Cápsulas televisivas en tiempos de pandemia, la realización que se impone
En la actualidad la televisión desempeña un importante papel como medio de comunicación, al influir en la forma de actuar o pensar de las personas, logrando transformar la manera de percibir la realidad circundante. Frente a los avances tecnológicos la televisión tiene el reto de educar, informar y entretener de la manera más atractiva posible.
El mundo está enfrentando nuevas realidades por la pandemia que lo azota, ello supone una afectación no solo de la salud humana, sino un impacto en todos los ámbitos de las sociedades. En el sector de la producción audiovisual, es una preocupación cómo abordar la nueva realidad, a partir de la Covid-19, por ello se ha incrementado el uso de dispositivos móviles, computadores personales, herramientas y medios de interconexión digitales, para realizar producciones para televisión desde la modalidad de teletrabajo.
Este artículo aborda la eficacia comunicativa de las cápsulas televisivas realizadas en condiciones de teletrabajo, durante la etapa de férreo confinamiento en nuestro país. Por medio de las experiencias de connotados y jóvenes realizadores mira hacia un modo de hacer en una etapa compleja, donde nuestro organismo reorganiza sus producciones y contenidos, con el fin de informar y orientar a su pueblo.
Mediante estas reflexiones, pretende explorar un formato propio del ICRT de vital manejo en la contemporaneidad. Por medio de experiencias en la realización de estos productos, comparte la singularidad de su creación en equipo a distancia y sugiere el alcance cada vez mayor que los mensajes cortos deben ganar en las realizaciones, que hoy se producen para nuestra televisión. Valora una realidad circunstancial, impredecible que trae retos prácticos e impulsa a revisitar el arte de hacer televisión en el presente.
Para la dirección de contenidos y programación de la televisión cubana la cápsula está insertada en los programas de divulgación. Ofrece un mensaje determinado de manera breve y concisa. Su duración varía entre uno y cinco minutos, y se utiliza generalmente para brindar contenidos históricos, científicos y de servicio público, entre otros.
La situación epidemiológica por Covid-19 impone que nuestro Instituto tome medidas que actúen directamente en el modo de hacer y los contenidos de muchos de sus programas.
Provoca que se transformen las etapas de trabajo audiovisual: pre-producción, producción y post-producción, dejando la organización y lógica de la realización televisiva en un terreno nunca antes experimentado en el ámbito audiovisual.
La paralización de varios sectores de la sociedad, el inicio de un nuevo descalabro económico y el alto nivel de contagio entre personas, crea la necesidad de orientar a través de los medios de comunicación masiva de manera directa, breve y rápida sobre las complejidades y las medidas a seguir para evitar el contagio por la pandemia, de ahí que se modifiquen las parillas de programas, y cambien las prioridades informativas.
Del teletrabajo surge otra forma de realizar, transformado no solo el qué, sino el modo de proceder del director, su comunicación con la directiva del canal y con su equipo de realización. En el proceso de trabajo se inserta como soporte imprescindible el celular y las redes sociales. En esta desconocida circunstancia, la fecha de entrega se vuelve inmediata, se tienen que ajustar los tiempos de producción de televisión, manteniendo la calidad de la realización en aislamiento físico, teniendo a cada miembro del equipo distanciado y en realización desde el teletrabajo.
¿Cómo realizar cápsulas televisivas desde la modalidad del teletrabajo durante la Covid-19?
Al indagar sobre la cápsula como formato televisivo y modo de expresión audiovisual, los entrevistados consideraron diversas opiniones, piensan que la cápsula no es una creación nueva, sino un modo de encapsular información, un audiovisual sintetizado, no es un género, es un depósito formal que sirve para emitir contenidos, es recipiente y soporte. Además, un dpot, videoclip, una campaña de bien público, donde se tiene un tema y las aristas de este, se abordan en distintos momentos, responden a lo que llamamos cápsula en el audiovisual.
Asimismo expresan que es un medio (no precisamente alternativo) que ofrece, de un modo concentrado y ágil, un volumen de información que invita, cuando se logra, a una reflexión sobre la temática abordada. Afirman que las cápsulas permiten promover un evento, una obra o un artista, con códigos actuales en función de contar, en corto tiempo, una historia al espectador.
Además se emplean como recurso audiovisual muy efectivo para la presentación de nominados a un evento, como Los Lucas, donde por lo general se encapsula la información para que las personas la tengan de inmediato. Incluso se insertan en esas cápsulas links de Internet para votar, lo que conlleva a un concurso, a la participación del público, ya que se pueden mostrar teléfonos a donde llamar y otras coordenadas para cuestiones que tienen que ver con la publicidad. Es necesario mencionar que la experiencia del autor de este artículo se remite a la cápsula para la televisión con intención promocional informativa, valida los criterios expresados anteriormente.
Los especialistas expresan que, aunque la tipología de géneros, tanto en el cine como en la televisión, ha variado por la tendencia a la hibridez y por tanto ya no existen géneros puros, en el caso de la cápsula, esta se corresponde más con el género promocional-publicitario, aunque incluya rasgos del documental, de la ficción, a partir de la puesta en escena, y la animación como recurso técnico, según la intención de los realizadores.
