28 de marzo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Elena Burke sigue acompañándonos

Conocida como La Señora Sentimiento, ella es una de las grandes voces femeninas cubanas de todos los tiempos
Elena Burke

Elena Burke

Romana Elena Burguez Gonzáles, dicho así poco significaría, pero cuando ese nombre se traduce en La Burke la connotación es otra. Y es que la carismática intérprete señoreó en el escenario su inconfundible manera de decir, sacó a la luz y, por todo lo alto, las primeras composiciones de Juan Formell, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, por solo citar algunos ya también imprescindibles.

Con su impronta Elena dejó un marcado estilo que se instaló también en la radio, al ser anfitriona del espacio A solas contigo, de Radio Progreso, fundado por ella junto al compositor y pianista Meme Solís y el compositor y cantante Luis García. Ya entrada la década del 70 hasta los años 80 del siglo pasado Elena continúo presentando el programa en solitario.

Este espacio, que se mantuvo al aire por poco más de 20 años, regaló la magia de la descarga, la exquisitez de arreglos y composiciones de Guzmán y Somavilla, al tiempo que develó el alma de un Pablo Milanés filinero, una inconfundible Marta Valdés, dueña de letras y melodías de vanguardia, así como temas no escuchados de Michel Legrand y Bert Kaempfert dentro de la escena internacional.

Acompañada también de la guitarra de Froilán, a La Burke se le escucharon versiones sorprendentes como la “Rosa blanca”, que traía a un José Martí desde la verdad que también esconde la canción.

En ese sentido, Radio Progreso fue excelente cobijo de creación para esta intérprete que cantó con la misma autenticidad los más variados géneros de la música popular, con esa envidiable tesitura y un goce difícil de olvidar.

Por su parte, Radio Progreso igualmente le devolvió esa sinceridad de entrega, por eso refiero en este momento una de las tantas anécdotas que sobre ella recreara el ya desaparecido locutor Eduardo Rosillo en su biografía, titulada Alma de la Música Popular Cubana:

“Recuerdo que hace dos años (1998) seleccioné un número musical de Elena y lo transmití en la Discoteca del Ayer y mientras lo escuchaba pensaba en que no había hecho todo lo que me correspondía por lograr que la gente demostrara su afecto de siempre por esta figura: una mujer que había hecho historia en la música popular cubana y que en esos momentos se hallaba hospitalizada.

“Así se me ocurrió al terminar la canción decirles a los oyentes que a partir de ese momento tenían la oportunidad de enviarle mensajes al programa que yo me encargaría de llevárselos. Transcurrieron unos minutos y la popular cantante Celeste Mendoza llamó a la cabina anunciándome que Elena estaba escuchando el programa, lo acababa de comprobar al comunicarse con ella en el hospital […].

“Visto como se fueron comportando los acontecimientos, el director de la emisora –por entonces Manuel Andrés Mazorra–, obtuvo el teléfono del hospital y se le pidió una entrevista a Elena, aceptó de muy buena gana y se transmitió íntegra por el espacio Un domingo con Rosillo.

“Pasada la semana, llamé y salió al teléfono una de sus nietas y luego del saludo me preguntó: ¿Rosillo usted tiene alguna creencia religiosa? Le contesté que no, y me interesé en saber por qué lo creía, y ella me respondió que por esos días su abuela andaba bastante tristona porque extrañaba mucho a la gente, no solo a los amigos, sino sobre todo al púbico, y de pronto llega el domingo y usted le regala tantas llamadas, que eso la ha levantado muchísimo.

“Ese mismo año, el día de su cumpleaños, los integrantes del colectivo de Alegrías de sobremesa tuvimos una actividad en la Terminal del Azúcar a granel, ubicada en el reparto Mariel, y una vez finalizada fuimos a verla. La habitación y el piso estaban completamente llenos, y ella feliz, como también su médico de cabecera. Por él supimos que nunca faltaron más llamadas de sus seguidores a la pizarra del internado”.

Y es que Elena supo ser de la gente sin proponérselo, su sencillez y esa manera de decir lo que muchos sentían a la par que ella interpretaba se convirtió en un abrazo cómplice, ya fuese en teatro, en el Café Concert Gato Tuerto, el Club Imágenes o desde la cerrada cabina de Radio Progreso. Fue puro sentimiento el que decidió compartir, con la certeza de que nos acompañaría siempre.

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