14 de octubre de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

La generación de los soñadores

La doctora María Dolores Ortiz, una de las figuras más importantes de la cultura cubana cumplió 86 años este 25 de abril.
María Dolores Ortiz

La académica de Mérito María Dolores Ortiz siempre fue símbolo de ilustración y elegancia en sus apariciones durante 50 años en el programa televisivo Escriba y Lea.

Graduada de Filosofía y Letras, Doctora Honoris Causa en la Universidad de Holguín, Premio Nacional de Pedagogía 2007, Artista de Mérito del ICRT, Premio Nacional de Televisión 2020 y merecedora de muchos otros reconocimientos y condecoraciones, participó siendo estudiante en la lucha clandestina y debido al cierre de la Universidad de La Habana por parte del gobierno batistiano, comenzó a trabajar en un colegio privado.

Después del triunfo revolucionario continuó su labor docente hasta convertirse en profesora universitaria, nivel de enseñanza con el que se comprometería definitivamente, llegando a alcanzar la categoría de Profesora de Mérito.

La Doctora Ortiz cumple 86 abriles, pero sobre ella más que lluvia, ha caído un aluvión de lecturas que la acompañan siempre y por las que presidió durante varios años el Movimiento Amigos del Libro. De su amor a la enseñanza nacieron tres libros: La Educación Superior en Cuba, En virtud de cien caminos y Testimonios de la Colección Obras y Apuntes de Camila Henríquez Ureña (tomo lll), además de folletos, artículos y prólogos, publicados por diferentes editoriales y revistas. Gracias a su labor pedagógica y a su participación en los medios de comunicación es reconocida en Cuba por irradiar la dignidad del conocimiento.

Una de sus alumnas, la MSc. Marlene Fernández López, jefa del Dpto de la Escuela Ramal del Turismo, la recuerda de esta manera: “Hablar de María Dolores Ortiz en el tiempo en que fue mi profesora, es recordar cuando yo era una estudiante del Instituto Superior Pedagógico Enrique Jose Varona, en la escuela Vocacional Lenin, donde teníamos una unidad docente y ella mi profesora de gramática.  ¡Qué decir de esa maestra insigne que poseía los dones de la sabiduría, la dulzura, la dedicación y el valor para defender sus criterios! Maestra que no dejaba idea inconclusa, que no se vanagloriaba de los logros obtenidos y que se consagró plenamente a su función social, consciente de la responsabilidad que entrañaba”.

“Lectora incansable, leía mucho y leía tanto, que guardaba libros para leer en las vacaciones, porque la lectura la apasionaba, y para motivarnos nos decía: ‘Lean y podrán vivir dos vidas paralelas: la vida de los libros y la real’, siempre nos inculcaba ese amor por los libros a cada uno de nosotros en todas sus clases”.

Para Marlene Fernández López escuchar a la doctora Ortiz era bañarse en una fuente de sabiduría: “Todos los días la esperábamos con ansias, pero mucho más cuando teníamos clases el día después del programa Escriba y Lea, que le comentábamos: “profe hoy de tres usted adivinó dos” y nosotros decíamos bajito: “esta escapá” y ella reía con gusto y comentaba que era un trabajo colectivo, porque muchas veces los otros panelistas ya le habían ubicado la época, el lugar y cualquier otro dato importante. También le decíamos: “y no olvide la pluma”, porque siempre era la misma, que ya se había convertido en un símbolo, era una especie de talismán y ella decía que se la había regalado un alumno, que la veía muy bonita y elegante y que siempre la acompañaría en su programa porque le daba suerte”.

“Mucho pudiera hablar de ella, pero solo me resta decir una vez más, lo que he dicho muchas veces, que fue una suerte tenerla como profesora en mi carrera porque tenía tantos valores que por imitación uno quería ser igual a ella, porque no solo nos estaba enseñando, sino también nos estaba formando el alma, la identidad y el amor a la patria. Solo deseo agradecerle. Gracias profesora por enseñarme a volar tan alto”, rememoró esta profesional.

En diálogo con En Vivo, la Dra. Ortiz comentó sobre la importancia de insertarse en la dinámica televisiva y radial: “La televisión fue algo inesperado y grandioso en mi vida, profesionalmente fue un cambio total. Había sido profesora unos cuantos años y la pedagogía era una profesión tranquila, en la que iba caminando con paso firme”.

“En 1969 comienza Escriba y Lea, programa al que fui invitada a participar gracias a la sugerencia del que había sido mi alumno, el animador Cepero Brito; al público le gustó el espacio y se interesó por los problemas culturales, lo cual fue también una especie de triunfo para nosotros”, especifica la pedagoga.

“La gente nos comenzó a reconocer en la calle y a hablarnos sobre el espacio y los temas que se trataban. Los panelistas, por nuestra condición docente, siempre vimos la participación en el programa y la interacción directa con los espectadores como una continuidad de nuestra labor formativa, pero también nos sentimos obligados a estudiar más, para dominar áreas del conocimiento que sobrepasaban nuestro objeto de estudio”, añade.

 “En la radio he ofrecido algunas entrevistas, pero de manera regular he colaborado con Habana Radio durante 25 años en el programa Entre Libros, respondiendo a la idea de Magda Resik. En este espacio, que se trasmite los martes a las cinco de la tarde, abordo lecturas y comentarios sobre libros relacionados con géneros como poesía, narrativa y ensayos”, asegura esta importante figura de la cultura cubana.

“Antes de la pandemia estaba realizando un ciclo sobre poesía cubana porque siempre he tenido la preocupación de que hay grandes poetas de nuestra historia literaria que son poco conocidos. Contamos con escritores como Carilda Oliver a quien recordamos con tanto cariño o Pablo Armando Fernández, que fueron más difundidos, pero tenemos una gran poesía en los siglos XlX y XX que es poco conocida, por no ser suficientemente publicada o porque se ignora totalmente. Durante la pandemia se repitieron programas seleccionados de nuestro amplio archivo que fue útil volver a trasmitir y pienso incorporarme próximamente a las grabaciones en la emisora”, concluye la doctora Ortiz.

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