9 de octubre de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

DÍA DE LOS PADRES: HOMENAJE A AMAURY PÉREZ GARCÍA

Próximos a celebrar el Día del Padre, evocamos a Amaury Pérez García por la importancia de su trabajo profesional en la televisión, el cabaret y los espectáculos qe dirigió.
Amaury Pérez Garcia

El Día de los Padres data de 1909 en Estados Unidos: Sonora Snart Dodd reconoció a su padre, veterano de la Guerra Civil que viudo, educó ejemplarmente a sus cinco hijos; prevista el 5 de junio (cumpleaños de él), por la premura se pospuso al 19 de junio de 1910 en Washington. Quedó en 84 países el tercer domingo de junio, complemento del Día de las Madres, si bien el catolicismo fijaba el 19 de marzo día de San José, padre de Jesucristo emblema de paternidad, y otros 70 países lo celebran en otras fechas durante el año, reconociendo el papel de los padres en la familia, la sociedad y la crianza de hijos.

En Cuba la inició en 1938 la poetisa, bibliógrafa, ensayista y pedagoga feminista puentegrandina Dulce María Borrero (1883-1945), relevante familia protagonizada por sus contertulios su abuelo paterno y su padre el médico, escritor y coronel mambí camagüeyano Esteban Borrero Echeverría. La cultura mariana la ha preterido (a veces injustamente) ante el Día de las Madres; solo en las últimas décadas cobra valor. En algunos países implica padre y madre. No se confunda con el Día del Hombre (noviembre 19, desde 1992 en Estados Unidos), internacionalizado desde 1999, indispensable en la justa equidad de géneros, contra la misandria y abuso marginador a los varones.

La televisión ha impulsado su valoración, y abunda en ejemplos de padres que de una u otra forma, la honran: múltiples audiovisuales (películas, series, comedias, dramas, video clips, documentales, animados, musicales, imágenes visuales, obras literarias., escénicas…) los han enarbolado siempre, aún sin tal intención; tan orgánico homenaje no podía ser de otra manera: numerosos padres se lo han ganado, al punto que dificulta mucho escoger uno; y es mejor, pues tanta riqueza se arriesga más en un solo nombre.

 Amaury Pérez

Creemos que basta con decir Amaury Pérez… ¿quién, sino el célebre cantautor, guionista y entrevistador habanero Amaury Pérez Vidal, nacido en 1953? Grave error, que él mismo ha tratado de enmendar, pues obvia a su padre, el tunero Amaury Pérez García, que de familia y entorno humilde nació en el central Delicias en Puerto Padre, el 13 de enero de 1926, y fallecería (derrame cerebral) en hospital el 19 de febrero de 1990 en brazos de su hijo, que lo había ido a buscar a comer pescado en casa de un amigo. Al día siguiente fue depositado en el camposanto de Colón en esta Habana que amaba, entre muchos artistas y técnicos de televisión; esa noche, el hijo cantaría en la Universidad Central de Caracas.

Ambos se veían cada vez que podían, sobre todo los domingos. Gustaba del whiskey Johnny Walker etiqueta roja, que llamaba “Juanito el caminante” y el hijo le buscaba. Hablaban de sus amistades: Bola de Nieve, Benny Moré, Roberto Faz, Alba Marina, Martha Pérez, Olga Guillot, Tata Güines; reconocido muy atractivo aun con más edad, muy discreto de sus relaciones, no hablaba mal de nadie ni juzgaba. Muy dolido cuando su hermano Tabaré emigró, nunca lo expresó: se veía mal parientes emigrados, pero le mandó una extensa carta cuando su hijo viajaría a Caracas donde residía, aunque no la entregó. Dijo del padre: “un tipo increíble y un gran profesional de la televisión, el cabaret y los espectáculos masivos (…) No hay día que no hable de él en casa” (cubadebate).

Ya en 1939, su familia paterna era la única blanca en un solar de la habanera calle Aguiar, y creció con otros colores de piel según Rafael Lam (cubanow, 2021, mayo 20) quien en 1980 escribía Juntos a las 9, el más popular programa de televisión, y lo recuerda muy buen percusionista con “un glamour (…) todo un caballero”, en el Festival Boleros de Oro con el cantante mexicano Fernando Fernández. Tras el bachillerato, comenzó en CMQ TV (Canal 6) como boy office, o sea, recadero con Gerardo Hernández, con tal empeño que ya en 1951 era coordinador del humorístico Hogar moderno, que escribía Francisco Vergara, donde conoció debutando en televisión a la entonces joven actriz Consuelo Vidal Regal (Consuelito, para su pueblo), con quien se casaría en 1952 y tendrían cuatro hijos, varios de ellos artistas; entre ellos, el referido Amaury Pérez Vidal.

Amaury Pérez García: evolución en la televisión

Debutó dirigiendo programas en un noticiero corto más de un año al cerrar cada día; logró buen oficio por la brevedad y precisión de la televisión en vivo. Luego, por mucho tiempo, dirigió Cocina al Minuto que confeccionaba recetas frente a las cámaras de televisión, pero antes de su gran clásica Nitza Villapol, los humorísticos La Escuelita, y Juan, Ramón y Domitila, y su primer musical El Show del Mediodía, que diariamente animaba el estelar Germán Pinelli, insertando su recurrente polémica con Rafael Lay, director de la orquesta Aragón que amenizaba el programa: varios kinescopios aún lo remedan, y discos de grabaciones musicales, como uno del cantautor Bola de Nieve. En 1952 (agosto 16) estrenó en el programa Carrusel de las Sorpresas que conducía Pinelli (donde presentaría muchos más) al cuarteto Las D´Aida atendido por Orlando de La Rosa. A Celia Cruz la tenía como hermana; su hijo la conoció en Barcelona, años después.

