29 de marzo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

La televisión: una profesión de fe para Mirta Muñiz.

Reconocida como una respetable profesional de la publicidad, Mirta Muñiz estuvo en el núcleo fundador de la televisión cubana hace 60 años.
Mirta Muñiz

Fue también protagonista de la transformación del poderoso medio a partir de 1959. Trabajó haciendo de todo, desde secretaria hasta directora de programas, durante dos décadas. Le entregó prácticamente toda su juventud, por eso tal vez confiesa sin ambages el sincero amor que le profesa al mundo que enseña y esconde la pequeña pantalla.

-¿Cuál es el recuerdo más nítido que tienes del primer día de televisión en Cuba?

-Ahora que me preguntas te respondo con dos palabras: tensión y cansancio.

– ¿Sentías que estabas asistiendo a un acto que marcaría historia?
-Plenamente consciente, pues ese día fue el resultado de muchas jornadas de trabajo desde que serví de intérprete a Gaspar Pumarejo con dirigentes de la RCA Víctor y Humara y Lastra, sus representantes en Cuba,  para la adquisición de los equipos hasta cuando el mismo primer día nos preguntamos quien nos iba a ver, porque aún no había muchos televisores en las casas y yo propuse coordinar con las tiendas para ponerlos en las vidrieras y mantenerlos encendidos.

Fue muy hermoso ver como la gente disfrutaba por primera vez la televisión. Además, Pumarejo se encargó de hacérnoslo entender cuando nos reunió el día antes y entregó a todos y cada uno de los que trabajábamos una carta bien importante, asignando tareas a cada uno.

Te copio un párrafo: “Agradezco anticipadamente desde lo más profundo de mi alma, la cooperación que me brinden mañana, día señaladísimo en los anales no sólo de la historia de Unión Radio y Unión Radio Televisión, sino en la historia de Cuba, ya que nos cabe la gloria de haber sido los primeros en incorporar nuestra patria al más moderno invento de nuestra época.” Tengo la carta en mi poder con la organización y la asignación de tareas.

Nombres de actrices como Raquel Revuelta, periodistas como Juan Emilio Friguls, locutores como Roberto Canela, entre otros que aparecen en esas listas que son realmente  los verdaderos fundadores  de la televisión en Cuba.

– ¿Que era la televisión para ti entonces? ¿Cómo llegas a ella?

-Pudiera decirte que para mi la televisión fue como el inicio de un gran amor. Era posible por primera vez transmitir al público una unión casi mágica de dos expresiones artísticas: la voz de la radio y la presencia física del teatro.

Eran los años cercanos al fin de la guerra mundial y la posibilidad de ponernos al tanto de lo que ocurría en el mundo. Yo trabajaba en Unión Radio y como en cualquier emisora pequeña hacía casi de todo, desde secretaria de Pumarejo, hasta copista de libretos, pasando por ocuparme de los comerciales de la pelota, narrada entonces por Felo Ramírez y René Molina, hasta dirigir programas como uno memorable de historias favoritas de Marcelo Agudo.

Estaba bien inmersa en la programación y la organización, junto a Enrique Pumarejo. Por eso Gaspar nos lleva a Enrique y a mí las conversaciones con la RCA.

Demos un salto en el tiempo ¿cuál fue tu participación en el 59 en el proceso de nacionalización?

-Esta historia es un poquito larga. El sistema CMQ se interviene el 12 de septiembre de 1960, pero antes, el mismo 1º de enero de 1959  un grupo de compañeros, entre los que yo estaba, tomamos revolucionariamente la CMQ para apoyar la victoria.

Fue transmitido el discurso de Fidel desde el Parque Céspedes de Santiago de Cuba; hubo una cadena de las emisoras y sale al aire desde Palma Soriano el llamado a la huelga revolucionaria. El un maratón radial y televisivo estuvo 24 horas en el aire.

