Amor, música y estrellas en la televisión
Entre las familias que se destacaron en el desarrollo de la televisión cubana debemos señalizar a la conformada por el afamado director Manolo Rifat y la locutora, animadora y presentadora Eva Rodríguez.
Rifat, un joven campesino nacido en Cienfuegos, desde temprana edad sintió gran atracción por el mundo del espectáculo. Un hito en su vida lo constituyó la visita ocasional a su provincia de una compañía promocional de televisión, liderada por Gaspar Pumarejo, a quien acompañaban dos bailarinas españolas y Tatica Ramos como locutor.
Sobre el suceso, Manolo Rifat manifestó: “cuando vi los monitores y todo aquello de la televisión en el parque, no me pude contener, fue algo maravilloso dentro de mí”. El hecho, sin lugar a dudas, marcó su vida desde los 14 años.
Rifat dirigió su primer programa, La casita de Azúcar, con un elenco que integraron Teresita Fernández y Sánchez Ferrer. Conjuntamente con este espacio realizó otro destinado a la música clásica.
Después hizo El pulpo verde y Música y Estrellas, el cual cambió, conceptualmente, los populares telemusicales y tuvo gran aceptación televisiva.
Le seguirían otros programas como: Pueblo y cultura, emisiones especiales esperando el 26 de Julio, De viernes a viernes, Buenas Tardes, Recital, De melodía en melodía, hasta el último que realizó: Para sentir amor.
Por su parte, Eva Rodríguez se inicia como locutora en la emisora radial Mil Diez. En la televisión comenzó con 20 años, en 1950, desempeñándose en programas bajo la dirección del también reconocido Amaury Pérez García.
Un tiempo después su imagen figuraría en el show de Olga y Tony, el de Otto Sirgo y el noticiero El mundo en televisión, que dirigía Carlos Lechuga.
Junto a Nela del Rosario, Eva figuró entre las primeras mujeres que se desempeñaron en los noticieros televisivos y ambas tuvieron el privilegio de anunciar a Cuba, a las siete de la mañana, el 1 de enero de 1959, la noticia sobre la caída del tirano Fulgencio Batista y el triunfo de la Revolución.
Una vez que Eva Rodríguez conoce el denodado amor que Manolo Rifat sentía por ella, deciden trabajar muy de cerca en todos los proyectos musicales que desarrolló el notable creador. Además de consumar la unión matrimonial, crearon un equipo de trabajo que gozaba de gran visión y con una incalculable creación imaginativa.
A esta feliz unión de talentos artísticos correspondió la puesta en pantalla de maravillosos programas como: El pulpo verde, Música y Estrellas, Saludos amigos, Buenas Tardes, En el aire, De viernes a viernes y otros
Música y Estrellas fue el más grande concebido por el binomio, que a la vez era en vivo y con remoto.
Ambos se las ingeniaron para presentar por primera vez las modas en la TV dentro del show musical, Manolo y Eva presentaban dúos y tríos musicales ocasionales, así lograron hacer verdaderas revistas musicales.
A ella le asiste el mérito de haberle puesto el nombre a estos estelares programas que, sin ningún parecido entre ellos, gozaron de mucha popularidad en los horarios estelares.
Este famoso matrimonio que aportó muchísimo talento e ingenio a nuestra televisión, trabajó en los primeros tiempos con bastantes agrupaciones vocales que proliferaron en aquel momento: Los Modernistas (con Lourdes Torres), el cuarteto Las D´Aida (de Aida Diestro), el cuarteto de Meme Solís (primero con Moraima y después con Farah María), Los Barba (con Beatriz Márquez, que después se convirtió en una de las primeras figuras de la canción cubana). También promovieron a figuras noveles en esa época como: Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola.
Por supuesto, las emisiones contaron con la presencia de artistas consagrados y muy queridos por el pueblo: Celeste Mendoza, Elena Burke, Moraima Secada, entre otros favorecidos por la relación indisoluble de la música cubana y los medios.