Manuel Villar, seducido por la radio
Desde sus inicios, las programaciones radiales y televisivas, incluyeron segmentos musicales, esto propició sellar una estrecha relación entre la música y los medios. Sin dudas, la iniciativa contribuyó al enriquecimiento de la cultura musical cubana, la ampliación del consumo y la comunicación nuestra cultura nacional para el beneplácito popular.
A tan noble propósito contribuyeron varias generaciones de creadores, locutores, escritores, periodistas, musicalizadores y directores de programas.
Entre ellos destacó el investigador de la música cubana Manuel Villar Fernández. Aportó sus conocimientos a fin de profundizar los estudios musicológicos de quienes se involucran en el conocimiento de la música popular y danzaria.
Nació en la Habana en 1930. Desde su inicio en el arte radial atesoró importantes documentos acerca de personalidades tales como autores, compositores e intérpretes, quienes en diversas épocas lograron insertarse en el quehacer artístico.
Su primer contacto con una manifestación artística se produce a los 7 años, confesó el propio Villar, en la esquina de su casa, donde vendían tabacos y cigarros; el dueño mantenía encendido un radio todo el día.
Allí se hizo tanguero, porque en esa época, década de los años treinta, el tango en Cuba alcanzaba gran popularidad. En 1943, su familia había mejorado económicamente y pudo adquirir su primer radio.
A partir de entonces, Villar comenzó a escuchar la CMK, situada por aquella época en el quinto piso del popular centro comercial habanero Manzana de Gómez. En un espacio del mediodía, la emisora trasmitía clases en inglés y, según contaba Villar, este programa fue el causante de su incorporación a la radio.
En 1945 ingresó al medio radial. Como es lógico, en sus inicios nada le fue fácil. Primero tuvo que aprender la termología de la radio, se dio a la tarea de aprender “desde abajo”, cómo se desarrollaba el diario quehacer de la emisora. Allí se mantuvo por varios años acumulando experiencias para un mejor desempeño de su trabajo.
Ocupar una plaza fija en la radio era una actividad limitada económicamente en ese tiempo, razón por la cual decide continuar estudiando. Para 1960 se gradúa como Contador Público en la Escuela Profesional de Comercio. Pero siempre mantuvo su relación con la radio.
En ese periodo se produce la incorporación de la radio a un solo sistema nacional y Villar fue nombrado Contador General del otrora Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR).
Cuando volvió a las cabinas, en 1965, lo reincorporan en una plaza de operador de audio en la Televisión Cubana, donde trabajó para los distintos canales hasta 1995.
Sin embargo, siempre lo sedujo la radio, así lo confesó: “aunque pasen los años, nunca voy a abandonar la radio, porque es mi entrañable compañera”. También afirmó: “la radio, me ha atrapado siempre, desde los años cuarenta hasta la fecha no he abandonado sus micrófonos, en ella me he desempeñado, en distintos menesteres, como director, productor, escritor de guiones musicales, etc.”.
Manuel Villar Fernández, integró la nómina de los fundadores de Radio Taíno, y de programas televisivos como Éxitos del ayer. Formó parte del equipo de Hurón Azul, revista informativa-cultural que estuvo varios años en la pequeña pantalla. Además, asesoró a múltiples guionistas en otros espacios televisivos.
Igualmente fue fundador de Radio Rebelde, y junto al notable director Ramón Espigul, colaboró en los programas Frecuencia Total y Memorias. En este último, ViIlar se desempeñó como guionista e intervino en la sección Calendario, todavía en la preferencia de los radioyentes.
Podemos afirmar categóricamente que Villar devino un minucioso investigador de cuanto suceso involucrara a cualquier intérprete o compositor, relacionado con las sonoridades genéricas e identificativas de la música cubana.
Por esta razón ha sido distinguido entre los creadores del arte radial, capaces de comprender y comunicar elementos artísticos de la cultura popular que han perdurado en nuestra historia musical.
Debo destacar que una de sus más notables cualidades era la sencillez y el deseo de ayuda a cualquier interesado por conocer detalles o historias relacionadas con connotados músicos y diversos géneros de la música popular. Por esta razón, muchos creadores de la radio y la televisión afirman que deben sus enseñanzas al ejemplar maestro.
Consultar a Villar implicaba recibir una clase magistral de ética y respeto por la profesión, porque consideraba que dirigir, cantar, bailar o ejercer cualquier función artística, debe llevar implícita, como premisa fundamental: el amor y el respeto hacia los que reciben el mensaje.
Numerosos reconocimientos recibió en su larga trayectoria profesional, entre ellos: los sellos conmemorativos de los aniversarios 80 y 85 de la Radio Cubana, la condición de Artista de Mérito del Icrt. Fue merecedor del Premio Nacional de la Radio, por su valioso trabajo en la difusión de la música.
Ganó varios premios Caracol, otorgados por la Asociación de Radio, Cine y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), así como la Orden Nacional 30 años dedicados al arte musical y radial.
Recibió las medallas “Raúl Gómez García” y “Alejo Carpentier”, así como la Distinción por la Cultura Nacional.
Llamado por muchos “la enciclopedia viviente”, por sus amplios conocimientos de la música, el maestro Manuel Villar falleció en La Habana en 2010, a los 80 años, lo que representó una significativa pérdida para la cultura y la música cubanas, también para el Icrt.