Jerarquías indispensables
22 de la Feria Internacional Cubadisco
Incentivar la musicalidad apreciativa, informarla y orientarla es importante para los públicos, destinatarios principales de la música, pues quien más sepa sobre ella la disfrutará mejor.
En nuestro país lo nacional es el resultado de un complejo proceso de interacciones de factores culturales foráneos con productos propios, denominado por Fernando Ortíz transculturación, que engendró valores nuevos e irrepetibles.
El jurado de la edición 22 de la Feria Internacional Cubadisco (2018) entregó el Gran Premio a Beatriz Márquez por el fonograma Libre de pecado (Producciones Colibrí), que rinde homenaje al compositor y pianista Adolfo Guzmán (1920-1976), director de orquesta en la TV, teatros y espectáculos musicales.
La valía de esta personalidad merece tener amplia repercusión, sobre todo en las nuevas generaciones deseosas de conocer sus aportes artísticos y poéticos. Él partió de la canción romántica que entronca con la trova cubana y la música de otras figuras notables, entre ellas, Ernesto Lecuona.
Como soporte del instante de la interpretación musical, el disco permite que se perpetúe un arte cuyo elemento básico es el sonido en combinaciones infinitas. ¿Quién no recuerda haber escuchado sus canciones preferidas en programas radiales o televisivos? Ambos medios constituyen eslabones en la estrategia promocional de la industria fonográfica cubana, que merece integrar tanto las presentaciones del artista como los aportes conceptuales y estéticos.
Urge concretar el deber legítimo de contribuir al enriquecimiento del gusto estético mediante los canales de TV y las emisoras en todo el país.
Optaron por los galardones 244 fonogramas nominados en 33 categorías, lo cual patentiza que prevalecen estilos y tendencias en diferentes formatos.
Pero lo que no se escucha, lo que no se visibiliza, no existe. En ocasiones, suele contaminarse la humana necesidad de distraerse con fórmulas y estereotipos provenientes del facilismo y las apetencias sentimentales.
¿A los de menos edad se les debe ofrecer solo lo conocido? La elegancia y el buen gusto son virtudes inherentes a la estética de compositores e intérpretes cubanos que aportan músicas depuradas.
Tengamos presente que la industria musical inició un rápido desarrollo durante la segunda mitad del siglo veinte, motivado por los cambios de las tecnologías del sonido, la imagen, la automatización de la información y las telecomunicaciones. También internet y sus alternativas de explotación comercial imponen nuevos desafíos a los mercados.
En el proceso del disco, la producción constituye la fase primaria de su concreción tangible desde los puntos de vista físico y artístico, poco se conocen los requerimientos de dicha especialidad en el conjunto del soporte musical.
La riqueza de Cubadisco merece una mayor presencia en los medios de comunicación audiovisuales, dado su loable empeño de llevar a las mayorías sonoridades, ritmos, versos, homenajes.
Así lo patentizan, por ejemplo, producciones que merecieron Premios Especiales, entre ellos las dedicadas a Eusebio Leal y al aniversario 500 de La Habana y El poeta en la isla (Miguel Barnet), producido por Jorge Rodríguez.
La Radio y la TV propician compartir en familia lo más valioso de la discografía y del audiovisual, pues continúa siendo un sueño pospuesto la fonoteca familiar, hay que ampliar la difusión musical a escala de la comunidad y la familia combinando rigor y representatividad de manera que se promuevan valores formativos ajenos al mal gusto, la banalidad.
Es necesario seguir articulando nuestra relación con el mundo, y todo lo que en él significa el humanismo, la valía del arte, la riqueza espiritual.
Alianzas en beneficio de las instituciones, los creadores, los públicos, influirán decisivamente en la formación de personas capaces de interesarse por lo mejor de las culturas cubana y universal.
