Conciencia en la TV
Resulta pronto para rellenar cuartillas hablando de una serie que recién se inicia en la televisión nacional, aunque desde sus comienzos hace algunos guiños de atención sobre el televidente, y pregunto: ¿la serie Conciencia logrará ser consciente de su responsabilidad?
Me atrevo a apostar por el sí, desde el inicio se aprecia una factura de realización muy alta, en la cual el uso de primeros planos y de la cámara lenta han resultado plenamente justificados; vuelve Rudy Mora a la narración cortada, que si bien no ha sido hasta ahora violenta, sí rompe con la linealidad a la que el televidente de casa está acostumbrado, por tanto le exige un grado de atención mayor, de lo contrario puede perder una serie de incidentales importantes.
Aplausos por los rostros que han ido apareciendo, todos de primera línea, algunos desafortunadamente alejados un tanto de la habitualidad, es el caso de Nancy González. Reiterados aplausos por aquellos sacados de su recurrente zona de confort actoral, como Carlos Gonzalvo, tras una aparición de personaje ocasional coherentemente interpretado, y en la justa medida de lo trágico de su conflicto.
Afirmada la esperada solidez de actrices como Nieves Riovalles y de la joven Ariana Álvarez que, desde la sencillez, han hecho entrañables a sus personajes, y dejan una brecha abierta para que la entrada de actores como Osvaldo Doimeadiós y Reny Arozarena no se sostenga coqueteando con los estereotipos.
Aunque muy pronto aún para valoraciones, lo cierto es que resulta necesario revertir esa impresión de los capítulos iniciales, donde parecía disputa vulgar entre profesionales de alta estatura; la escena de la reunión donde las médicos antagonistas muestran sus puntos de vista es para olvidar, no porque no pueda ser real sino porque para mostrar luces y sombras del ser humano estas pueden ofrecerse con mayor vuelo y menos ingenuidad.
El tránsito del tercer capítulo ya muestra mejor el pollo de un arroz al cual imagino le falten aún muchos ingredientes, máximo cuando atractivo y sobre todo necesario resulta el “menú” (entiéndase producto artístico).
Felicitaciones por colocar nombre y rostros desde la ficción a tantos héroes anónimos que, como seres humanos, arrastran frustraciones, miserias, contradicciones, pero ahí vuelvo a colocar el ojo, espero que el carretón no sea tan pesado que cueste tanto arrastrarlo y no cuente entonces con la complicidad del televidente.
Por el momento sigo pensando que el público necesita de series como esta, dirigida por Rudy Mora, excelente profesional que ha demostrado encontrar, en medio de discursos renovadores, la sicología de los personajes y la atención de los conflictos como la columna vertebral de una edificación que debe demostrar su consistencia desde la primera vez.
El reto es importante, no se puede perder de vista la responsabilidad de llevar Conciencia a la TV.