1 de mayo de 2025

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Visibilizar lo invisible: Nieves Laferté

El lunes 3 de febrero de este 2025 falleció Hortensia de las Nieves Laferté Valdés, habanera nacida el 5 de agosto de 1945, indispensable al diseño escénico cubano en estas últimas décadas sobre todo en teatro y cine.
Hortensia de las Nieves Laferté Valdés

Hortensia de las Nieves Laferté Valdés

El lunes 3 de febrero de este 2025 falleció Hortensia de las Nieves Laferté Valdés, habanera nacida el 5 de agosto de 1945, indispensable al diseño escénico cubano en estas últimas décadas, sobre todo en teatro y cine y, en menor grado, televisión. Laferté Valdés también fue reconocida por sus enseñanzas e investigaciones, era amante de la costura (oficio tradicional en su familia), asociada también a la música y al dibujo comercial, que dejó ante la convocatoria de la Escuela Nacional de Artes (ENA) para estudiar.

Allí, matriculó vestuario y al comenzar el segundo año, el profesor checoslovaco Dimitri Kadernovska propuso asumir el plan de estudios del Instituto Superior de Artes de Praga de formación integral en Diseño Escénico, y al graduarse, cada cual escogería su preferida entre las tres especialidades. Desde el inicio la subyugó la escenografía (por su racionalidad y aristas creativas en todas sus etapas), la cual la conquistaría frente al vestuario.

Niebes leía imaginando el ámbito escénico y sus luces, y tras definir el estilo escenográfico pensaría el vestuario. Maduró teórica y prácticamente alternando dibujo y docencia, y ratificó el vestuario de protagonista en todo audiovisual: puede haber teatro, cine y televisión sin escenografía pero no sin actores, cuyo vestuario o el desnudo (otra forma de “vestir”, según la dramaturgia) comunica sus esencias en la historia, y como todo arte visual, el vestuario también es signo.

Ganó beca en Bratislava, meca del teatro y la escenografía en la Europa socialista

Allí aprendió todos los oficios, técnicas y mañas para vestuario, maquillaje, peluquería, escenografía, iluminación, a vencer las mayores contingencias sin apoyo alguno, logrando una comunicación eficaz con técnicos y obreros en los talleres cubanos donde realizaría sus escenografías, mujer dictando pautas en un mundo mayoritariamente masculino, pero pronto ganó el respeto profesional de todos. En Cuba estudió Licenciatura en Teatrología (Facultad de Arte Teatral de la Universidad de las Artes, Instituto Superior de Arte, Isa), donde enseñó Diseño Escénico y fundó e impulsó la Cátedra de Diseño “Rubén Vigón”.

Entre sus profesores siempre recordaría en vestuario a María Elena Molinet (luego sería Premio Nacional de Teatro, de Diseño y de Enseñanza Artística); en teatro Raúl Oliva y Tomás Oliva, y en escenografía para cine y televisión respectivamente, Luis Márquez, Pedro García Espinosa y Roberto Larrabure. Su tesis de teatro fue con la obra Los Muñecones de Héctor Quintero, quien la dirigía en el Teatro Musical de La Habana, cuyo diseño integral realizó, y se sintió dichosa que para televisión le tocó un musical estelar nocturno sabatino: Cita con Rosita (Fornés). Su trabajo de graduación sería un solo programa, pero le permitieron cubrir cada sábado durante los dos meses de vacaciones de Daniel Torres, quien durante muchos años fue el diseñador titular de ese espacio.

Colaboraría con numerosas compañías teatrales en toda Cuba (más de 100 obras de teatro) enriqueciendo con su visión cada proyecto; por ejemplo: varias puestas con el Estudio Teatral Macubá de Fátima Patterson (Santiago de Cuba), de diversos géneros y estilos en obras como La Casa, y De Molière y otros demonios, y dejó inconclusos otros.

En cine comenzó con Se permuta (1982-1983), dirigida por Juan Carlos Tabío.

Fue la escenógrafa de esta propuesta cuando aún no existía en el cine cubano el director de arte, sino expertos diseñadores, y escenógrafos, diseñadores de vestuario, ambientadores, utileros y vestuaristas que eran el departamento de arte trabajando con fotógrafos y camarógrafos, todos bajo el director y sus asistentes.

