Hay que tener respeto y amor por lo que se hace

Después de batallar para encontrar a este prestigioso pero modesto trabajador de los medios, al fin pudimos entrevistarlo. Le cuesta trabajo hablar de sí mismo, pero logramos que compartiera algunas de sus memorias con los lectores de En Vivo.

Nos cuenta que con apenas con cinco o seis años de edad, cantaba en un coro de la escuela, y fueron invitados a cantar en la televisión. Para él todo fue maravilloso cuando se vio en el estudio del Focsa, ante luces, cámaras y muchas personas trabajando, pero su asombro fue más grande al llegar a su casa, que su abuelita le dijera lo bien que lo había hecho; en ese momento no comprendía la magia de la televisión: cómo estando en un lugar lejos de su casa, su abuela lo había visto.

Esa curiosidad lo siguió acechando y a los nueve años iba ver los programas de la televisión, porque le parecían algo mágico. A los quince años, convencido de que le apasionaban las cámaras, logró asistir como oyente en un curso que ofrecían en Mazón y San Miguel. Cuando acabó el curso lo mandaron a asistir a los programas de tele clases. Para realizar efectos especiales, entró en la televisora que se hallaba en la actual sede del Canal Educativo.

Su vida laboral durante 48 años ha transcurrido dentro de la televisión; lleva 30 años como realizador de imagen. Asegura sonriente que considera a la televisión como su segunda casa, tanto que muchas veces, terminada su labor diaria, se queda conversando por horas.

Extraña la televisión en vivo, “porque todo había que hacerlo rápido y perfecto. Había un respeto y amor por el medio. Todo era en blanco y negro, pero con calidad, aunque se realizaban los programas con escasos recursos”, apunta.

Se siente orgulloso de haber trabajado con grandes directores, entre los que recuerda a: Loly Buján, Abel Ponce y Chucho Cabrera. De manera especial refiere su experiencia en la serie Finlay.

Ha incursionado en casi todos los géneros: dramatizados, musicales e informativos y ha trabajado en muchos controles remotos. Hace varios años que realiza las dos emisiones del Noticiero Nacional de Televisión, que requiere bastante tiempo de preparación para que todo salga bien al aire.

A su juicio la televisión ha mejorado con la tecnología actual, “ahora existen más opciones, pero muchas veces no hay entrega a la labor realizada”, valora.

Se siente satisfecho porque ha hecho lo que en cada momento le ha correspondido y también porque realiza y hace algo útil para que el televidente se sienta complacido.

Por sus resultados de trabajo le fue otorgada la Condición Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt) en 2017, así como los Sellos conmemorativos de aniversarios de la Televisión Cubana.

El pasado 9 de agosto celebró sus fructíferos 64 años de vida. Felicitamos a Chicoy, como todos le dicen en el Icrt y le deseamos que cumpla muchos más en la televisión, brindando su experiencia a los que comienzan en este medio.