Cuando el Che llega a la Cabaña el día 3 le llamé por teléfono y le informé que tenemos los medios en nuestras manos. Él pregunta si contábamos con planta para comunicarnos con Fidel y al responderle afirmativamente viene a CMQ, pero Fidel ya está en movimiento por la carretera y es imposible contactarlo.

Orienta mantener las emisoras en el aire las 24 horas. El 8 de  enero se transmite la llegada de la Caravana de la Libertad a La Habana y el discurso de Fidel  desde el Campamento de Columbia, hoy Ciudad Libertad. No tengo la fecha exacta en que el Che nos ordena devolver los medios a sus dueños.

En el caso de CMQ ya Goar Mestre no estaba en Cuba y todas las coordinaciones se hicieron con su hermano Abel. Para llegar a la intervención de la radio y la televisión hay un proceso previo durante todo el año 1959 y los dos  primeros cuatrimestres de 1960. Y comenzó el proceso de transformación.

Entre los primeros programas que se decidieron hacer están la Universidad Popular, inaugurada por el Che y uno de  panel en busca de la unidad de las organizaciones revolucionarias, donde comparecían Alarcón, por el 26 de Julio; Mas Martín por el Partido Socialista Popular y no recuerdo quién por el Directorio. Se transforman no solo los programas, sino también los mensajes.

El 19 de Agosto fui nombrada interventora  para la Publicitaria Siboney, filial de Laboratorios Gravi, S. A; invertía el 11.84% de sus ingresos en comerciales y programación de radio y televisión.

No hay que olvidar que era la publicidad la que financiaba los medios y comienza la revisión de los programas con la ayuda de Carballido Rey. En 1960, en algún momento, se crea Intercomunicaciones, una agencia de publicidad del gobierno. No tengo fecha exacta y empiezan a realizarse acciones gubernamentales en los medios.

En Mayo se crea Radio Habana Cuba para transmitir hacia el exterior y en respuesta a la Operación Peter Pan. Al frente fue nombrado Marcos Behmaras.

El 2 de julio Estados Unidos decreta el bloqueo contra Cuba, las agresiones se hacen cada vez más fuertes y avanza un proceso de nacionalizaciones para impedir las acciones que pretenden paralizar el país, el 12 de septiembre corresponde a CMQ y Radio Reloj que hacían resistencia a las comunicaciones de la revolución.

El interventor fue Gregorio Ortega y yo fui nombrada en los departamentos de ventas, mientras mantenía la dirección de las agencias intervenidas. Al mismo tiempo se interviene la agencia de publicidad Mestre y Conill, igualmente propiedad de los Mestre, que se une a las agencias ya nacionalizadas, fui nombrada interventora.

De septiembre a diciembre se produce un fuerte movimiento en defensa de las comunicaciones de la revolución, etapa de largas y frecuentes intervenciones de Fidel que solo permiten proceder a limpiar las comunicaciones contra la revolución, sin que sea posible trazar estrategias comunicativas permanentes.  

Hubo otras intervenciones que influyeron sobre la radio y la televisión, por ejemplo la nacionalización de las empresas norteamericanas, que eran 383 grandes empresas económicas, que incluían los Departamentos de Publicidad de Crusellas y Cía., Sabatés, S. A., controladores de la gran mayoría de los espacios de la radio y la televisión, principalmente en CMQ. Todas las agencias  fueron intervenidas por mí y situé al frente del área de radio y televisión a José Manuel Caballido Rey. 

Algunas de las más importantes son: Guastella S.A.; McCann – Erickson de Cuba, la primera en el orden de su facturación, con amplia influencia en la radio y la televisión; Mestre, Conill y Compañía, propiedad de los hermanos Mestre del Circuito CMQ; la OTPLA de Raúl Gutiérrez, que tenía la cuenta de Bacardí; Publicidad Alvarez Pérez; Publicidad Borbolla, especializada en la publicidad  de cine, etc. Los días 17 y 18 diciembre de 1975, durante la celebración del Primer Congreso del Partido, Fidel expresó: “Cuando fue necesario, no vacilamos en nacionalizar los medios de divulgación masiva, arrebatándoselos a la reacción y al imperialismo, para ponerlos al servicio del pueblo y su heroica causa”.

