19 de abril de 2024

envivo

Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

El año en que tuvimos tv

La televisión hace su entrada en los hogares cubanos en aquel 1950, pero, mientras tanto…¿qué pasaba en la cultura cubana?

Aquel 1950, al cual libérrimamente nos hemos movido, es en Cuba un punto de viraje en cuanto a los llamados medios de difusión masiva.

Sí, la televisión hace su entrada en los hogares cubanos, cuando en la habanera intersección de Mazón y San Miguel salen al aire las ondas del Canal 4 Unión Radio, seguidas por el Canal 6 de CMQ.

Pero, mientras tanto…

¿Qué pasaba en la cultura cubana?

En esos momentos el país cuenta con 521 cines de 35 milímetros.

Eduardo Hernández, conocido como Guayo, inaugura el Cineperiódico, y también se funda la Cinemateca de Cuba.

El cine cubano entrega en aquellos días los filmes Siete muertes a plazo fijo, de Manuel Alonso; Música, mujeres y piratas, de Pedrosa; Cuando las mujeres mandan, de González Prieto; de Medina, Qué suerte tiene el cubano y Rincón criollo, cinta esta última donde se escucha la voz de Ñico Membiela, que sigue resonando en nuestros oídos tantos años después.

¿Quién no recuerda a esa figuraza eterna que fue Jorge Negrete? A una muy cálida voz, acompañaba su estampa de galán, que hizo suspirar a más de una fémina. Ah, pero el artista del país azteca, al parecer, no fue solo cantante excepcional y hombre apuesto. No muchos recuerdan que aquí interpretó entonces nada menos que la pieza Lamento cubano, donde Eliseo Grenet y Teófilo Radillo se preguntaban por qué Cuba sufría tanto quebranto.

Muere, en horrenda miseria, el trovador Manuel Corona, quien compuso piezas clásicas como Longina y Mercedes.

Benny Moré retorna a Cuba.

Sube a la escena del Teatro Martí la comedia Sal de la cueva, Don Juan, de Arturo Liendo.

La escultora Rita Longa está emplazando frente a Tropicana la grácil bailarina que será símbolo mundial de aquel paraíso bajo las estrellas.

Nace en Santiago de Cuba el escultor José Ramón Villa Soberón, quien, entre otras, nos entregaría sus imágenes de Martí, Che Guevara y John Lennon.

La matancera Carilda Oliver está recibiendo el Premio Nacional de Poesía, por un poemario que estremecería a generaciones de cubanos: Al sur de mi garganta.

Nos visita una figura estelar, Josephine Baker, quien a pesar de sufrir aquí vejámenes discriminatorios, nos iba a hacer depositarios de su arte colosal.

Mientras, como dijimos, está saliendo al éter la señal televisiva, que ojalá sea siempre un regalo para los ojos y los oídos de los cubanos.

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