19 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Concordancia: ¿en número y géneros?

¿Existe hoy un auténtico género periodístico? Ante la hibridez de los productos comunicativos constituye un verdadero desafío su clasificación
Las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías

La incesante evolución de las tecnologías ha desdibujado el empleo de un género específico. Algunos están en desuso o totalmente extinguidos. Otros se han sometido a numerosos cambios, aún cuando mantienen las raíces de los géneros clásicos.

La teoría y tipología de los géneros en este oficio se remonta al siglo XIX y fue la Universidad de Navarra uno de los primeros centros de investigación en acercarse desde una perspectiva filológica. Aparecen por ese entonces las primeras tipificaciones, pero el debate entre literatura y periodismo impedía esclarecerlas. Joaquín Rodríguez Pacheco fue el primero en referirse al periodismo como género independiente en 1845.

Al mismo tiempo, las escuelas de periodismo francesas y españolas, las universidades alemanas y de Norteamérica se concentraban en definirlos y en proponer sus tipologías, como parte de la asignatura Redacción Periodística.

Desde aquel momento quedaron establecidos los géneros clásicos como la noticia, el reportaje, la entrevista, la crónica, etcétera. Después de la segunda mitad del siglo XX, en España, varios expertos trascienden la teoría y comienzan a indagar en su puesta en práctica.

Estos estudios madurarían en las obras del investigador Luis Martínez Albertos en 1962, y fueron profundizados en las de Gonzalo Martín Vivaldi. En la década de 1980, otros autores como Juan Gargurevich progresaron en su definición: “los géneros son formas que busca el periodista para expresarse, y ha de hacerlo de modo diferente, según las circunstancias de la noticia, su interés y, sobre todo, el objetivo de su publicación”[1]. Así, varios fueron agregando ingredientes al concepto: Fontcuberta en 1980, Quesada en 1984, Casasús en 1988, Núñez en 1995, entre otros.

Por su parte, el teórico Mauro Wolf analiza los géneros desde una perspectiva comunicológica: “son los modos de comunicación culturalmente establecidos, reconocibles en el seno de determinadas comunidades sociales. Los géneros, según esta acepción, se entienden como sistemas de reglas a las cuales se hace referencia, implícita o explícitamente, para realizar procesos comunicativos, ya sea desde el punto de vista de la producción o de la recepción”[2].

Los géneros se hacen presentes y analizables en cuanto estrategias de comunicabilidad, de acuerdo a los modos en los que se organizan y son reconocibles las competencias comunicativas de los remitentes y los destinatarios. También pueden clasificarse a partir de estructuras formales y normas tanto expresivas como de contenido.

Mariano Cebrián dilucida claramente que a las características básicas del periodismo -brevedad, claridad y concisión-, en los medios audiovisuales se le añaden otras tres: sencillez, reiteración y consecuencia. La redacción periodística en estos medios requiere organización para facilitar una decodificación rápida. Asegura que las frases cortas y de estructura gramatical simple deben ser las más utilizadas.

Este autor prefiere hablar de géneros audiovisuales y no de géneros en los medios audiovisuales, y entiende que los géneros son modos de comunicarse, sistemas de reglas y no de contenidos comunicativos. No dependen de las delimitaciones temáticas, sino de las formas y el estilo que le impregne cada autor. Es el periodista quien, por intuición y carácter creativo, expresa la necesidad comunicativa.

Las formas de emplearlos en el audiovisual están sujetas a las maneras de combinar las técnicas y particularidades del medio, teniendo en cuenta el contenido. Los géneros forman parte de la producción informativa. Su carácter flexible y renovable permite transmitir cualquier contenido desde los temas más generales hasta los más específicos.

Según Cebrián, existen tres clasificaciones en el género audiovisual: el expresivo, el referencial y el apelativo.

Los géneros expresivos son testimonios que ofrece el periodista para relatar los acontecimientos, impregnándole su sello personal. Esta clasificación incluye el editorial, el comentario, la crítica y la crónica, entre otros donde el autor expone sus ideas, opiniones, valoraciones e interpretaciones acerca de la realidad.

En los géneros referenciales, el periodista relata los hechos, desde una posición más distante. Utiliza mayormente géneros objetivos, narrativos o descriptivos. De esta manera, se intenta minimizar la subjetividad y las interpretaciones del autor. No obstante, el contenido no varía y no está exento de casos en que el periodista se apropia personalmente de alguno de estos patrones. Este grupo contiene la nota informativa, el reportaje, el informe periodístico, el documental y el docudrama.

Los géneros apelativos interpelan a los portadores de la información, de modo que sean ellos quienes muestren la realidad. En este género predomina el diálogo, la imagen y el sonido de los interrogados. El protagonismo recae sobre los interlocutores y no en el periodista. En este grupo encontramos a la entrevista, la encuesta, la conferencia de prensa, la rueda informativa en estudio, la mesa redonda, los debates, la tertulia, la rueda de corresponsales, así como el interrogatorio de audiencia.

En el discurso televisivo propiamente, los géneros surgen determinados por la cultura y la historia, como producto de la creatividad humana.

Dentro del género informativo la noticia “es la manifestación última más frecuente del proceso de semantización aplicado a la información de hechos reales y actuales de interés público, susceptibles, por sus características, de ser incorporados a los circuitos de la Comunicación[3]. Es la noticia el género periodístico por excelencia que da cuenta, de un modo sucinto pero completo, de un hecho actual o actualizado, digno de ser conocido y divulgado y de innegable repercusión humana y social.

Aunque sea la noticia el género más utilizado en los informativos, otros como el reportaje y la entrevista suelen usarse con mucha frecuencia. Aun con la fusión de géneros, en el audiovisual resulta imprescindible sacudirse conceptos y rutinas a la hora de crear un producto comunicativo. Nos resta a los profesionales de la comunicación establecer una adecuada concordancia entre géneros, para ganar en número… de receptores.

NOTAS

1-      Gargurevich, J. (2006). Géneros Periodísticos. La Habana, Editorial Félix Varela.

2-      Cebrián, M. (1998) Géneros informativos audiovisuales: concepto, técnica, expresión y aplicaciones. España. Editorial Síntesis.

3-       Casasús en Edo, C. (2009). Periodismo informativo e interpretativo. El impacto de Internet en la noticia, las fuentes y los géneros

           España. Ediciones y publicaciones Comunicación Social.

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