-¿Como nacieron los cambios que sufrió el poderoso medio?

– Con la dedicación del año 1961 a la campaña de alfabetización y cuando las agresiones toman un punto álgido, recuerda que el 3 de enero de ese año los Estados Unidos rompen relaciones con Cuba. Dentro del Departamento de Industrialización del INRA, que dirigía el Che, el 12 de enero se crea la Oficina de Publicaciones para mejorar la dirección de muchos medios y agencias nacionalizadas. Yo fui nombrada en el cargo. 

A través del Departamento se habían producido casi todas las intervenciones de las agencias de publicidad y era desde donde se dirigían los programas radiales y televisivos. Además de Carballido Rey compañeros como Amaury Pérez, Marcos Behmaras, Santiago Álvarez, José Varela, Celsy Ariosa, René Ortega y otros muchos aportaron grandemente a las transformaciones. Posteriormente, la Oficina de Publicaciones toma el rango de Sección. Le llamaban Consolidado de la Publicidad, pero nunca llegó constituirse como tal.

Las transformaciones sociales incorporan al consumo a las grandes capas de pueblo, al elevarse su capacidad adquisitiva y se anuncia ya el bloqueo norteamericano.

Prácticamente desaparece la oferta y queda espacio sólo para la demanda. Ello condujo a una especie de espejismo, a la idea de que la publicidad es un instrumento del capitalismo y no es necesaria en el proceso socialista. El país se enfrentaba a una etapa de lucha por la supervivencia.

En estas circunstancias, por indicaciones del Che, se decidió hacer una prueba de 24 horas sin comerciales, el 22 de febrero de 1961;  a lo que siguió un análisis de la situación del mercado y a partir del 27 de marzo se eliminaron los comerciales de todos los medios.  Comienza una nueva etapa de transición, que creo aún no ha terminado.

Durante los meses de abril y mayo fue trasladada toda la actividad de comunicación a los medios y el 31 de  mayo se disuelve el llamado Consolidado de la Publicidad. El 19 de junio nace la Oficina de Orientación y Coordinación de la Radiodifusión, mediante Resolución 3687 del Ministerio de Comunicaciones,  que adquirió algunas emisoras como la COCO, de Guido García Inclán y otras que no se intervinieron, sino que se compraron pues sus dueños estaban vinculados a la Revolución.

Yo pasé totalmente a la campaña de propaganda de la alfabetización, que tan importante era para el país poder cumplir la promesa de Fidel. Los cambios en la TV comenzaron por poner en manos de los revolucionarios las decisiones principales.

Desaparecieron los programas de crónica roja, los concursos denigrantes y  fueron fortalecidos los contenidos de los espacios seriados promoviendo todo lo que contribuyera a elevación del nivel de la población, a la comprensión del proceso  y a la unidad de las fuerzas revolucionarias permeando de contenidos correctos a la variedad de los programas.

Uno de los tipos de emisión televisiva que requirieron de mayor transformación fueron los noticieros, por ejemplo se creo un noticiero Revolución en la TV y en 1962 se fusiona con el de CMQ.

Por supuesto, en esa época fue fundamental la transmisión de las largas intervenciones de Fidel, los actos masivos en conmemoraciones y los eventos que se organizaban, por ejemplo, sobre la alfabetización, la reforma agraria, las campesinas que venían a estudiar a La Habana, en fin una constante información sobre las sacudidas que se iban operando. Igualmente, estaba presente la denuncia oportuna sobre las agresiones imperialistas.

La radio y la TV vivían al ritmo acelerado de los cambios revolucionarios, transformándose a la vez ellos mismos.

– ¿Cuanto tiempo trabajaste en ella?

