Invitar sin imponer: promoción de lectura y medios de comunicación
La radio y la televisión constituyen medios que, por su gran alcance social, favorecen las acciones de promoción de lectura. Mucho se ha discutido, en eventos y congresos, acerca de la necesidad e importancia de la lectura como práctica cultural.
Lograr que el público cubano lea más y que, sobre todo, las más jóvenes generaciones encuentren en el libro no solo un medio de aprendizaje sino también de diversión, ha sido uno de los propósitos esenciales de instituciones como la editorial Gente Nueva, Abril, el Instituto Cubano del Libro, la Biblioteca Rubén Martínez Villena, entre otros.
La radio y la televisión le ofrecen al promotor de lectura una serie de condiciones favorables para el óptimo desempeño de su labor. Ambos medios permiten que las obras literarias sean adaptadas y puedan llegar a un número de receptores mucho mayor que el que potencialmente podría tener esos textos en sus manos.
En el caso de los niños y jóvenes, mucho puede hacerse con las nuevas tecnologías audiovisuales para lograr el contacto lúdico con la literatura desde edades tempranas.
La escasez de recursos materiales y logísticos de la que muchas veces se lamentan los directores de programas para niños, en muchas ocasiones puede solventarse con la concepción de ideas novedosas, frescas y que se apoyen más en los valores artísticos y comunicativos de un buen narrador de cuentos.
La narración de cuentos no pasa de moda. Los que hoy somos adultos aún recordamos con nostalgia espacios como Había una vez o El narrador de cuentos, cuya imagen primera (un anciano y un perro en una habitación semioscura y con una estufa al frente) era suficiente para que en media hora nadie deseara separarse de su pantalla.
Según Mayra Navarro, reconocida narradora oral cubana, “un cuento, contado con toda la fuerza de una vivencia, puede convertirse en una experiencia enriquecedora para el crecimiento y consolidación de la personalidad. Con las herramientas expresivas del narrador (sus palabras, su voz y sus gestos) se puede divertir y hacer reflexionar, convocar imágenes y emociones, llegar hasta lo más hondo de los sentimientos y tocar la razón”.1
En este sentido, el espacio Amanecer feliz, de la revista matutina Buenos días ha demostrado, desde la empatía que su presentadora logra con el público, que lo primordial son las condiciones y técnicas comunicacionales del profesional que labora para los niños.
Este programa, donde se combina música, artes plásticas y narración oral, ha adaptado a la pantalla importantes textos de la literatura cubana y universal, y consigue atrapar la atención infantil en un horario tan controvertido como las siete de la mañana, de lunes a viernes.
Existen otros programas ya consolidados en la televisión (como Escriba y Lea y Entre libros) y en la radio (como Al pie de las letras, en Radio Progreso) cuyo propósito es estimular el conocimiento literario y potenciar el saber.
Sin embargo, aún resultan pocos los espacios de este tipo que hoy estudian profundamente las características de sus receptores para realizarles una propuesta novedosa, que satisfaga sus inquietudes y los enriquezca como seres humanos.
Como expresa María Dolores Duarte, especialista argentina del tema, “hoy sabemos que el lector establece con el texto una relación dialógica que implica que los sentidos que construye en su lectura son, sin duda, variados y hasta múltiples.
“El lector no permanece pasivo frente a un texto. Por el contrario, es él quien lo completa y lo actualiza, a partir de la exigente actividad que el acto le demanda”.2
Precisamente, en este complejo circuito de comunicación entre la obra literaria y el receptor pueden entrar la radio y la televisión como canales que, bien aprovechados para este fin, elevan las potencialidades creativas, comunicacionales y de construcción de sentidos de la lectura como práctica cultural.
Referencias:
1 Navarro, Mayra: “Por el camino del arte hacia el placer de leer”, en Las palabras y el fuego, Ed. Luminaria, Sancti Spíritus, 2004.
2 Duarte, María Dolores: “Promoción de lectura o formación de lectores”, en El sueño y la luz, Ed. Luminaria, Sancti Spíritus, 2006.