28 de marzo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Mercedes Posada Muñoz: una Artista de Mérito

Locutora de Radio Mayabeque que recibió el Micrófono de la Radio este 2016
Artista de Mérito

Artista de Mérito

A Mercedes Posada la conocí cuando era niño. Finalizaban los años 80 y recuerdo su voz en los pasillos de la emisora Radio Camoa, de San José de las Lajas, mientras yo corría por ellos. Rememoro esa etapa y la vida me devuelve pequeños instantes gratos.

Mercedes siempre sonreía y yo la miraba ante los micrófonos comunicar con la pasión de los grandes. Pasó el tiempo, crecimos y dejé de verla. No fue hasta el año 2006 que volví a encontrarla. Trabajaba desde 1991 en Radio Güines, hoy Radio Mayabeque, y continuaba siendo aquella mujer de perfecta dicción y una voz como pocas.

Hace unos días le vi. Participábamos en la premiación del Festival de la Radio y la Televisión de Mayabeque. Conversamos tal vez una hora pero la plática se tornó para mi escasos minutos, por su peculiar manera de decir. Allí le pregunté sobre sus inicios en la locución y cuánto le había aportado esta profesión.

“La locución fue, al inicio, una sorpresa. Nunca la tuve en mis planes, fue una opción en un momento determinado de mi vida. Hoy no puedo separarme de ella, aún en momentos límites. Me abrió la perspectiva y un mundo completamente desconocido. Formó mi gusto estético, me enseñó un diapasón de posibilidades, me hizo vencer los miedos en todos los sentidos, sobre todo, el escénico. Me obligó a prepararme y asumir responsablemente mi lugar”.

De sus paradigmas en el oficio me dijo: “Ángel Hernández y Antonio Pera me evaluaron por vez primera.

Carmen Liu y Nelson Moreno de Ayala fueron mis profesores. Los cuatros son mis paradigmas, voces espectaculares, personas sencillas, enamoradas de la profesión para hacerla perfecta. Me aportaron todo eso y más: el no conformarme, ni creer que he llegado. Faltan muchos programas por asumir”.

Para Mercedes “la voz, dicción, interpretación, naturalidad son los elementos imprescindibles para ejercer correctamente la especialidad. Sin abandonar la seguridad, entonación, correcta selección del ritmo. Que de muy poco servirían si no se tiene una formación cultural importante, o al menos, media”.

También se refirió a otros aspectos que distinguen a los buenos profesionales de su especialidad.

“Para ser un buen locutor o locutora resulta imprescindible la superación. El locutor debe ser una persona muy bien informada, y no solo en la profesión, para la vida también, pues es un ente en la comunidad. Es inconcebible que no esté al tanto; por ejemplo, de los acontecimientos más importantes en el país y en el mundo, que en un momento determinado no pueda opinar por la escasez de conocimientos en cualquier tema inherente al trabajo que realiza.

“Otro aspecto importante: prepararse para una entrevista. Si no conoce a su interlocutor, no debe limitarse al cuestionario seleccionado, debe aportar con naturalidad para que sorprenda agradablemente al invitado. En mi poco tiempo libre leo bastante. Y leo todo antes de grabar o en transmisión en vivo.

“Para mantener mi voz no fumo, ni bebo en demasía, solo para celebrar. Si trasnocho siempre llevo mi bufanda conmigo, me protejo del polvo de la calle, y me alejo constantemente de los fumadores. Si me enfermo de gripe: tomo cocimiento casero caliente. Sobre todo las hojitas de salvia en cruz en el fondo de una taza de café amargo son !Benditas!”

A Mercedes Posada le gusta conducir todo tipo de programas, todos los disfruta y, considero, todos los hace con excelencia. Me confesó:
“Los informativos, musicales especializados y dramatizados me llenan. Informativos porque creo son la base de la locución. Te permiten abarcar los géneros periodísticos y ayudan sobremanera para los cambios que deberás emplear en otros tipos de programas. Creo que el locutor de un espacio informativo, que aplique toda la técnica aprendida, será capaz de asumir cualquier otro programa.

