29 de marzo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Conchy Pérez Fernández: “El periodismo es sinónimo de un amor fuerte e indivisible”

Entrevista a la periodista Conchy Pérez Fernández, merecedora del Premio de Periodismo Televisivo Roberto Agudo
Conchy Pérez Fernández

Conchy Pérez Fernández

La oportunidad de conversar con una colega que, en medio del agitado andar de su profesión, encuentra el tiempo para un respetuoso saludo, además de la preocupación oportuna por un problema (personal o de trabajo) es una de las cualidades que definen a la periodista Conchy Pérez Fernández. Y lo más importante: siempre regala una sonrisa.

Recién condecorada con el Premio de Periodismo Televisivo Roberto Agudo, por la Obra de la Vida, se declara una mala entrevistada, tal vez, por esa probada sencillez que le impide hablar de sí misma, aunque siempre existe el día oportuno para un buen diálogo, y justo hoy pudimos conocer que tuvo inclinaciones artísticas; de ahí posiblemente comenzó a gestarse su historia profesional.

¿Por qué el periodismo en su vida?

Realmente dentro de mis proyectos infantiles de futuro estaba ser bailarina de ballet o actriz, fundamentalmente de televisión, pero mi mamá quería que yo fuera universitaria. Sería la primera en el núcleo familiar materno. Según ella, yo tenía posibilidades e inteligencia, por tanto, ya en la enseñanza preuniversitaria comencé a escoger la carrera que mejor se acomodara a mi vocación, a mi visión de la vida y a mi carácter.

Soy Sagitario, con mucha energía y muy hiperquinética, así que, en medio de la elección, finalmente, me decidí por el Periodismo. Entonces, el problema fue estudiar duro para lograr un buen lugar en el escalafón, y así fue.

Y ya que entramos en terreno de confesiones (sonríe), esto nunca lo he dicho, pero fue el fallecido Abel Ponce, avezado director de televisión, quien me mostró ese fascinante mundo de la tv. Vilmita, su hija estudió conmigo desde la primaria, y pude ir con ella a diversos estudios y programas de ese medio de comunicación. Recuerdo que al primer programa que asistí fue “Tránsito”, que, por supuesto, dirigía Abel.

Después de graduada lo seguí a las filmaciones de la serie policíaca Día y Noche y seguí aprendiendo de todos sus saberes en cuando a otras especialidades: sonido, diseño de luces, movimiento de cámaras, entre otras. Con esta confesión le estoy rindiendo homenaje a quien tanto lo merece.

De un estudio de televisión, el próximo paso como profesional fue la radio y después regresa de nuevo a la televisión, en específico al Sistema Informativo.

Al Sistema Informativo llegué un día muy amoroso: el 14 de febrero de 1984. Hasta ese momento trabajaba en Radio Habana Cuba, donde hice mi servicio social.

Al Sistema Informativo llegué por casualidad, una de mis compañeras de curso Gina González Luaces—que ya se desempeñaba en el Noticiero de Televisión— se matriculó en un curso de dirección de programas informativos y para asistir a ese curso (dos años a tiempo completo), debía traer un sustituto. Ella conocía de mi inclinación por el medio, me buscó y presentó a Cary Bermúdez, quien en ese momento era la Jefa de Información del NTV.

Gina se graduó. Actualmente es la directora del programa Antena que conduce Mara Roque, y yo periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana hace apenas 37 años.

Una periodista especializada en temas culturales, Conchy…

No siempre fui periodista de temas culturales. En aquella etapa los periodistas debían ser generalistas: había que saber de todo un poco. Ya en Radio Habana Cuba hacía mis incursiones en el tema cultural. Cuando llegué al NTV trabajé en la redacción durante un tiempo y una vez que estuve preparada para salir a filmar a la calle, entonces, parafraseando un viejo refrán “entre col y col, cultura”.

Luego he pasado talleres, seminarios, cursos de postgrado y, sobre todo, he asistido a muchas obras de teatro, exposiciones, programas de danza (folclóricas, contemporáneas y de ballet), conciertos, espectáculos, voy al cine.

