Una emisora que devela páginas del alma
Aunque busca enfocar su propuesta hacia melodías tradicionales cubana, lo cierto es que el espacio Paginas del alma, de Radio Cadena Habana, insiste en recrear sonoridades de antaño con voces noveles o canciones más modernas para garantizar mayor público y captar a los oyentes jóvenes.
Mostrar aquellos temas que no son muy escuchados por la juventud cubana parece ser el sello de un programa que cumple su sexto aniversario este mes, con un diseño casi inalterable que equilibra tradición con novedad.
Para la directora Alina Calunga se trata de una propuesta dedicada en lo fundamental a la canción y sus variantes, y conjuga sabiamente lo tradicional cubano con lo más contemporáneo.
“Es cierto que enfatizamos en aquello que supuestamente quedó atrás, pero nuestros guiones están enfocados sobre todo en resaltar la buena música cubana, o aquella que muchas personas no escuchan en sus casas. Siempre buscamos vías para que estas propuestas lleguen al público de manera entretenida.
“A diferencia de otros programas, no disponemos de una sección de saludos y felicitaciones, pero siempre suena el teléfono para alabar nuestro trabajo. Sabemos que hay mucha buena música que casi nadie pone, y nosotros somos casi el único espacio que ofrece la posibilidad de regalársela a los oyentes. No por ser melodías de décadas pasadas dejan de ser bonitas, y el público agradece eso”, señala Calunga.
Según la directora, muchos jóvenes no escuchan usualmente la música tradicional cubana porque no tienen dónde acceder a ella, o porque no se le propone como una alternativa más.
“Para revertir eso, tratamos de combinar las cosas con inteligencia. Por ejemplo, si el tema “Lágrimas negras” es una buena canción trato de buscar un artista joven que lo interprete. Si Luna Manzanares lo canta, lo pongo. Si Laritza Bacallao canta bien “Veinte años”, de María Teresa Vera, transmitimos el tema en su voz”, destaca la directora del programa.
Para Isabel Rojas, fundadora y creadora del espacio, Páginas del alma es el marco propicio para hacer coincidir temas románticos, patrióticos o humorísticos.
“Ha sido una gran satisfacción haber contribuido al desarrollo de la emisora musical de Cuba con la creación de un programa que en poco tiempo ha alcanzado un gran índice de audiencia.
“Hemos dedicado el programa a todos los cultivadores de la música, desde aquellos que abogan por la trova tradicional, la nueva trova, entre otros. Recorremos las diferentes etapas de la canción, y el programa no ha variado desde su creación, pues ha mantenido el mismo estilo, a pesar de que ha contado con varios escritores.
“Yo no le temo al cambio, y todo lo que pueda enriquecer nuestro trabajo es muy positivo. Cualquier criterio enriquecedor es válido, pero hasta ahora el programa ha demostrado que funciona con su estructura original”, puntualiza Rojas.
El rescate de aquellas melodías que aún perduran en la memoria afectiva de los radioyentes es el motivo principal de Páginas del alma, a decir de Virgen Ojeda, locutora y fundadora del espacio.
“Es una forma de enseñar, sobre todo a los más jóvenes, quiénes fueron nuestros músicos en el pasado, y qué agrupaciones enriquecieron el acervo cultural del país.
“Este programa lo tiene todo. No le falta nada. Las diferentes secciones se interrelacionan muy directamente con el tema central que se maneja cada día. Y ejercer como locutora de este espacio no supone poseer una característica especial, sino saber hacer locución y tener buena intuición”.
Asimismo, Luis Roque, el realizador de sonido del programa, señala que Páginas del alma aparenta ser un espacio muy pausado, pero no es tan simple como parece.
Yo tengo que familiarizarme con el programa para poderlo realizar. Eso es muy importante. Debo preguntar muchas cosas, saber cómo queda la escaleta o conocer la música que se pone. No es sentarse y hacer las cosas de forma mecánica; prácticamente hay que aprenderse el programa completo.
“Hay que poseer los conocimientos técnicos, para los cuales cada realizador de sonido está preparado, pero adentrarse también en la parte artística. Un programa en vivo es muy amplio en cuanto a presentación, y a veces el mismo director busca el criterio del realizador de sonido para mejorar la propuesta”, concluye Roque.