Escriba y Lea: una prueba de cultura en tiempo de televisión
Aparte de fumar tabaco y tomar café, el profesor de la Universidad de La Habana Ángel Pérez Herrero tiene el hábito de leer. Los primeros podrán afectarle la salud, pero el último ensancha la inteligencia y aviva el alma.
A simple vista advierto que se siente orgulloso de formar parte del panel de Escriba y Lea, programa instructivo y cultural que lleva casi 50 años en la pantalla de la Televisión cubana.
Para adivinar el hecho, obra, lugar o personaje histórico, los profesores le formulan la mayor cantidad de preguntas al moderador. Anotan cada pista que obtienen en el interrogatorio hasta que uno llega a la conclusión.
El televidente suspicaz, mientras prueba su nivel cultural, advierte cuánto saben los académicos, quienes hacen deducciones en las tres rondas de preguntas en cada emisión, que dura aproximadamente media hora.
Pérez Herrero confiesa que no se trata solamente de identificar la obra literaria o el acontecimiento, sino de dar una explicación al respecto. “En ese momento es cuando se aprecia la cultura del panelista. Uno también recomienda la lectura de una obra a los televidentes para que profundicen en determinado aspecto. Por supuesto, eso es un acicate para el televidente”.
Es de los que les gusta escuchar lo que la gente de a pie le dice en la calle. Afirma que siempre tiene presente el proverbio del Antiguo Egipto que dice: “no te envanezcas de tu saber ni alardees por ser docto, que la verdad es tan difícil de encontrar como la verde piedra preciosa”.
Muchas personas, asevera, se le han acercado para expresarle que Escriba y Lea debería seguir transmitiéndose por Cubavisión, canal de mayor audiencia, y no por el Educativo.
“El programa tiene audiencia y da cultura. Por lo tanto, es algo que tengo que decir porque el público me lo dice. Esta es una de las cuestiones que señalo porque me lo expresan mis alumnos y la gente de la calle”.
El docente, con 51 años de experiencia en la bicentenaria Universidad de La Habana, empezó en 1990 o 1991 en Escriba y Lea. Aunque no precisó el año exacto, recordó que el panelista Enrique Sosa, profesor principal de la asignatura Historia Social de la Literatura y el Arte, le propuso que lo sustituyera mientras durara un viaje académico que haría a Estados Unidos.
“Angelo, él me decía Angelo, ¿te atreves a hacer Escriba y Lea por mí? Y le contesté: `Bueno, pueden suceder dos cosas: o me lleno de gloria o me lleno de otra cosa´. Él había consultado con la Dra. María Dolores Ortiz, con quien yo había trabajado en el Pedagógico Enrique José Varona, con Gustavo Dubouchet, compañero de nosotros, y por supuesto, con la dirección.
“Entonces fui. Parece que hice un buen papel porque todavía estoy ahí. Luego seguí como sustituto, la doctora también tuvo una invitación académica a Brasil y entonces entró el Dr. Julio Fernández Bulté” .
Evoca que cuando uno de los panelistas fundadores, Dubouchet, pasa a ser asesor del programa, Fernández Bulté y él alternaban en su lugar. “Luego trajimos como sustituto a Félix Julio Alfonso López, que había sido alumno mío en el curso del noventa”.
Tras la muerte de Sosa, Pérez Herrero entra en su lugar, mientras que Julio Fernández Bulté se queda por Dubouchet. Cuando Fernández Bulté tenía algún problema de salud, Félix Julio lo sustituía. “Y así hemos ido integrando el programa. El primer moderador fue José Antonio Cepero Brito. Yo empecé con Daranas, quien nos ayudó mucho con la metodología que había que seguir.
“La Dra. Ortiz es la fundadora y una figura central, indiscutiblemente. Ella es el centro del programa. Es una mujer con una cultura muy sólida”.
Asegura que deseaba ser uno de los panelistas de Escriba y Lea.
“Seguía el programa desde su fundación en 1969. En aquel momento yo trabajaba en el departamento de Español y Literatura del Pedagógico. Recapitula que en la biblioteca del Varona, en los años sesenta, le ponían incógnitas a la Dra. Ortiz. Ella despejaba las interrogantes y acertaba en el hecho histórico que se le preguntaba”.
Los panelistas fundadores fueron la Dra. María Dolores Ortiz y los doctores Gustavo Dubouchet y Humberto Galis-Menéndez, “veterinario y profesor universitario de una profunda cultura humanística”.
Sobre las grabaciones de los programas explica: “A veces hay que cortar, pero por lo general el programa fluye porque hay una experiencia acumulada. Nos sentimos muy bien porque hay una buena relación personal entre los panelistas y la dirección. Estamos satisfechos por el reconocimiento social”.
Además refiere los comentarios de sus estudiantes: “Me han dicho: `profe se la comió́, `oiga qué bien el otro profesor`, ‘la doctora estuvo brillante’. Lo primero que el alumno dice cuando lo ve a uno entrar en el aula es: `el de Escriba y Leá ”.