– Son prácticamente 20 años pues en distintas posiciones siempre tuve responsabilidades vinculadas a la TV. Desde 1949  fui Secretaria de Gaspar Pumarejo, responsable de comerciales y dirección de programas en Unión Radio y Cadena Azul; fui fundadora de la televisión en Unión Radio Televisión, hice publicidad para ella y luego en el ‘59 y ‘60 estuve en la mayoría de las intervenciones.

Después tuve varias responsabilidades en el ICRT: Jefa de divulgación, del bloque dramático y de la Sección Infantil de la Televisión, creación el personaje de Tía Tata y de Amigo, simultáneamente,  dirigí programas de TV para Teatro ICR  entre ellos  la obra Yerma que se convirtió en el primer dramático filmado y también fui la máxima responsable de Los Tres Ositos que fue el iniciador de los espacios filmados para niños.

– Apelando a tu condición de publicista, que dominas la síntesis, háblame de sus virtudes y defectos en estas seis décadas.

– La respuesta da para un tratado, pero aquí va: la televisión tiene la gran virtud de la masividad que va alcanzando en nuestro país, la posibilidad de informar con inmediatez y transmitir  imágenes en movimiento de cualquier tema.

Sus defectos principales son los de la improvisación que aún subsiste y la falta de objetivos claros para cada canal, incluyendo los locales.  Igualmente, el no haber sido capaces de emplear a todo el talento del país sin exclusiones.

Su valor es inmenso para transmitir el mensaje de la Revolución: único lugar donde un presidente fue derrocado por televisión. No todo lo bueno se hizo antes, ni todo lo malo se hace ahora. Siempre la TV está en el centro de la crítica popular, por ser la principal fuente de recreación e información  masiva. De ahí su importancia.

Pienso que los creadores son un punto medular; no se debe improvisar, aunque  hay que dar cabida a jóvenes. Las escuelas son importantes así como la promoción del talento natural. Los que hicimos la TV al principio casi ninguno provenía de escuelas, aunque si de la radio y la publicidad.

Quizás otras personas opinen distinto, pero yo pienso que tanto la radio como la televisión en Cuba, desde que nacieron lo hicieron, de manera general, con una vocación de cubanía, por el talento y definición política de muchos de sus creativos.

Desde la primera transmisión de radio con Rita Montaner, cantando por los micrófonos de la emisora, hasta la primera s eñal de TV que salió al aire, en programas musicales, humorísticos o novelas cubanas, había una buena base para hacer crecer el papel de los medios en la reafirmación de los objetivos de la Revolución.

No se puede olvidar que eran una fuente principal de trabajo para los creativos de todas las especialidades y a ella concurrían escritores, directores, músicos, cantantes y actores de lo mejor del país.

Los dirigentes tienen que ser cultos y sensibles; capaces de entender el medio, la sociedad y la creación y deben saber trabajar en colectivo. La televisión es eminentemente obra de muchos.

En la programación hay necesidad de integralidad y complementación. Comienza por el  nombre de los canales: ¿qué es eso de Canal Educativo y Educativo 2? Se  debe diseñar su personalidad, con programación diferenciada, con personal diferenciado, incluyendo los dirigentes para lograr una complementación (en otros lugares se le llama competencia).

Hay actores, locutores y otros que desdibujan la imagen e identidad. El mismo locutor sale al medio día por un canal y por la tarde en otro. Indica falta de identidad de los canales y demuestra pobreza de talento, cuando estoy segura que el talento existe.

Ir a reflejar lo nacional y lo mundial: las novelas (literatura mundial, no solo brasileñas y cubanas). Deben ser hechas por cubanos, no acepto la excusa del presupuesto, lo hicimos antes con menos presupuesto y menos tecnología. Hacemos TV y no cine, no hay que ir a la ciénaga para filmar el campo. La TV es ilusión.

