27 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Esther Borja, “La damisela encantadora”…

quien inspirara al Maestro Ernesto Lecuona.
Esther Borja

Esther Borja

Queremos comenzar nuestro trabajo sobre Esther Borja incluyendo las palabras escritas por Nelson Camacho, en uno de sus discos:

De la Canción al Piano

Honrar honra, dijo el más universal de los cubanos, nuestro José Martí, y siguiendo este pensamiento martiano, he querido homenajear a quien tuve la suerte de conocer y compartir muchos años de bella labor artística, me refiero a la eximia cantante Doña Esther Borja.

En este trabajo discográfico he compilado, en versiones para piano, algunas de las canciones que interpretamos juntos en aquellos conciertos inolvidables de los años ´70 y ´80 del pasado siglo; en que paseábamos nuestro arte por los principales escenarios del País, y nos presentábamos en el aun recordado programa de televisión “Álbum de Cuba”del que ella era anfitriona y en el que debuté en1972 en la televisión cubana.

He aquí mi agradecimiento y devoción eterna, a quien regalo tantos y tantos momentos imborrables a varias generaciones de Cuba y al mundo con su arte irrepetible.

Gracias gran dama de la canción,

Gracias por existir,

Gracias por regalarme el privilegio de tu compañía,

Siempre serás nuestra “Damisela Encantadora”,

Siempre serás “La dueña de la tarde”…

Nelson Camacho

Una de las grandes Divas de la música cubana, Esther Borja Lima, soprano lírica e intérprete de la canción cubana; un nombre que para los que peinamos canas y de generaciones que nos precedieron, tuvimos el privilegio de admirarla en el teatro y la televisión, fundamentalmente en un programa creado en 1961 que se titulaba “Álbum de Cuba” y que fuera transmitido de manera continuada hasta 1986. Ella era su anfitriona principal y cantante de ese espacio por donde desfilaron todos los grandes de la música cubana, pues semanalmente (lunes) invitaba a uno de ellos. Por “Álbum de Cuba”, desfilaron figuras como: Rosita Fornés, María Remolá, María de los Ángeles Santana, Armando Pico, Gladys Puig, Alba Marina, Luis Carbonell, Sarita Escarpenter y Ramón Calzadilla entre muchos otros.

Esther Borja, nació en La Habana el 5 de diciembre de 1913. Desde muy pequeña sintió afición por el canto, pero su familia se oponía un poco a la vida de los artistas y entonces estudió Magisterio. Realizó sus estudios de solfeo y teoría de la música con Juan Elósegui, y de canto con Rubén Lepchutz. Después de graduada en los estudios de Música, más tarde estudió Piano en el Centro Gallego de La Habana y con solo 18 años comienza a cantar en varios espacios, sobre todo en Radio Lavín y en algunas actividades sociales que se realizaban en el poblado de Santiago de las Vegas y todos los que la escuchaban le decían: si Lecuona te oyera…

Esther, a tanto insistir de los que la conocían tenía un sueño, conocer al maestro Ernesto Lecuona y un día se decide a ir a su casa; hizo todo el trayecto a pie pues solo tenía cinco centavos para el ómnibus. Cuando llegó a la casa de Lecuona, la recibió su hermana Ernestina, pues el Maestro no se encontraba, pero ella le cantó algo de su pequeño repertorio y Ernestina que también era músico, descubrió que en aquella muchacha había voz y talento. La instó a volver cuando estuviera su hermano. Todo esto sucedió en 1935. Por fin un día se encontraron y éste quedó fascinado con la tesitura, la afinación y la forma de cantar de la joven. Ella se caracterizó por su rica textura de voz y su amplia tesitura. Se la considera una de las principales intérpretes de la música de los Maestros Gonzalo Roig, Rodrigo Prats, Jorge Anckerman y especialmente del destacado Ernesto Lecuona.

Lecuona viajaba mucho, y siempre les traía a sus alumnos algún presente, en uno de esos regresos ya estaba Esther entre ellos. El Maestro repartió los regalos, pero a ella no le entregó nada. Entonces se sentó al piano y le dijo: Éste es mi regalo para ti.., y le tocó la pieza que después se convertiría en la preferida de todos, era la “Damisela Encantadora”, la que ella y solamente ella siempre interpretaría de manera impecable.

En ese mismo año de 1935, Esther debutó en el teatro con Lecuona con la zarzuela “Lola Cruz”, a la que él le añadió el vals “Damisela Encantadora”, para que ella la interpretase. Cuando terminó, todo el teatro se puso de pie y tuvo que repetirla en varias ocasiones. En 1937 filmó Adiós, Buenos Aires, con Ernesto Lecuona y Bola de Nieve; también compartió roles con los artistas argentinos Alfredo Lepera, Tita Merello, Libertad Lamarque, Tito Lusiardo y Rosita Moreno, acompañados por la orquesta de Francisco Canaro, y con el cantante mexicano Pedro Vargas. De esta forma ya comenzaría a trabajar con el Maestro Ernesto Lecuona y bajo su dirección, realizó diversas actividades en lo que se llamó el Género Chico Español.

