“Para comunicar se debe poner espíritu en la palabra”
Cuando me pidieron entrevistar a este profesional de CMBF para la revista digital En Vivo, me interesó mucho porque esta es una de mis emisoras preferidas, sobre todo cuando estoy deprimida o agotada; sus programas son de mi preferencia.
Al entrevistado solo lo conocía por la voz profunda y una pronunciación perfecta, con los matices que debe tener quien habla ante los micrófonos en la radio, pues un locutor tiene que “darlo todo” con su voz. Mi interlocutor se llama Julio Ramón Pita y posee una historia muy interesante.
Comienza diciendo que es graduado por la Universidad de La Habana en el año 1986, de Física y Matemática. Comenzó a trabajar en la Academia de Ciencias de Cuba en un departamento denominado ICIMAF, en ese momento era la presidenta de dicha Academia la doctora Rosa Elena Simeón.
Un día él estaba escuchando Radio Reloj y anunciaban una convocatoria para hacer pruebas de locución. Se presentó y, para su sorpresa, fue aprobado.
Pasó un curso de locución con excelentes profesores, entre los que recuerda a Mario Rodríguez de Ayala, Antonio Pera, entre otros. Cuando termina esa preparación, pasa a trabajar en la emisora de la hora y las noticias, a la cual muchos consideran una gran escuela.
Allí trabajo pero no como locutor sino como periodista, también se desempeña como corrector junto a Alberto Ayón en la Revista Semanal, que sale los domingos. Eso fue en 1994; en Reloj estuvo varios años.
En el 2003 cambia a la emisora CMBF, esta vez como locutor, en un noticiero ya desparecido que se llamaba Ámbitos. Lo dirigía Rafael Rodríguez Cala. Posteriormente trabaja en la revista El Arte Eterno transmitida a diario de 10:00 a 12:00 del día. También hace el Noticiero de las 12.
Este hombre incansable realiza el programa Cine Paraíso, que sale los miércoles de 7:00 p.m. a 8:00 p.m. bajo la dirección de Jorge Iglesias. También forma parte de otro espacio que goza de gran audiencia: Allegro (lunes a viernes, de 1:00 a 2:00 de la tarde); así como del espacio Ballet, que se conserva a través de los años.
En medio de esta conversación acerca del espectro cultural dentro del cual trabaja, Julio Ramón reflexiona sobre la importancia para el locutor de la radio ser disciplinado, cumplidor, puntual y estar consciente de su condición: “último eslabón de una cadena de trabajo, es quien difunde la labor de todos los compañeros”.
Premiado por la Sociedad Cultural José Martí
En otro momento del diálogo se refiere constantemente a José Martí, como el Gran Maestro que fue. Julio Ramón asegura que “para comunicar se debe poner el espíritu en la palabra, si no se pone el espíritu, no se llega al radioyente”.
Acerca de su vínculo espiritual con el Apóstol comenta que luego de una estancia en el extranjero, a su regreso comienza a trabajar en una biblioteca. En ese momento, parte de su trabajo era asistir como lector a las tabaquerías; lo cual cataloga como una experiencia inolvidable.
Así se sentía ligado a Martí, estima que realizó una labor apostólica cuando se dirigía a los tabaqueros. Reconoce que la experiencia lo ayudó mucho para ejercer la locución y su sentido espiritual.
Publicó una novela, El ojo del rey, premio del programa “Los Pinos Nuevos”. Ha trabajado difundiendo el pensamiento martiano pues reconoce en Martí al más universal de los cubanos. Recibió la distinción “El Tabaco Libertador”, otorgada por la Oficina del programa martiano.
Al despedimos advertimos la fuerte motivación de Julio Ramón Pita para continuar cultivando el arte de la locución desde CMBF, al mismo tiempo que promueve el conocimiento en torno a la vida y obra de Martí.