La televisión requiere una programación más creativa
Los problemas relacionados con la calidad y variedad de la programación en la radio y la televisión cubanas, así como las dificultades económicas y tecnológicas de los medios y realizadores fueron los ejes medulares de los debates en la reunión anual de presidentes provinciales de la Asociación Nacional de Medios Audiovisuales y Radio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), que tuvo lugar en la Sala Villena de esa institución, en la capital cubana, durante el 20 y 21 de marzo.
Con la participación de importantes directivos del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt), los asistentes manifestaron los logros y problemáticas en sus localidades e intercambiaron experiencias y formas de mejorar el trabajo para llegar al público con mejores resultados.
En declaraciones a EnVivo, Rosalía Arnáez, presidenta de la asociación, destacó que el evento tributa al mejoramiento de las propuestas audiovisuales, en tanto los participantes reciben información de primera mano sobre las proyecciones y expectativas de la dirección de programación en los medios.
“En los debates examinamos los cambios que se podrán operar en corto tiempo, debido a las transformaciones en el país, así como a las vías para vincularnos desde la Uneac con los realizadores de la radio y la televisión, propiciar certámenes, concursos y festivales. Se pone en tela de juicio y se confronta lo que estamos haciendo. Perseguimos la calidad y el estímulo a los mejores creadores.
“Muchos eventos que hacemos se parecen y queremos ir a la diferenciación. Por ejemplo, si en Matanzas se hace uno sobre la programación infantil y juvenil pretendemos que todos tributen hacia esa provincia una vez al año. También queremos que nuestro concurso Caracol siga recibiendo ejemplos de lo que se hace en la radio y en la televisión en todo el país”, destacó Arnáez.
Entre las temáticas resaltadas sobresalieron las dificultades para que las señales lleguen con potencia a los municipios de cada región, así como las limitaciones económicas para estimular el ingenio creativo de realizadores, guionistas y directores de programas.
Según Misladis Zamora, vicepresidenta de la filial de la asociación en Villa Clara, es muy difícil, en ocasiones, reconocer desde La Habana las distintas realidades de los medios provinciales y municipales, y es necesario que los documentos rectores del trabajo en los medios se retroalimenten de las experiencias locales.
“La radio en Villa Clara es una institución muy establecida y reconocida. La CMHW tiene excelentes resultados de trabajo, lo cual es demostrable a través de los premios alcanzados y el número de personas que escuchan la emisora. El pueblo se siente identificado, igualmente, con las emisoras municipales.
“No obstante, la televisión local es incapaz de reflejar todos los problemas de la provincia, pues sus realizadores no pueden desplazarse con facilidad por todos los municipios. La identificación que tienen los oyentes con la radio no la percibimos en la televisión. Además, las incomprensiones que existen con los directivos de la pantalla chica hacen que los realizadores y productores establezcan una rutina laboral que impide ser creativos”, resaltó Zamora.
Por su parte, Juan Antonio Tejera, representante de la provincia de Santiago de Cuba, indicó que en “Tele Turquino tenemos una programación interesante, con algunos programas buenos y otros regulares; pero existe insatisfacción por parte de los realizadores debido a que no se le da toda la atención al canal.
Contamos también con un canal local que no se ve prácticamente en la ciudad y no tiene una programación propia”.
En contraste con estas dificultades, señaló que la radio provincial es de excelente calidad, posee buenos creadores y magníficos programas, fundamentalmente de corte histórico.
La búsqueda de una identidad local es para María Elena Luis, presidenta de la asociación en Artemisa, una labor medular desde que se creara recientemente esa provincia.
“Pero eso se logrará poco a poco, porque hasta hace un tiempo éramos municipios de La Habana. Se trata de un proceso que lleva paciencia para convencer a la población de las ventajas de ser una nueva provincia.
“La señal de la emisora Radio Artemisa no llega con la misma calidad a todos los municipios; y el telecentro tiene limitaciones con el transporte, su personal se está capacitando, y dispone de una señal analógica.
Transmite, además, muy poco tiempo y no cubre toda la parrilla de programación como lo pueden hacer canales de otras provincias”, señaló María Elena.
Según Avelino Víctor Couceiro, presidente de la sección de crítica e investigación de la asociación nacional, estos encuentros “nos dan una oportunidad para interactuar, y demuestran que los problemas no se pueden debatir solamente en los congresos de la Uneac porque la realidad es mucho más dinámica. Este evento es fructífero, pues, en ocasiones, las provincias se sienten apartadas”.
Couceiro destacó que en los medios audiovisuales cubanos hay muchos problemas, como el propio institucionalismo, “que a veces se cierra porque genera un verticalismo, establece un divorcio entre los medios.
“Hay también problemas económicos y materiales, pero no son privativos solamente de la radio y la televisión: ocurren en el resto de la sociedad cubana. Pienso que persisten dificultades mayores, como la propia censura, que en ocasiones hace mucho daño supuestamente en nombre de la Revolución”, recalcó.
El directivo llamó la atención sobre la necesidad de promover los programas televisivos de factura nacional, sin menospreciar la importancia de algunas series extranjeras con mucha calidad.
En ese sentido, Luis Hidalgo, miembro de la asociación nacional, subrayó que a los artistas “nos falta mucho por lograr una programación coherente en la televisión, que sea lo suficientemente atractiva para todo el país. No basta con crear un programa que satisfaga las expectativas de un territorio: hace falta que esté destinado a un público nacional”.
Por su parte, Miguel Barnet, presidente de la Uneac, destacó que admira a la radio cubana, pero la televisión debe mejorar su estética. “Hay talento y también mucha cursilería. A veces criticamos los programas extranjeros, pero aquí tenemos mal gusto todavía. Por ejemplo, De la gran escena tiene que mejorar: no se puede presentar un folclorista y a continuación proyectar una pieza de Johann Sebastian Bach”.
Sobre la programación informativa, Danylo Sirio, presidente del ICRT, subrayó su inconformidad con el noticiero nacional, pues “hay noticias que en verdad no lo son. No podemos inflar globos y hay que decir las cosas objetivamente. La Mesa Redonda, por ejemplo, no es un programa de debate y nos faltan programas de debate”.