Para estar y para ser mejor
Algo que en nuestros medios de difusión todavía no alcanza las cotas que debiera, para bien de todos, es un mayor debate sobre los productos comunicativos y temas que tratan esos mismos medios. Sin buscar estados ideales, pero en aras de mayor posibilidad de diálogo, queda mucho camino por andar en tales predios.
Aunque las redes sociales, sitios webs y correos electrónicos de diversos órganos contribuyen mucho a que esas opiniones se difundan, todavía hay un par de puntos que pueden mejorarse. El primero sería ampliar el acceso a Internet, aún caro, no del todo generalizado y asunto pendiente de muchas mejoras. El segundo radica en que todavía la cultura del debate en Cuba requiere de más práctica entre nuestros compatriotas. No pocas veces las conversaciones devienen intercambio de ataques hacia los opinantes, no a las opiniones, desvíos del tema o simples superficialidades o hasta groserías.
De cualquier modo, con deudas pendientes y sendas por solucionar todavía, tampoco hay una sequía extrema en este departamento. Varias producciones televisivas y radiales, además del todavía no extinto correo postal, desatan de vez en vez su lluvia de criterios en los medios digitales y redes sociales. Un hecho muy sano, que ejercita el músculo del criterio y sirve, además, de sólido aprendizaje tanto para las audiencias como para los creadores.
Por eso un libro como Aquí estamos, una compilación a cargo de Migdalia Calvo Yáñez y Olga Rosa Gómez Cortés, constituye una herramienta valiosa a la hora de acudir a estos temas. Se trata de un título que agrupa un buen número de trabajos periodísticos publicados en diversos medios de prensa, bajo plurales autorías, sobre diferentes aspectos de la telenovela cubana Aquí estamos, trasmitida por la televisión cubana.
Por una parte, es cierto que se trata de un audiovisual que salió al aire hace casi una década. Sin embargo, justo por ese motivo, asombra descubrir la vigencia de muchos aspectos cuando encaramos la lectura de estos trabajos periodísticos. Primeramente, sucede que no pocas de las temáticas, personajes y asuntos que la novela reflejara ni se han resuelto, ni han pasado a la historia, aunque matices más, matices menos no sean, por lógica, un calco de las actuales.
Asimismo ocurre con los argumentos críticos, los de apoyo y, sobre todo, con la visión de las situaciones artísticas pero con basamento y origen en la vida real, que provocan tales argumentos. La vida, sus luces y sombras, y los asuntos humanos todavía destacan desde las páginas de este libro con ribetes de actualidad.
Hagamos un breve aparte para referirnos a las compiladoras. Migdalia Calvo es Licenciada en Psicología y traductora. Como guionista, asesora y especialista en programas de la radio y la televisión, tiene una amplia cercanía de trabajo con los medios. Por otro lado, Olga Rosa Gómez Cortés es Licenciada en Ciencias Sociales y profesora de Historia de las enseñanzas Media y Media Superior. Su relación profesional con la educación y la cultura, ostensible en varios cargos y labores, también tiene larga data.
Solo recorrer algunas de las firmas que sustentan los trabajos de este libro justifica la valía de las opiniones que atesora. Por solo citar algunos, aparecen textos de Paquita Armas, Victor Fowler, José Luis Estrada Betancourt y Guillermo Rodríguez Rivera. Además, de los varios críticos y periodistas jóvenes de nuestro entorno cultural, muchos ya con sólidas y bien argumentadas voces en sus opiniones, mencionar apenas a Yuris Nórido y Antonio Enrique González Rojas dejará bien representado tal segmento.
En resumen, como expresan las palabras de contratapa, se trata de un libro que aborda pensares contrapuestos, cuestionamiento sobre cómo somos, dónde estamos y, en especial, qué podemos hacer por nosotros mismos y nuestra sociedad, desde la realidad y desde los audiovisuales. Es, en suma, un acercamiento al campo de las ideas, lo cual siempre resulta provechoso al final, tanto como aprendizaje como para pautar sendas a seguir en lo adelante. Las pantallas de papel de Aquí estamos esperan por ser abiertas.