Leo mucho. Nunca me acuesto sin leer algo: algunas páginas de una novela, un cuento, un poema y hasta los periódicos del día. Casi todos los domingos, asisto a las funciones de la Orquesta Sinfónica Nacional en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba.

En estos tiempos de pandemia me siento muy desolada sin poder disfrutar de alguna presentación artístico-literaria. Mi espíritu está decaído. Para abordar la temática cultural, además del talento, hay que tener una sensibilidad ante el arte. Al trabajo hay que ponerle mucho amor y disfrutarlo, eso de inmediato sale a relucir en el resultado de una entrevista, nota, reportaje o comentario.

Con una sobrada experiencia en el periodismo llegas al Noticiero Cultural. ¿Qué nuevas exigencias te significa?

Llegar al Noticiero Cultural fue una bocanada de oxígeno. Trabajo con un excelente grupo. Todos más jóvenes que yo y me aportan frescura y otros saberes. Por tanto, este complemento me exige, en primera instancia, a mí misma, y luego, a los demás. Ese encuentro de generaciones enriquece el ambiente laboral.

Cuento con corresponsales en todo el país, eso me obliga a estar bien informada de lo que acontece en cada provincia, tener presente las jerarquías y prioridades informativas. No me gusta decirlo, pero me desempeño como Jefa de Redacción desde hace siete años en ese noticiero y soy una más en el colectivo.

Hacer equipo es sumamente importante: desde la editora Pilar Cicard y la asistente Isa Gil, pasando por los periodistas (Elín, Roylán, Yuris, Lisandra y Daniel); los productores (Camilo, Virginia Lisyana, Ingrid y Odarlines, La China), hasta el Jefe del programa: Luis Morlote, además del equipo técnico, liderado por Odalys Torres.

Para quien trabajar es un credo por la entrega que ofrece a cada propuesta, hay momentos que sobresalen por difíciles que resulten sintetizar. De ellos, marcados por la tristeza, asegura que el más impactante, es “haber trabajado como periodista en la Operación Tributo (nombre que se dio en Cuba, en el año 1989, a la acción de trasladar de regreso a territorio nacional los restos mortales de los cubanos caídos en misiones internacionalistas en países de África y darles gloriosa sepultura en nuestra patria)”.

Por otra parte, guarda con regocijo las múltiples coberturas a presentaciones del Ballet Nacional de Cuba. En ese sentido, atesora con especial celo las tantas oportunidades que tuvo de entrevistar a la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso.

Y entre la risa y el llanto, nunca faltan momentos de tensión y, de hecho, rememora con la misma ansiedad el día del paso del tornado por La Habana, y su permanencia en el Noticiero dando aliento a quienes llamaban y a su vez a los compañeros de equipo.

Sensible y comprometida periodista, que “juega” con los recuerdos porque constituyen ese punto exacto para seguir adelante, Conchy Pérez Fernández recién obtuvo el Premio de Periodismo Televisivo “Roberto Agudo”, por la Obra de la Vida. Casi en los momentos finales del diálogo esta reportera accedió a un cuestionario de preguntas que hablan una vez más de su entrega y profesionalismo.

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Una última llamada fue la que realmente puso el punto final a la entrevista. Como mismo Conchy apreciaba su primera entrada en la TV de la mano de Abel Ponce, cada labor felizmente concluida o un lauro como el recién recibido necesitaba compartirlo con nombres que han sido referenciales en su trabajo. Encabezan la lista los ya jubilados: Virgilio Diago, Gloria Ugás, Alicia Cascaret, Marta Sosa, Eva Maura Díaz, Paco Villanueva, Clotilde Serrano, Nuria Cepero, Sonia González, Leda Greach. Paula Pina, Ileana Martínez, Norma Martha del Río.

No podían faltar aquellos con los que hoy sigue compartiendo compromiso como Cary Bermúdez, Julia Mirabal, Gladys Rubio, Irma Cáceres, María del Carmen Vasallo y Lázaro Consuegra, así como los que ya no están: Mario Romay, Maribel Puerto, Orlando López y Freyda García.

“¿Podría parecerte mucho? es que ciertamente con todos formé equipo y de cualquier manera de ellos también aprendí, por eso les estoy tan agradecida”, concluye Conchy Pérez Fernández.

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