“Musicales especializados porque además de nutrirme culturalmente, me permiten emplear tonalidades únicas para ese tipo de espacio, y verdaderamente me transportan a otras dimensiones musicalmente hablando.

“Dramatizados porque conjugan otras aristas igualmente muy importantes, sobre todo las transiciones que debes aportar al asumir varios personajes, similares a las que empleas para los diversos géneros de la locución.

“Cada programa te exige una modulación de voz diferente. No es igual una revista informativa a un programa de boleros u otro género musical. No es igual la narración en un dramatizado a una narración deportiva. No es igual la entonación de un reportaje a la de una crónica.

“El conocimiento de la especialidad, su técnica, te permite saber cómo se hace. Por ejemplo, cuando en un programa dramatizado debes poner voz a varios personajes, debes primero imaginarte ser ese personaje, creértelo e interpretarlo. Incluso los objetos se vuelven personajes. No puedes hacer de abuela o niño como harías de mesa, o de gallina. Cada uno tiene sus características específicas”, advirtió.

Para esta mujer con 29 años de experiencia, la locución es una actividad creativa.
“Constantemente con la voz debemos ubicar a los oyentes en tiempo y espacio. Según la intencionalidad de cada palabra se logra la reacción placer o rechazo del oyente. Las personas pueden reír o llorar solo al escuchar una voz que deberá ofrecer imágenes muy específicas. Justamente por eso, creo que es una profesión muy creativa y perdurará”.

También le fascina impartir clases, sobre todo porque le interesa adiestrar a las nuevas generaciones; primero, en el amor por la profesión y la seriedad con que se debe asumir, segundo porque le gusta que los jóvenes tengan las herramientas que sus profesores le enseñaron.

“Me empeño porque mis alumnos se interesen por las horas detrás del micrófono, el día a día, lo que les permitirá aprender cada vez más. En teoría deben conocer lo elemental, pero es la práctica la que les formará. Son los sustos y también las alegrías los que les formarán íntegramente allí, en la cabina de locución”, asegura la experta.

Ya casi al terminar nuestra plática una última pregunta la mantuvo dudosa por minutos. Vaciló ante ella y me respondió como en ráfagas:
“Disculpa pero… no me considero paradigma de nadie. Sencillamente hago mi trabajo respetando muchísimo a los que me escuchan. Eso incluye mi preparación diaria, amar sinceramente lo que hago, considerar a quienes confían en mí sus obras y asumirlas todas por igual con la misma gratitud y entrega.

“A los locutores jóvenes les digo lo que diría a mi hijo. Tienen que enamorarse y después intentarlo con mucho estudio y preparación. No es un hobby más, sino una responsabilidad mayúscula, toda vez que puedes acompañar a las personas a cualquier lugar donde un pequeño equipo receptor capte la señal.

“No somos ni diferentes, ni especiales, somos uno más, y mientras más cerca del pueblo, de la gente sencilla y humilde, mejor nos desempeñaremos; porque todos se podrán ver reflejados en nuestro verbo. Y esa es mi intención”.

Nos despedimos cuando por el altavoz, en el estrado de la Gala de Premiaciones del Festival de la Radio y la Televisión, alguien reclamaba su presencia. Seguramente le esperarían allí nuevos reconocimientos por su formidable labor…y fue entonces, entre aplausos, unos segundos después, cuando la vi mucho más feliz, con cierta timidez, recibir un premio y otro y varios más.

Principales reconocimientos recibidos por Mercedes Posada Muñoz:
Premio Artista de Mérito de la Radio.
Micrófono de la Radio en 2016.
Seleccionada entre las mejores voces del país por la contribución a la Locución.
Condición La Voz de La Habana.
Dos premios y dos menciones en el Concurso Caracol, organizado por la Uneac.
Mejor voz informativa en el Festival Nacional de Noticieros (en tres ocasiones).
Premios de actuación en Concursos Nacionales de la Radio Joven, desarrollados en Santiago de Cuba.
Premios provinciales, nacionales e internacionales en los Festivales de la Radio y las Convenciones de Radio y Televisión, en programas informativos, musicales, variados, deportivos y dramatizados.

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