Nuestros locutores

Profesionales de la voz y la palabra, en cuyo oficio se multiplica la vida y se promueve el saber. Contemporáneos heraldos de cotidiana e indispensable presencia, sin quienes no sería posible concebir la realidad: esos son nuestros locutores.
No importan el momento, el lugar y las circunstancias, porque siempre alguna voz y un rostro habrán de convertirse en portadores de un mensaje, en puentes hacia el entretenimiento y en promotores de la realidad, incluso en medio de las condiciones más complejas, como ha sido durante este año de pandemia y de adversos fenómenos meteorológicos.
Tras los micrófonos y ante las cámaras que no han cesado de difundir sus voces y sus rostros, nuestros locutores han seguido siendo depositarios de una tradición que ha sentado cátedra continental, gracias al interminable magisterio de Germán Pinelli o Consuelo Vidal, de Manolo Ortega o Dinorah del Real.
Son nuestros locutores unos consagrados legionarios al servicio de los medios de comunicación. Hombres y mujeres que a través del tiempo han tenido otros nombres y otros rostros, y cuya profesionalidad se renueva en las actuales generaciones que hoy cumplen cabalmente el cometido de inspirar confianza y credibilidad entre los radioyentes y televidentes, que día tras día esperan y necesitan su presencia en las frecuencias radiales y en los canales de televisión.
Son nuestros locutores un calificado y comprometido ejército de comunicadores que asumen, en las primeras líneas de la guerra de pensamiento que hoy se nos impone, el cometido de difundir y defender nuestras verdades, recibiendo a cambio el reconocimiento, la admiración y la gratitud de todo un pueblo.