En el año 1936, junto a los hermanos Lecuona y a Ignacio Villa, Bola de Nieve, realizó una gira artística por varios países de Latinoamérica, que incluyen a: Argentina, Chile, Perú, Uruguay y Brasil. En ellos se presentó como solista y junto a intérpretes argentinos como Tita Merello, Libertad Lamarque, Rosita Moreno, y Alfredo Le Pera con gran éxito. En 1940 actuó en el Teatro Principal de la Comedia, donde protagonizó el rol principal de la zarzuela española Las Leandras, de Francisco Alonso, también hizo el personaje de Julieta en la opereta El conde de Luxemburgo, de Franz Lehar.

De regreso en La Habana, comenzó a trabajar en los conciertos organizados por Eliseo Grenet en los que también participaron Rosita Fornés, María de los Ángeles Santana, Ignacio Villa (Bola de Nieve) y Pedro Vargas, en los teatros: Principal de la Comedia y el Teatro Martí. Nuevamente en un viaje a Buenos Aires interpretó con gran éxito las zarzuelas “El Cafetal”, “Lola Cruz”, “Las Leandras”, “Rosa la China”, “María la O” y las operetasLa condesa Maritza”, “La danza de las libélulas” y “La bayadera”. Además estrenó en el año 1948 la canción “Mi guitarra guajira” de Olga de Blank, obra ganadora en el Festival de la canción.

En 1943, Sigmund Rombers, prestigioso compositor húngaro de operetas la contrataría para varias giras por los Estados Unidos, donde actuó en 48 estados y en el Carnegie Hall, sala de conciertos en Manhattan, en Nueva York por donde posteriormente realizó una extensa gira.

A partir de 1948 inició sus actuaciones radiales a través de la emisora CMQ de La Habana, donde actuó junto a intérpretes de renombre como: la soprano América Crespo, los tenores Panchito Maya e Hipólito Lázaro y el declamador Luis Carbonell, El acuarelista de la poesía antillana, al que le unió además una gran amistad. En unión de Pedro Fernández y desde el escenario del Teatro Martí, participó en la temporada de operetas y zarzuelas, en la que protagonizó La condesa, de Maritza, Emmerich Kálmán; La corte del Faraón, Manuel Penella; Luisa Fernanda, Federico Moreno Torroba, y Las Leandras. A partir de esta misma fecha en los teatros Blanquita (hoy Karl Marx) y Auditorium, junto al tenor español Hipólito Lázaro, el cubano Panchito Naya, la soprano América Crespo y Luis Carbonell, cantó las obras, acompañada al piano por sus autores: Orlando de la Rosa, Felo Bergaza y Mario Fernández Porta. Hizo sus últimas actuaciones en el teatro lírico en 1953 en España, en los teatros Álvarez Quintero, de Madrid, y El Cómico, de Barcelona.

Una cita del compositor Gonzalo Roig permite comprender lo que Esther Borja ha significado para la música cubana:

«Esther Borja es una cantante que ha cultivado casi todos los géneros e interpretado obras de disímiles épocas y compositores, desde un lied como El Azra de José Manuel Jiménez, Lico; “Acuérdate de mí”, José Marín Varona; “Mírame así”, habanera, Eduardo Sánchez de Fuentes, hasta guarachas y puntos cubanos».

Sobre sus cualidades vocales en otra ocasión dijo el Maestro Roig:

«¿Es una cancionista? ¿Es soprano lírica? ¿Es tiple? ¿Canta bien las canciones? ¿Puede cantar lo lírico? ¿Puede ser tiple de opereta y de zarzuelas? A estas inevitables preguntas que constantemente se nos hacen cuando Esther Borja canta, sólo diremos esto: Esther Borja es una artista notable y de singular habilidad y temperamento, que le permite responsabilizarse con cualquiera de esos géneros y salir triunfante en ellos, porque a sus facultades, para tales empeños, se une una fina espiritualidad y su indiscutible gran talento artístico».