Ver la importancia de que los musicales sean mixtos para captar audiencias más amplias y elevar el nivel de los que solo buscan la salsa: ahora es ballet, opera y charanga en espacios separados.  Ese apropiarse de musicales extranjeros llenando la pantalla de guiños con el nombre del programa, además de ser una falta de ética, resulta de muy mal gusto.

El humor tan abundante en nuestro pueblo está en crisis en la TV.  Jura decir la verdad copiando a Pototo y Filomeno con menos calidad y fuera de época, donde el pillo sale siempre ganando, es el más gracioso (o pretende serlo). Y ojo con los travestidos, los enanos, los minusválidos que han proliferado. No es así que se logra la tolerancia a las diferencias, hay que hacerlo con toda seriedad y respeto por la unidad en la diversidad.

La noticia no son solo los noticieros,  como la cultura no son solo los programas culturales e incluyo la cultura del consumo.

En los infantiles se deben usar todas las técnicas, lo hicimos en el pasado. Veo ahora capas y espadas ridículas. Hay ausencia del circo.

Pienso en la comercialización de los educativos. Por ejemplo, las clases de Chorens o Eduardo Heras me gustaría poder adquirirlas para que los vean mis nietas o yo de nuevo. No hay por que temer la comercialización.

Desterrar el  auto bombo, no se puede usar la TV en beneficio propio; algo que ha proliferado bastante y para saludar personas que nadie sabe quienes son, o bien que son sus amigos personales o integrantes del programa.

No se por qué no se deja hablar a los entrevistados; cualquiera no sabe hacer una entrevista, han proliferado programas que  han convertido a la TV en una televisión de personas sentadas frente a frente.

Existe ausencia de crítica y de creatividad, palabra difícil de convertir en realidad. Veo  una televisión primitiva: todos los programas leen cartas y felicitan personas. ¿Cómo es posible hablar tanto y decir tan poco? Particularmente en el programa Buenos Días eso es serio, incluso se saludan primero los locutores y después a los televidentes.

La televisión en vivo contra el vídeo es una opción no usada; urge que se logre estabilidad en los horarios, proliferen las investigaciones, las transmisiones sean de gente linda,  cosas lindas, lo bueno y lo malo se pegan, promovamos lo bueno y lo lindo, desterremos lo malo y lo feo. De los cambios o comerciales merecen un capítulo aparte que no tengo tiempo ahora para dar opiniones.

Y algo que no me pediste y quiero añadir: realmente pienso que los miembros de mi generación en la televisión somos dos veces fundadores: en 1950 con el inicio de las transmisiones, en una etapa que duró 10 años, verdaderamente fundacional; en 1959-60 con el inicio de una televisión revolucionaria. Etapa de transición, convulsa y compleja, de unos 50 años, que considero aún no ha terminado. Como una de los sobrevivientes de los dos veces fundadores, debo hacer una profesión de fe: me duelo con sus errores y me regocijo con sus éxitos, porque: yo amo la televisión.

– Con toda la revolución tecnológica actual ¿Cómo ves la televisión del futuro?

-La veo cada vez más demandante de talento y actualización. Casi temo poner una palabra clave, difícil de alcanzar: creativa y por supuesto popularmente culta.

– Eres una de las profesionales que echó pie en tierra junto a la Revolución cuando podían abrirse camino en cualquier país del continente  ¿por que decidiste quedarte?
-Muchas veces me han tratado de pescar, pero los principios de la revolución, la posibilidad que se nos habría como real de trabajar por un mundo mejor, por una Cuba donde no existiera la discriminación ni olvidados, me hizo quedarme para aportar lo que pudiera.

La valentía de Fidel, el haber podido ver la cruda realidad del campo cuando la alfabetización y cuanto podía hacerse sin amos, me reafirmaron. Pero, no tengo más remedio que ahora, en algunos aspectos de nuestra vida, decir que hace falta una nueva “carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones.” Para terminar digo con Silvio: esta es una revolución perfectible, pongamos manos a la obra.

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