Rompiendo el silencio en Diálogo Abierto
En su programa del Canal Educativo, la periodista, guionista y conductora Loly Estévez abrió su habitual diálogo con el colectivo de realización de una serie que en su primera temporada sentó pautas, no solo por adentrarse en un tema aún insuficientemente tratado en nuestros medios de comunicación, sino por hacerlo desde el lenguaje televisivo con la fuerza, el rigor y la verosimilitud argumental que reclama la denuncia a las disímiles manifestaciones de violencia padecidas por no pocas mujeres y niñas en nuestro país.
Muchas expectativas –y en mi caso también inquietud– seguro creó en los televidentes cubanos el anuncio de la salida al aire de Rompiendo el silencio, que en su segunda temporada trasciende los límites de la violencia de género, en tanto no es esa la única expresión de sometimiento físico, sicológico o económico que sufren las personas de uno u otro sexo y de cualquier edad.
Junto a los principales artífices de la serie –el muy experimentado Rolando Chiong en su doble condición de guionista y director y Legna Pérez como productora y codirectora– en esta ocasión desfiló ante las cámaras parte de un elenco artístico de altísimos quilates, que valoró sobre todo la utilidad y la urgencia de transmitir a nuestra población los aleccionadores mensajes contenidos en cada uno de los 11 capítulos con que cuenta este dramatizado.
Solo resta aguardar –en mi caso de forma impaciente– el inicio de la segunda temporada de Rompiendo el silencio, un audiovisual de ficción basado en hechos reales que sin duda alguna nos hará rebelarnos más consciente y enérgicamente contra cualquier actitud que resulte degradante a la condición humana de un semejante, con la martiana convicción de que “ver en calma un crimen es cometerlo”.