»Esther Borja representa para Cuba, lo que Raquel Meller para España, lo que Rosita Quiroga para Argentina, lo que Toña la Negra para México… Pero existe una diferencia entre ellas y Esther Borja, y es que esas grandes figuras han tenido imitadores, y la Borja no; no porque no hayan querido imitarla, sino, sencillamente, porque no han podido…»

Gonzalo Roig

Viajó a Argentina y allí se casó con un periodista. Cuando descubrió que iba a ser madre, retornó a Cuba, pues deseaba que su hija naciera aquí. Sigue viajando, pero nunca abandonó su país. Cuando triunfó la Revolución, actuó en actividades convocadas por el Estado revolucionario e interpretaba canciones como “Despertar”, de Eduardo Saborit “Cuba corazón de nuestra América” de la autoría de Tania Castellanos y una canción escrita por Adolfo Guzmán dedicada al Comandante Camilo Cienfuegos, titulada “Una flor para Camilo”, que desdichadamente ha sido poco o nada divulgada.

Su repertorio era muy variado, pues además de las canciones de Lecuona, interpretaba de otros autores como Adolfo Guzmán, Tania castellanos y Fernando Mulens, y de la Trova tradicional entre otros de Sindo Garay “La tarde” y Miguel Matamoros. Pero es desde 1961, cuando surgió “ÁLBUM DE CUBA”, el programa que la dio a conocer con más profundidad, y que condujo durante veinticinco años y ya era una consagrada en grandes espectáculos, pero es por la televisión que su voz llegó a toda la teleaudiencia cubana. Así surgió “ÁLBUM DE CUBA”, donde sería acompañada por ese Gran Maestro que responde al nombre de Nelson Camacho, con el que le unió una eterna amistad, que duró hasta sus últimos días.

El programa era en vivo y el tema del mismo era la canción “Para ti” del compositor Fernando Mulens, creado para Esther bajo la dirección de Rafael Casas en su inauguración y ya finalmente dirigido por José Ramón Artigas, contando además con la presencia de los maestros Adolfo Guzmán y Rafael Somavilla. En este programa debutó este excelente pianista y compositor Nelson Camacho, estrenando la pieza, “Rapsodia negra” de Ernesto Lecuona y fue acompañado en esa ocasión por la gran orquesta del ICR dirigida por los maestros Rafael Ortega y Adolfo Guzmán.

Cuca Rivero y Esther Borja quienes integraban el jurado de música especializada del Festival Nacional de la Radio entablaron buenas relaciones de trabajo y juntas conversaban sobre las glorias y dificultades de “ÁLBUM DE CUBA”. Ellas constituían una compañía excepcional en las sesiones cada año en diferentes localidades de la Isla. No obstante sus largas vidas, o “mucha experiencia acumulada”, como gustaba decir Esther, nunca se mostraron cansadas. Eran las primeras en subir a los ómnibus para asistir a las actividades organizadas durante el Festival y en las que Esther era justamente venerada en su condición de Gloria de la música cubana. Formar parte del jurado del Festival Nacional de la Radio juntas la “Damisela Encantadora” y la “Profesora Invisible” era un honor para el resto del jurado.

En 1972, Esther fue calificada por la investigadora, escritora y poetisa Fina García Marruz “La Dueña de la Tarde”. Esther presenta su jubilación, pero el Estado le pidió que siguiera actuando y ella aceptó con la condición que la acompañara en sus presentaciones el pianista Nelson Camacho que ya la venia acompañando. Debutaron y estuvieron trabajando juntos durante muchos años. Nelson aun recuerda con mucha devoción a esta gran Diva del arte y mujer integral.

En un concierto en el teatro Amadeo Roldán, Esther presentó a Nelson Camacho como solista y pianista acompañante. Realizaron giras por todo el país. Grabaron tres discos de larga duración con música de Ernesto Lecuona. Nos recuerda Nelson, durante esta larga y agitada conversación otras facetas de Esther. Y nos dijo que en la década de los ´40, Esther estrena la zarzuela “Luisa Fernanda”, junto a otra Gran Diva de la escena, Rosita Fornés y también trabajó con ella en la ópera “Don Gil de Alcalá”. También participó en un documental dedicado a Jorge Anckerman y además con la canción “flor de Yumurí”de su autoría.

Como expresan algunos entendidos, Esther se jubiló, pero nunca se retiró. Continuó en lo que para ella sería siempre su vida, cantado para su pueblo, hasta la década de los ´80. Tras más de medio siglo de carrera, su último concierto lo realizó en el descanso de la escalera del Palacio de los Capitanes Generales con cientos de personas que la aplaudieron como el primer día. La última canción que interpretó ese día fue su “Damisela Encantadora”, que coreada por el inmenso público asistente que la despidió. No cantó, nunca más, inexplicablemente perdió la voz… Falleció en La Habana al cumplir sus 100 años de fructífera vida el 28 de diciembre de 2013. Por petición de sus familiares sus restos fueron incinerados y velados en una ceremonia íntima.

Discografía

Filmografía

Algunos reconocimientos

Orden Félix Varela. Premio Nacional de Música de Cuba. Medalla Alejo Carpentier. Premio del Gran Teatro de La Habana. Premio Nacional de Televisión.

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