Para el autor la cápsula puede incluir además géneros periodísticos, como el reportaje, la entrevista, los cuales no solo aportan desde la forma sino desde los contenidos.
Los géneros audiovisuales presentes en la realización de las cápsulas televisivas, dirigidas por los especialistas del audiovisual, en cualquiera de las etapas de la pandemia por Covid-19 fueron información y promoción.
Con la intención de ser fieles, no solo a la posición filosófica que se asume, sino también al aporte sensible de las agendas públicas, las cápsulas destinadas a la televisión gozan de las mismas intenciones que podrían abordarse en otros fines de comunicación audiovisual.
Se realizaron cápsulas promocionales para varias instituciones del sector de la cultura, con el fin de publicarlas en las redes sociales y en telecentros de provincia.
Al no estar limitado con los tiempos de producción para televisión, se trabaja con mayor libertad en todas las fases de realización, y eso, indiscutiblemente, contribuye a una mejor calidad del producto. La obra final no debe exceder de los tres minutos de duración, rasgo que además, facilita su ubicación en la programación de cambio, las redes sociales o en cualquier espacio televisivo donde se ajuste al tema que aborde. Asimismo la cuestión con los tiempos de programación resultaron tan cambiantes como cualquier otro elemento de realización y producción durante la Covid-19.
En el caso de las realizadas por el autor como parte de esta tesis, los tiempos varían. Se hace necesario decir que se debe a los cambios necesarios y frecuentes que adoptaba la programación del canal Cubavisión Internacional para el cual tributaba y producto de las novedosas medidas de control sanitario, según la etapa pandémica.
La cápsula audiovisual es un producto que perfectamente puede asumirlo una sola persona y dependiendo de sus complejidades puede realizarse en pequeños espacios. En la etapa de Covid-19 muchas cápsulas fueron realizadas en los hogares de los entrevistados, ya que era difícil grabar al aire libre, sin alguna restricción, se puede asumir todas las especialidades y trabajar con un equipamiento ligero. Además, el tiempo corto, es el más factible para su difusión y consumo en las redes sociales, el primer escenario para el que se pensaron en la etapa de férreo confinamiento.
El mínimo de recurso tecnológico y humano marcó la primera etapa de realización durante el estricto confinamiento en el año 2020; y aunque parezca contradictorio, las propias limitaciones de movilidad y de rodaje en pequeñas locaciones motivaron una mayor creatividad. Al mejorar la situación epidemiológica, y aumentar la demanda de cápsulas desde más organismos, se contaba con menos tiempo, y comenzaron a variar los propios intereses de estos, fue posible grabar en espacios públicos y surgieron las campañas comunicacionales.
Nuestra televisión fue la que se llevó las palmas en el tratamiento informativo, en la cobertura sobre la Covid-19. En sentido general se aprecia una evolución en este tipo de realización audiovisual. Al inicio de la pandemia primaba el entusiasmo por hacer, aunque fueran videos caseros. Poco a poco, los realizadores profesionales fueron más buscados por sus indiscutibles competencias, y de esa manera, comenzaron a contarse historias y a mostrarse otros rostros con imágenes de buena factura.
La situación de pandemia signó el proceso de realización desde la creación misma, lo que provocó fracturas en este, pues no se conocía el objeto completamente. Al ser la enfermedad una incertidumbre, el futuro del producto audiovisual se construye en el día a día.
El teletrabajo para la realización de cápsulas televisivas se considera una alternativa válida para implementar como forma de organización del trabajo en la televisión cubana, siempre y cuando se aprecie una seriedad comunicacional y un compromiso con las vidas de los destinatarios; y se potencie una acción creativa en modos y estilos que se desconocían o no se expresaban adecuadamente.
Sin embargo, su eficacia está en desarrollo, por lo inédito de la experiencia, pero consideramos que debe potencializarse como herramienta de trabajo, difusión, reflexión y análisis de las realidades.
El proceso de realización de cápsulas televisivas en estos tiempos desafía las prácticas tradicionales de producción, distribución, uso y consumo de productos audiovisuales, gracias a modelos actuales más abiertos y participativos que cobran auge como consecuencia del mayor acceso de la población a Internet y las llamadas redes sociales.
Se sugiere la práctica de este formato, considerando que impone a los realizadores la búsqueda constante de mecanismos para crear, manteniéndolos en un ejercicio de constante actualidad profesional.
1 Lic. en Comunicación Audiovisual, director de programas de Cubavisión Internacional.
El autor agradece a los siguientes realizadores su testimonio para este artículo:
Lizzete Vila Espina, documentalista y directora de programas de televisión.
Sergio E. Cabrera Angulo, coordinador general del Proyecto Palomas.
Arturo Santana, exitoso realizador de videoclips, director de audiovisuales.
Rolando Almirante Castillo, director de cine y productor, licenciado en Periodismo.
Alberto Santos Casas, licenciado en comunicación audiovisual, director y editor de Televisión Camagüey.