Enamorado de los musicales, en 1956 inauguró el sueño de su vida: la revista musical Jueves de Partagás, de los mejores programas con amplísimo margen, puntero de música popular poco difundida hasta entonces: guaguancó, otras rumbas auténticas y rituales abakuá, tres íremes con tambores y cantos de bríkamo, tocaron un bonkó enchemiyá y otros tres tambores a cargo de Zayas Valdés y Rogelio Martínez Furé, Regueira en el ekón (cencerro) y Firé en la maruga y como servidor, el Morúa Miguel Lastra; Andrés Castillo lo publicó titulado “Con nuestros músicos” (El País Gráfico; 1955, abril 10) y devino uno de los directores más prestigiosos del Canal 6; televisó cantantes no blancas de música popular y excelentes registros: Celia Cruz, Olga Guillot y Bola de Nieve.

Ante su macro-contexto social

Era el director de televisión mejor pagado de la más importante cadena cubana, pero en el Movimiento 26 de julio luchó clandestino contra Batista; tras la huelga de 1958 (abril 9) con otros artistas de CMQ (Palaus, Isabel Aida Rodríguez, Julio César Ariosa, José Lino Noya, Alberto Luberta, Ángel Espasande…), tuvo que exilarse en la embajada venezolana y Consuelito (quien promoviendo el jabón Rina añadía de Iris Dávila en tan peligrosos momentos: “Hay que tener fe, que todo llega”) firmó su renuncia como director ante Goar Mestre, Director general y dueño de CMQ; Joaquín M. Condal lo sustituyó en el programa El Casino de la Alegría, de los más vistos con Cabaret Regalías El Cuño. En Caracas subsistió vendiendo helados ambulante; con el actor Salvador Wood, dirigió la emisora Indio Azul, enviando mensajes a la Sierra Maestra cubana como la Marcha del 26 de julio, según Carlos Faxas, quien había grabado la original, y luego retrasmitiría Radio Rebelde.

Regresó a Cuba en 1959 (enero 8), y casi de inmediato, retomó la dirección del Show del Mediodía, compartiendo con Benny Moré y otros, y se estrenó dirigiendo actos políticos de primer nivel televisados mediante unidades móviles de control remoto, que simultaneó 1967-1980 con la dirección general de espectáculos en diversos festivales de música, produciendo los Festivales Internacionales de la Canción popular de Varadero. Fue de los valiosos artistas que no titubearon a ser ejecutivos como Marcos Behemaras, Carballido Rey, José Antonio Caíñas Sierra, Iris Dávila, Mirta Muñiz, etcétera, diseñando nuevas estrategias mediáticas y programación de servicio público que renovaría nuestros medios elevando su calidad artística; entre los fundadores del Instituto Cubano de Radio (Icr) en 1962 (mayo 24), al intervenir cerrando las agencias de publicidad y nacionalizar Crusellas y Sabatés (filiales cubanas de jaboneras estadounidenses transnacionales, las más poderosas productoras de programas mediáticos), el Estado asumió los altos pagos de sus artistas exclusivos, y era de los que convencía al resto a reducir voluntariamente sus sueldos (el suyo a 388 pesos). Al sabotaje de 1960 (diciembre 15) que incendió el control maestro de CMQ TV y varios pisos del Radiocentro, con Gregorio Ortega director de CMQ, René Ortega, Mirta Muñiz, Lino Noya y José Varela, decidieron a corto plazo, y en equipo liderado por los ingenieros Madariaga y Díaz restablecieron la señal televisiva en pocas horas: sobre una caja de refresco Coca Cola, improvisaron un control maestro.

Otros aportes a la televisión

En 1960 dirigía Ritmos de juventud, que en junio de 1963 estrenó el ritmo mozambique de Pello el Afrokán con Daysi Monteavaro, años que llamó “la primera explosión musical de la Revolución”, y Pello, “un personaje de feria”. Con Mirta Muñiz dirigió el primer largometraje de cine para televisión: su versión filmada en 16 mm de Yerma (1964) de Federico García Lorca en el espacio Teatro ICR, protagonizada por Consuelito entonces con 34 años de edad, cuya magistral interpretación ayudó a su valoración como “una obra artística antológica”, con Sergio Corrieri y Erdwin Fernández.

Quiso revolucionar la televisión en los años 80 compitiendo los canales 2 y 6; sin comprensión, se jubiló al fallecer Celia Sánchez; dos o tres años más fue director general de muchos espectáculos y shows del afamado cabaret Tropicana (como Rodney, Joaquín M. Condal y Joaquin Rivera), incluso su cincuentenario (1989) “para la historia”. En 1987-1988 dirigió en televisión Mañana es domingo, presentando importantes artistas, e innovaba insertando estudiantes del Instituto Superior de Arte en el diseño escenográfico.

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