28 de marzo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Loly Moreira: “Hay que saber enamorar”

A Loly Moreira se le descubre el amor por la radio en cuanto confiesa con satisfacción que lleva 32 años trabajando en ella.
Loly Moreira

Loly Moreira

 Muchos de ellos en Radioarte, la productora de materiales dramatizados. Vive alejada del bullicio de la ciudad, pero no se haya tranquila frente al mar de Cojímar. Necesita de esa fábrica de sueños, como del aire.

Los inicios de su viaje por el mundo de la radiofonía los recuerda como si fuera hoy. Cuando comenzó a aprender las claves para descubrir los entresijos de ese mundo subyugante, el asombro le brotaba por los ojos, evoca. En su mochila personal guarda los mejores recuerdos de su tiempo de asesora, escritora, maestra de los nuevos y de los viejos que están. Son pasajes de su vida que, una y otra vez le reclaman salir a flote. Y ella, que nunca ha sabido negarle nada a la radio, se apresta gustosa a cumplir la encomienda.

¿Cómo ocurre la inserción de nuevos escritores en la plantilla de una productora nacional como Radioarte?

Lo primero es que el escritor tenga talento. Eso es fundamental. Cuando un escritor nuevo se acerca a Radioarte y nos entrega los libretos, analizamos que tenga dominio de la técnica narrativa, si ya ha pasado algún curso de dramaturgia… Si no es así, revisamos que tenga un buen dominio del diálogo porque en la radio es muy importante.

Luego, en conversaciones con él, le señalamos las posibles deficiencias. Siempre se hace una primera prueba para ver las potencialidades de ese individuo. Por experiencia sé que hay compañeros que no dominan la técnica pero tienen mucho talento, buenas ideas y ganas de hacer. Entonces si maneja bien el diálogo, tiene riqueza de vocabulario, ideas interesantes, uno lo aprovecha.

¿Y después que sucede?

Se valora colegiadamente la obra, la sinopsis, la caracterización de los personajes atendiendo a que es la primera lectura. Si los objetivos del escritor coinciden con nuestros intereses, porque la temática no ha sido muy abordada por Radioarte, pasa a ser analizada por el  grupo de asesores. Si la persona no tiene las cualidades requeridas se deshecha su propuesta, si ocurre lo contrario se le da la oportunidad.

¿Cuáles temáticas les interesa tratar en Radioarte?

Nosotros les ofrecemos servicios a una gran cantidad de emisoras de todo el país que no tienen elenco artístico, programación dramatizada o condiciones para hacer novelas, cuentos. etcétera. Aquí preparamos un catálogo con las diferentes temáticas. Muchas veces nos guiamos por las necesidades de las emisoras para las que trabajamos. Puede ocurrir que en los recorridos por las provincias, aunque últimamente hemos tenido limitaciones, alguien quiera hacer una novela con temática local. Entonces hacia allí nos vamos el escritor, el asesor y el director, para hacer la investigación de campo de apoyo a la escritura.

Cuando comienza su trabajo con el escritor, ¿qué es lo que prima en esta relación, qué es lo que usted le exige a él y al mismo tiempo a sí misma?

Desde que empecé en la radio, Isabel Aida Rodríguez y Odilia Romero me enseñaron que al trabajar con un escritor le diera siempre mis opiniones y nunca dijera: “yo lo hubiera escrito así”. La máxima es ser sincera y nunca hacer un análisis dramatúrgico de la obra de manera superficial.

Entre el escritor y el asesor debe establecerse una relación diáfana, de mucha sinceridad, no se puede imponer nada.  A veces el creador se atrinchera en su posición y no quiere moverse. En esas ocasiones una tiene que ser flexible sin hacer concesiones. Es necesario obrar con inteligencia, hay que enamorar a las personas. Cuando se dan desacuerdos, uno no puede alejar al escritor sino acercarlo. Ocurre como en la familia, en las relaciones con los amigos: tienes discrepancias pero como quieres mantener esa amistad, porque así lo veo yo, tienes que ceder a veces, negociar, tratar de entender al otro y que éste también entienda tus puntos de vista.

¿Qué se le exige al asesor?

El asesor ha de tener un sentido común en este medio. Debe tener conocimiento de la técnica, la dramaturgia, para convencer al escritor cuando considera que un libreto tiene dificultades. Debe estar muy seguro de lo que expone, no puede llegar con vacilaciones, ni improvisar. Exige mucha sinceridad y profesionalidad. No puedo reunirme con un escritor si me entregó cinco libretos y nada más he leído uno.

A veces la gente no lo entiende el trabajo de asesoría: no es leer por leer. Cuando hacemos la primera lectura recibimos una primera impresión. Si es favorable, hago una segunda lectura y voy hundiéndome en la trama, en el análisis que propone el escritor. Si no es favorable, no debes guiarte por esa primera impresión, debes profundizar porque puede que dentro de esa obra haya elementos interesantes.

Desde su percepción,  ¿cómo anda la salud de la asesoría?

No me atrevería a hacer un diagnóstico nacional porque hace unos cuantos años no viajo a las provincias como cuando impartía seminarios y cosas así. Por lo menos en Radioarte hay asesores de poca experiencia, comparados con los de Radio Progreso, más experimentados. Aquí se han jubilando muchas personas y entre el personal de asesoría hemos tenido una especie de éxodo.

Las personas jóvenes de acá  tienen talento, deseos de trabajar, pero les falta experiencia. Y eso se gana con el tiempo, con la confianza que se les debe dar. Hay que darles tiempo para que desarrollen. Yo no le puedo exigir lo mismo a un asesor que lleva trabajando dos años que a otro que acumula 30. Tenemos que ser flexibles y brindarles ayuda. Igual sucede con los escritores. No es decirles que la obra no es buena: debemos sentarnos con ellos y explicarles para que puedan superar los errores. Ha de existir, también, una mayor cooperación, aunque el clima entre los asesores y escritores en mi espacio es bastante bueno. Creo que hay ganas y deseos de hacer un trabajo digno.

Por mucho tiempo ha sido preocupación de los trabajadores de la radio la entrada esporádica de jóvenes en las distintas especialidades, ¿qué me puede decir al respecto?

Yo estoy realmente preocupada por los escritores, porque pienso que ha habido en los últimos años problemas de calidad que aún estamos enfrentando. Hubo un momento en el cual muchas personas entraron a la radio pensando que era una manera de ganar dinero y no fuimos suficientemente exigentes. Todavía encontramos escritores sin la calidad suficiente y eso atenta contra la salud de la programación.

Deben incrementarse los cursos, seminarios y talleres para esas personas que se acercan al medio perfeccionen su trabajo. Tenemos que comenzar a decantar a aquellas personas que ya no tienen el talento, y ser lo suficientemente sinceros para decírselo. Es menester ser más exigentes para que la radio alcance un mayor nivel.

Eso por una parte, por otra tenemos la inexperiencia de muchos asesores. Cuando existían muchos escritores de experiencia si tenían un asesor inexperto podían complementarse. Pero cuando tú tienes un escritor con deficiencias y el asesor tiene poca experiencia eso provoca serias dificultades. Hay que hacer un mejor trabajo, si bien la capacitación se está haciendo, a mí me consta. Necesitamos mantener ese trabajo y tratar de enamorar a las personas que tienen talento.

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