Sus otras películas fueron, en 1985:escenógrafa en Como la vida misma (Víctor Casaus, también vestuario) y De tal Pedro tal astilla (Luis Felipe Bernaza); 1986: Calor y celos (del español Javier Rebollo, escenógrafa) y Otra mujer (Daniel Díaz Torres, vestuario); Ecuación (los tres Juanes) (2000, cortometraje ficción VHS, de Enrique Pineda Barnet; directora de arte), 2001: Nada (ficción Cuba-Francia-España-Italia; Juan Carlos Cremata Malberti escenógrafa) y Las Brujas de Salem (televisión, Eduardo Moya, vestuario); fue directora de arte en 2003: Roble de Olor (Rigoberto López, y escenografía con Derubin Jácome) y Los cerditos sin cola (Charles Nimmes, y escenógrafa); Les amants du bagne (2005, Thierry Binisti, francés); y el documental formato DVCam Memoria de la fiebre (2007, Manuel Jorge Pérez). Diseñó Kangamba (2008, Rogelio Paris, vestuario); 2010: Habana Eva (Venezuela-Cuba-Francia, ficción, Fina Torres, escenógrafa) y Sumbe (Eduardo Moya, escenógrafa); directora de arte bajo Enrique Pineda Barnet en La Anunciación (2009, y escenógrafa y vestuario) y Verde verde (2011), y escenógrafa en Mariscal Bobó (2013, R. Steketé) y en Criaturas (2017, Ecuador-Cuba, ficción, Francisco Cevallos, y escenógrafa); véase Juan Antonio García Borrero: Endac (Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano).

Laferté llamaba a investigar todo lo que aún falta al respecto en ensayos, periódicos, revistas, programas de mano, folletos, y grandes de nuestros artistas la reconocen en el “sólido claustro” de su profesorado, como el reconocido actor Fernando Hechevarría.

Para sus escenografías y vestuarios, estudiaba paso a paso cada detalle de todo el proceso de producción de sus diseños, aún cuando sus planos, bocetos y maquetas eran tan minuciosos y profesionales. Comenzaba con talleres de excelencia cada componente del traje escénico: tocado, peinado, calzado y accesorios en general formando un todo, sin los cuales no es traje escénico sino indumentaria. Miembro de la sección de Diseño de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) que dirigió algunos años, así como de su Consejo Nacional y delegada en congresos, presidió el evento teórico del Caracol; era un “clásico”, como Piedad Subirat y otros, activa infaltable en todo debate sobre diseño escénico en paneles y tribunales en disímiles contextos y niveles.

Trabajó varios medios y géneros, relacionándose con muchos importantes directores; sostuvo con el Grupo de Teatro Político Bertolt Brecht una experiencia muy particular con su repertorio característico de obras políticas y sociales. Dirigió muchos años su galería Raúl Oliva en el Centro Cultural homónimo e impulsó e integró el Centro de Estudios del Diseño Escénico (CEDE) para preservar y promover la memoria del diseño escénico en Cuba y educar al respecto, espacio que varias veces acogió sus creaciones, donde impulsó y curó exposiciones de los principales hitos del diseño cubano y de graduados, y fomentó el intercambio académico y profesional en el diseño teatral; allí, en su 79 cumpleaños (agosto de 2024) una exposición le rindió en vida, merecido homenaje.

Las tantas maneras en que nos dejó su legado

Culta, generosa, dulce, sencilla, muy laboriosa, colaboraba con publicaciones especializadas, y a partir de sus investigaciones, dejó sus importantes Bosquejo histórico del diseño escénico en Cuba hasta 1959, Arqueología y ciencia del traje: del patrón histórico a la indumentaria teatral, y Documentar el diseño escénico en Cuba (I Coloquio Internacional de Diseño e Industrias Creativas); comprometida profesora en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en la ENA y el ISA, en la Universidad de Cuyo (Mendoza, Argentina) y otros espacios académicos, contribuyó significativamente a formar nuevas generaciones de diseñadores escénicos en Cuba.

Nos legó sus reflexiones entrevistada sobre las problemáticas del diseño escénico (Paquita Armas Fonseca: Nieves Laferté: en las artes visuales todo es signo, incluido el vestuario, en www.envivo.icrt.cu, 2017, noviembre 20), y lamentándose de la pérdida de rigor en el vestuario escénico, salvo excepciones, ofrecía una metodología para mejorarlo; decía lo efímero del teatro con mucho trabajo artesanal y el papel del diseño de luces, y del encuadre en cine y televisión: en primer plano esenciales el maquillaje y la peluquería que “hablan” incluso en planos medios. La escasez de recursos limita pero no determina.

En los almacenes los tejidos los veía sin cualidades dramáticas, pues quienes los seleccionan para abastecerlos no son especialistas. Del naciente “mundo virtual” veía intentos y algunos resultados satisfactorios, augurando excelencias en el futuro inmediato, y sugería usar el vídeo mapping con fines más dramáticos que decorativos o espectaculares. Y con Valia Valdés (Nieves Laferté Cuidar la imagen; 2021, julio 31, en www.envivo.icrt.cu) valoraba las insuficiencias en el vestuario en televisión sobre todo de los informativos: periodistas, presentadores y meteorólogos; el uso incorrecto de accesorios o ropas, inadecuados a sus características físicas o al género que abordan, y destacaba los aciertos en la programación deportiva y algunos presentadores, entre muchos más análisis, dignos para otro artículo y mejorar nuestra televisión.

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