones dramáticas-, porque los objetos –animados o inanimados- muchas veces son sujetos de acción.

Veamos un ejemplo: un hombre apunta con su pistola en una toma, en la otra toma vemos una diana circular; en este caso, “hombre con pistola” y “diana circular” son los sujetos de esa interrelación. Otro ejemplo: en una toma una anciana siente las campanadas de un reloj y mira hacia el mismo, en la otra toma vemos el reloj que marca las 3 de la tarde: “anciana que mira” y “reloj” son los sujetos de la acción dramática.

La línea imaginaria que une a dos sujetos en interrelación se denomina eje de acción o eje de interrelación. El mismo juega un papel trascendental en las leyes generales de posiciones de cámara, que más que leyes de fotografía son leyes de montaje, y constituyen todo un tratado complejo y trascendente de la gramática y la sintaxis del lenguaje cinematográfico.

Muchas personas, erróneamente, llaman “eje de cámara” a esta línea imaginaria que une a dos sujetos en interrelación, lo cual es un disparate franco, porque el eje de cámara es la línea imaginaria que va desde el lente de la cámara hasta el objetivo que la misma filma.

Una vez conocido este aspecto, desarrollémoslo un poco más para redondear la idea de la zona de cuadro como signo gramatical importantísimo.

Podrá parecer sobredimensionada la siguiente afirmación, pero aseguro que no lo es: más del 90% de las interrelaciones dramáticas que se establecen en el cine ocurren entre dos sujetos de acción. Por lo tanto, conocer cómo filmar correctamente desde la perspectiva de las ubicaciones de la cámara, es un tema ineludible si pretendemos revelar los secretos de un buen montaje.

Utilicemos nuevamente el set de “Con 2 que se quieran”1 para explicarnos mejor y entender de una vez, aunque sea de una manera simplificada, las leyes simultáneas que deben conjugarse para obtener una interrelación correcta en cuanto a ubicación geográfica y continuidad.

Geográficamente hablando, en el set el invitado está a izquierda, mirando a Amaury a derecha, y Amaury está a derecha, mirando al invitado a izquierda. Esta disposición de ubicaciones y direcciones de miradas no deben cambiar –al menos injustificadamente- durante toda la conversación, y esa es la base que condiciona los emplazamientos de todas las cámaras y las zonas de cuadro de cada una de las tomas.

Una vez que Amaury y el invitado están en escena, entre ellos se crea una interrelación, definida por el eje de acción.  La ley general de posiciones de cámara establece un principio más que elemental: todas las cámaras deben situarse a un solo lado del eje de acción. Así se garantiza que las direcciones de mirada se mantengan correctas durante toda la charla.

Veamos cómo vería un espectador en la pantalla algunas de estas posiciones de cámara, llamadas en el argot cinematográfico “tomas en over shoulder o sobre los hombros” y “tomas en close up o primeros planos”:

En todas ellas, la invitada mira a Amaury a derecha (2 y 4) y Amaury mira a la invitada a izquierda (1 y 3).

¿Qué pasaría si, por error, colocáramos una de las cámaras al otro lado del eje de acción, tal y como muestra la siguiente figura?

Pues obtendríamos la siguiente situación en pantalla: ambos personajes miran en la misma dirección, además de que parece que la invitada se encuentra situada –al igual que Amaury- a derecha.

Como vemos, una violación de la ley general de posiciones de cámara, trae aparejada consigo dos tristes consecuencias en la continuidad: errónea ubicación geográfica e incorrecta dirección de miradas en uno de los personajes de la interrelación.

Este es un error muy común entre aficionados al cine y, para más desgracia, entre algunos profesionales del cine y la televisión. Un error inadmisible en la escritura fílmica que un montador no debe dejar pasar.

Ahora bien, ¿una correcta ubicación de las cámaras garantiza por si sola – aun cuando las direcciones de mirada estén bien- una correcta ubicación geográfica? La respuesta es: no. Existe otra consideración que, de manera simultánea, debe tenerse en cuenta: una correcta ubicación de la zona de cuadro.

En el caso que analizamos, el “aire” debe ubicarse a la derecha para el caso de la invitada y a la izquierda en el caso de Amaury, porque en esa zona se encuentra la interrelación de cada personaje. La interrelación de la invitada se encuentra a su derecha: es Amaury. La interrelación de Amaury está a su izquierda: es la invitada.

Como vemos, se mantienen –simultáneamente- dos principios básicos a la hora de filmar, en función de un montaje correcto: (1) la misma ubicación de zona de cuadro, aún en tomas más laterales, y (2) las cámaras están ubicadas a un mismo lado del eje de acción o interrelación, garantizando una correcta ubicación geográfica de los personajes –continuidad espacial– y la misma dirección de la mirada –continuidad de acciones-.

Para finalizar este análisis básico de la filmación de dos sujetos en interrelación, diremos que este tipo de tomas, donde las cámaras se sitúan de tal manera que la distancia al sujeto de acción principal se mantiene constante y el ángulo formado entre el eje de cámara y el eje de acción es similar, se denominan tomas correspondientes simétricas o “criss-cross”.

En el próximo artículo analizaremos en detalle la última pregunta formulada: ¿qué pasaría si la posición de cámaras es correcta, pero no así la zona de cuadro?, y veremos también porqué se debe ser tan riguroso en el cumplimiento simultáneo de ambos postulados gramaticales y sintácticos.

Finalmente, aclararemos el sentido del término “criss-cross”, que muchos confunden –y de hecho así le llaman- con otra manera de filmar una interrelación: el “plano-contraplano” o “campo-contracampo”.

(Continuará)

1. “Con 2 que se quieran”, programa de entrevistas a personalidades del universo cultural cubano, producido por MINCULT, ICAIC, ICRT y ACDAM, conducido y dirigido por Amaury Pérez Vidal, fotografiado por Rafael Solís y editado por Manuel Iglesias.

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