Plan contra Plan
De terrorismo mediático ha sido muy certeramente calificada la arremetida que desde las redes sociales —o en este caso más bien antisociales— y ciertos medios de comunicación se ha desatado en contra de la Revolución, con el avieso propósito de fomentar el caos, la desunión y el odio en nuestro país.
A qué dudar que tamaño intento desestabilizador tiene su origen en el emporio anticubano miamense, desde donde se promueven, estimulan y financian vandálicas, delictivas e indecentes actividades que algunos pretenden encubrir tras el piadoso manto de «pacíficas protestas» para divulgar de paso ante el mundo la imagen de Cuba como una nación ingobernable, requerida de tan tristemente célebres recursos como las «intervenciones humanitarias» y los «corredores humanitarios», que han entronizado la destrucción y la muerte en otras latitudes del planeta.
No han cesado nuestros adversarios en la difusión de las más burdas falacias en el empeño de desacreditar a la Revolución y a sus dirigentes. Falsas noticias tan grotescamente elaboradas que generalmente propenden más a la risa que a la indignación, y que han sido sistemáticamente desmontadas por nuestros periodistas en los diferentes medios y espacios informativos.
Así, plan contra plan, la prensa cubana se ha encargado de demostrar con los más contundentes e irrebatibles argumentos la inconsistencia de las caluminas y mentiras vociferadas desde las más diversas plataformas comunicacionales, para que nuestro periodismo revolucionario, siempre comprometido con la razón y la verdad, siga siendo consecuente con la prédica del colega mayor: José Martí.
«A un plan obedece nuestro enemigo: enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo.»
Nada ni nadie logrará que nuestros periodistas cierren filas en la primera línea de combate junto a todo un pueblo en defensa de los principios, los ideales, las convicciones y las conquistas que nos han traído hasta este punto de la historia.