8 de diciembre de 2024

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Quince años de un club radial para desnudar el alma

“Soy muy celosa con la curva melódica, la letra y los géneros para mantener el diseño sonoro concebido", afirma la radialista Maira García, directora del programa El Club de la Madrugada en Radio Progreso

El reloj marca la 1:00 a.m. y en las frecuencias de Radio Progreso un suspiro relajador: «Ay, al fin tranquila…contigo». Interactivo está a cargo de la música. Maira García dirige la tropa y Jorge Luis Michelena se encarga de lograr la complicidad.

Así, abre cada noche de lunes a viernes, hasta las 2:28 a.m. El Club de la Madrugada. Los sábados hace una pausa y regresa los domingos por 30 minutos más. Hace 15 años el pacto quedó firmado entre el equipo creativo y aquellos que no concilian el sueño a horas tempranas y buscan en la radio el refugio, la buena música.

Para ellos y todos los que quieran entrar las puertas se abren y «de muy buena gana». La reunión no necesita de invitaciones previas o requerimientos especiales, no hace excepciones por edad, color, ni distinción alguna. Eso sí, la sugerencia es siempre vivir intensamente y desnudar el alma.

Pero, ¿cuál es el secreto para mantener su vitalidad? ¿Dónde radica su fortaleza?

La pregunta, quizás, suena demasiado pretenciosa, pero la respuesta es evidente en el trabajo que ha hecho Maira García, su excelente diseño sonoro, la estabilidad y empatía lograda en el colectivo, el respeto y la conexión con el oyente y el buen gusto como premisa indispensable.

El comienzo de este peregrinar sonoro data del 2007 cuando «se empezaba a conformar la programación de verano de Radio Progreso» y Maira recibió la propuesta de crear un programa que sustituyera la retransmisión de la Mesa Redonda.

El reto profesional encantó a la realizadora que ipso facto vio la posibilidad de lograr un espacio de compañía entretejido por las melodías de Si no llego a mañana (Que no cierre el Club), “un tema que le remitía al ambiente nocturno de La Habana cuando era una estudiante universitaria”.

De a poco fue armando el proyecto y en el esqueleto concibió varias secciones y una forma muy particular de conectar con el oyente, ya no hablando desde el plural «ustedes», sino usando la construcción gramatical «para ti» con la intención de llegar de forma más directa y personal.

Maira hizo sus cálculos y convidó a su aventura a Marta Verónica Marser, quien durante dos años ejerció la locución del espacio y dejó para siempre su voz en los temas de presentación, despedida y la autopromoción.

Luego, el programa tendría el sello de Jorge Luis Michelena, devenido hace 13 años anfitrión y amigo cercano que «llega para acompañar e intimar y ser parte de ese algo trascendental que es vivir, terminando o comenzando el día», según declaró.

Esa es la premisa de Michelena para abrir paso a un diálogo entre confidentes. El café inspirador es solo el pretexto para conversar y amenizar la madrugada. El ritual consiste en ofrecer una tasita del líquido negro o, como alternativa, una tizana para hacer más deleitable el diálogo anecdótico de temas cubanos vinculados con la cultura, la historia y las costumbres.

Este momento es uno de los más queridos por los radioyentes y, a juicio del locutor, un encuentro que agrada, pues le permite entablar una conversación desenfadada como aquel amigo que habla sin parar, pero sin aturdir ni perder el enfoque, los objetivos y puntos de vista.

La cita nocturna en La Onda de la Alegría es oportuna, también, para ofrecer Consejos «de forma sencilla y coloquial, sin pretensiones doctorales» y para compartir curiosidades sobre temas históricos, culturales y científicos del mundo. La sección Los Ligaditos permite conversar de géneros, intérpretes y épocas antes de radiar tres temas musicales.

De acuerdo con García, así se distribuye el cuerpo del programa que los domingos sustituye este último apartado por La Vitrola, en la cual se transmiten tres boleros, luego de un comentario previo, y se incorpora, además, un acápite sobre el idioma español.

La música, como ya adelantaba, resulta fiel compañera del espacio que, a todas luces, posee una sonoridad coherente y una selección musical de primer nivel. ¡Qué perfeccionista!, dirían algunos y Maira García lo asegura: «Soy muy celosa con la curva melódica, la letra y los géneros para mantener el diseño sonoro concebido»

Tal rigurosidad aplica también para concebir el guion que ha tenido la firma de cuatro personas durante los 15 años. Ana María Ramos, Mayrín Palmero, Georgima Granda y la propia Maira dan las indicaciones técnicas necesarias en el libreto para hacer realidad la producción.

Mientras tanto, el espectador disfruta, aprende o, ¿quién sabe?, quizás hasta logra conciliar el sueño. Algunos más dinámicos reportan la sintonía mediante mensajes de texto, correos electrónicos, las redes sociales o incluso a través de cartas.

Desde la oriental provincia de Granma hasta los Países Bajos llega el afecto, las bendiciones y el beso enorme. Para Michelena, «es realmente mágico saber que le escuchan cuando menos lo espera» o le reconocen en la calle y le gritan de repente ‘cafecito inspirador’.

El Club de la Madrugada le ha enseñado a interactuar aun estando solo frente al micrófono, a ser agradecido, humilde, receptivo y complaciente, incluso mejor amigo. «Ahí es cuando no molesta que Maira sea tan exigente porque el premio a tanto esfuerzo está en la audiencia», confesó.

Por ese público fiel, su directora se ha vuelto gigante ante las adversidades que le obligaron a retransmitir programas durante dos años y aún hoy la mantienen batallando con problemas económicos que le impiden realizar la producción completa del espacio.

Pero, ¿qué sería una vida sin retos, ni contratiempos? Por eso Michelena aprecia esas muestras de cariño como estímulo para continuar trabajando y convida a no perder la fe, ni dejar morir los deseos y continúa entrando a los hogares, sin causar molestia, para mantener el oído del pueblo pegadito a Radio Progreso.

Mientras, Maira agradece por seguirle durante estas casi cinco mil noches, mantiene incólume sus ganas de hacer y continúa guiando el barco de estos clubistas selectos unidos por el amor. El Club no cierra, ¡qué va!, ¿quién habló de cerrar? Si apenas está abriendo sus puertas para acompañar la madrugada y estrenar el día que empieza.

Autor

1 comentario en «Quince años de un club radial para desnudar el alma»

  1. hola saludos
    recuerdo a finales de los 80 y principios de los 90 yo era un adolescente aficionado a la radio y escuchaba en Progreso la parrilla de programas de la madrugada que a continuacion enumero:
    12- 1 am Nocturno en retrasmisión
    1-2 am Despues de la media noche
    2-3 am Aún despierto
    3- 5 am Discoteca Polpular de la madrugada
    ya desde la 5 a las 7 me dormia un rato y de ahi para la escuela

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