Mirian Mier: la misma actitud positiva de siempre
Mirian Mier
Muchas generaciones de cubanos crecieron bajo el influjo de las maravillosas actuaciones de Mirian Mier Vidal. Sus trabajos tanto en radio como en la pequeña pantalla resultan incontables, y aunque en ocasiones el tiempo tiene la capacidad de borrar algunos recuerdos, a mi mente aún llega su voz en la conducción del espacio Nosotras, reconocido baluarte en la consolidación de audiencias.
La aclamada serie de televisión Para empezar a vivir, en la que interpretó los personajes Lidia y Raquel, emblemas de la participación de la mujer cubana en los Órganos de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior, así como la interpretación suya de La Gaviota en la obra homónima de Antón Chéjov, que le valió el premio de Actuación Femenina otorgado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), legitiman la profesionalidad de la artista.
Personajes como la princesa Aura de la radionovela Un capitán de 15 años o de Veinte mil leguas de viaje submarino, se suman a la lista de las actuaciones memorables de quien también incursionó en el universo cultural infantil e hizo fantasear a niños y jóvenes de varias épocas.
En el 2019, Mirian Mier recibió junto Odalys Fuentes, Luis Rielo, Mario Balmaseda, Frank González y Félix Pérez Ortiz, el Premio Nacional de Televisión. Sin embargo, siente que el mejor reconocimiento es el otorgado por el público para el cual se entregó, solo con el amor a su profesión como estandarte.
Este 12 de marzo la artista cumplió 76 años de edad, ¿cómo podríamos olvidar a quien se siente feliz de haber sido actriz durante 43 años, que se mantiene en Cuba y aunque ha viajado muchísimo no cambió otros terruños del mundo por su país?
¿Cómo olvidar a quien se alimenta del reconocimiento de un público culto y solidario?; y que a sus más de siete décadas de existencia afronta la vida de manera linda, con confianza y optimismo en el futuro.
Su voz dejó una marca indeleble en la memoria y la sensibilidad del público, así como una impronta de respeto, rigor profundo y amor por su profesión, que nos hace hoy evocarla con la misma intensidad que cuando nos acompañaba a través de la radio o de la pequeña pantalla.
