Lucía Altieri y su amor Cuba
Lucía Altieri asegura que la cultura cubana impactó su vida artística y personal al punto de cambiarla para siempre. En sus andares por el mundo, la artista italiana llega a esta tierra caribeña en 1976. Considera que este es un público increíble.
Ella se da a conocer en la televisión, aunque también hizo cabaret. En nuestro país Lucía llega a ser muy popular. Recuerda con mucho cariño el programa Ciao Lucía, con guion de Cari Rojas y la dirección de Ana María Rabasa, donde la italiana presentaba a varios invitados y además hablaba de los signos zodiacales. Hizo de su casa un estudio de televisión y eso la hizo muy feliz. Entre sus invitados estuvieron Fabiano Testi y algunos humoristas italianos.
Actuó en los hoteles Nacional, Riviera y en el cabaré Tropicana. Fue presidenta del afamado concurso de canto Mariana de Gonitch.
Sintió desde siempre que la canción era su elemento primordial, pero aclara que un artista siempre tiene detrás un mundo de personas que lo apoyan y cuidan.
El mundo de Lucía
Con un español-italiano ahonda en detalles de su vida artística. Creció en una familia de músicos: su padre tocaba la mandolina, su hermano la guitarra y ella desde muy pequeña cantaba. En Foggia, su ciudad natal, estudió magisterio, música, canto y psicología. Cantar para esta jovencita era normal.
En 1960 se presenta en el festival Voces nuevas. Este concurso era organizado por la RAI (Radio y Televisión italiana) y de ocho mil candidatas calificó entre las 12 más prometedoras, que recibieron un curso de perfeccionamiento en Florencia, conducido por Hugo Tognazzi. Esto le permitió a Lucía participar en el Festival de la Canción Napolitana en 1961. Ella era de las voces más nuevas y compitió con cantantes establecidos como Nila Pizzi, Katrina Ranieri, Domenico Moduno.
A partir de ahí su nombre comienza a ser conocido y la RAI la manda a festivales internacionales, entre ellos recuerda el Primer Festival Mundial de Rio de Janeiro, junto a Julliet Veacau y Hará Belafonte, y un jurado de lujo: Chico Buarque, Irma Suma, Judy Galan, Roberto Carlos y otros famosos. El jurado otorgo a Lucía el segundo premio y el premio de la crítica.
Estuvo en el Festival de Viña del Mar, donde había un jurado por cada país pero sin un representante italiano. De este concurso tiene una anécdota muy interesante. En el programa la antecedía nada menos que Roberto Carlos y en ese momento llegó el dictador y presidente de Chile, Augusto Pinochet, y el cantante brasileño cambió en ese momento el repertorio y cantó “Yo te propongo”, que tiene una letra bastante comprometida.
Su vida se convirtió en participar en festivales de diversos países: España, Bruselas, Sopot, y muchos más. En Budapest hizo un concierto en vivo para la televisión, desde el Teatro de la Ópera. Asimismo protagonizó dos exitosas giras por 11 Repúblicas de la Unión Soviética. En la televisión francesa también cantó.
En Cuba, afirma emocionada, ha encontrado paz y amistades verdaderas. Organizó varias semanas de la cultura italiana en La Habana y fue la primera en presentar en Italia, junto a Rafaela Carrá y Gianni Miná, a grupos cubanos como Los Van Van, Moncada y el famoso show de Tropicana “Un paraíso bajo las estrellas”.
En uno de los Festivales de Varadero tuvo el placer de hacer un dúo con Enrique Jorrín. De su vida personal nos contó que tiene un hijo y dos nietos. Pasa tres meses en Italia, pero siempre regresa a su patria chica. Tiene un alto concepto de la mujer cubana “porque ha sabido ocupar un lugar en la nueva sociedad”, apunta.
Ya no quiere cantar, porque es muy profesional, “y hay que saber cuándo retirarse”. En los últimos tiempos solo ha hecho un concierto muy íntimo dedicado a Fidel, como un homenaje póstumo al líder que quiso y admiró.
Su discografía está conformada por más de 200 grabaciones, pero su preferido es el CD que grabó con el maestro Enrique Jorrín, porque le dio “la posibilidad de descubrir la alegría de cantar la extraordinaria música cubana”.
Ahora Lucía Altieri es empresaria y se siente muy feliz de haber elegido a Cuba para vivir.