27 de julio de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

«El arte de Mercy Avila y Héctor Pérez en la radio»

Vida y obra de los radialistas Mercy Avila y Héctor Pérez

La locutora Mercy Avila no tiene antecedentes familiares vinculados a la cultura, pero cuando se preparaba para hacer la primera comunión, tuvo la suerte de que su maestra de catecismo fuera la actriz Marta Muñiz.

Marta Muñiz fue primera actriz de radio y teatro seleccionada en 1956 por la ACRYT como figura destacada de la radio. Actuó en las tablas junto a Otto Sirgo, Minin Bujones y Paul Díaz. Participó en diversos espacios radiales de éxito, entre ellos la radionovela Divorciadas y Por los caminos de la vida en CMQ, entre otros programas en Radio Progreso. Al jubilarse siguió vinculada al arte, a través de la iglesia católica como profesora de actuación de niños y jóvenes.

Fue tan grande la admiración de Mercy por Marta, que comenzó a participar en sus montajes para aficionados. Por medio de esa relación, años después conocería a Iván Pérez, el cual la invitó a participar en el grupo teatral Arte Clásico Moderno, creado por los hermanos Pérez, siendo muy jóvenes.

A pesar de la resistencia familiar, Mercy se unió al grupo y así conoció a Héctor Pérez. Posteriormente se profesionalizó como actriz, pero la oposición paterna la hizo dejar la actuación y dedicarse a la contabilidad.

La amistad con Héctor se convirtió en un largo noviazgo hasta casarse. Aunque había renunciado a integrar profesionalmente el medio artístico, Mercy Avila siguió actuando en espectáculos que tenían lugar en La Anunciata, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, y en obras que también presentaban en asilos de ancianos, ensayando todas las noches con estrenos cada tres o cuatro meses, de forma gratuita.

En 1986, ya con dos hijos, uno de ellos, una niña a la que nombraron Martha por el cariño entrañable hacia su profesora y Rosa por Rosita Fornés, figura a la que Héctor admiraba sobre manera, Mercy cursa la especialidad de locución por un año, haciendo prácticas en Radio Ciudad de la Habana durante varios meses.

Sin dejar la actividad económica, la joven se inicia profesionalmente en la COCO hasta dedicarse completamente a la radio y continúa como locutora en los espacios Deportivamente, de Radio Rebelde y La tarde contigo, de Radio Enciclopedia.

De igual manera trabaja en CMBF y en Radio Progreso de forma ocasional, en específico en los programas Reto a la imaginación, Fiesta guajira y la Discoteca Popular, hasta asumir el género informativo en Radio Habana Cuba, en el horario de 7 a 10 de la noche, donde permaneció durante 27 años.

Para lograr ese ritmo de trabajo, la locutora siempre contó con la ayuda de su madre, mientras que Héctor, su esposo, era absorbido por la labor radial como director y actor, continuando la colaboración artística con el grupo Marta Muñiz, que radicaba en el Centro Loyola. Mercy y Héctor, condujeron durante diez años los conciertos de navidad que se comenzaron a celebrar después de la visita del Papa Juan Pablo II.

Mercy considera a Radio Habana Cuba como su escuela, porque allí tuvo el gusto de compartir micrófono con varios profesionales admirados, entre ellos, Carlos Massola y Raúl Luis Galiano. Evoca a este último como a un artista de cultura exquisita, con gran capacidad de improvisación del que aprendió mucho.

Diversos sucesos internacionales marcaron su quehacer como locutora en esa emisora, entre ellos menciona la invasión de Panamá, la cual siguió durante toda una madrugada, sin separarse de la trasmisión. La artista emprendió otros géneros de la locución en Radio Habana Cuba y recibió el Micrófono de la Radio, entre otros reconocimientos. Decide jubilarse tras el fallecimiento de su esposo Héctor.

Durante su desempeño laboral, Héctor Pérez Ramírez comenzó como director en Radio Ciudad de la Habana asumiendo varios espacios. El que su programa El Mensajero resultara premiado, seguramente facilitó su paso a Radio Progreso, pues comenzó a dirigir paulatinamente, una amplia programación que incluía los espacios Reto a la imaginación, La Gran Aventura de la Humanidad, La Novela de las dos, Así se forjó la Patria y otros.

En los años 2000 se vincula a la productora Radio Arte, asumiendo varios espacios, de los cuales es imprescindible mencionar la exquisita novela de CMBF, dedicada a figuras artísticas sobresalientes.

Por su dedicación incondicional a la radio, recibió la Distinción por la Cultura Nacional, el Premio por la Obra de la Vida, otorgado por la Agencia ACTUAR en 2012, el Diploma por el Mérito Artístico, entregado por el Instituto Superior de Arte, el Diploma Julio Lot, gracias a sus relevantes aportes a la radio cubana y a la cultura nacional, la condición Artista de Mérito del ICRT, el Micrófono de la Radio y demás premios como actor y director.

Su muerte inesperada en 2015 resultó un shock para todos los que lo conocieron. El amplio conocimiento del medio radial de este profesional, así como su maestría al dirigir, el cariño y respeto con que trataba a sus compañeros y las innumerables oportunidades que ofreció a los jóvenes y radialistas en general, lo hicieron muy querido y admirado, por lo que su fallecimiento constituyó una gran pérdida para el gremio, pero más aún para su familia.

El matrimonio tuvo dos hijos, que también se dedicaron al arte. Javier optó por la fotografía audiovisual y Martha Rosa comenzó como bailarina y profesora de la compañía Ballet Lizt Alfonso hasta, más tarde, incursionar en la escritura de guiones, acompañada en ese quehacer por la experiencia de su tío, el premio Nacional de Radio Iván Pérez. Actualmente, es guionista de distintos espacios radiales.

Por su parte, Mercy continúa vinculada a la labor artística dentro de la iglesia, llenando este tiempo de pandemia gracias a la poesía, un género que siempre prefirió y en el que ha comenzado a incursionar como autora. Aún permance, como privilegiada oyente, fiel a la radio.

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