Ramón Espígul, un prominente director de la radio cubana
Ramón Espígul Menéndez constituye un ejemplo de profesional consagrado dentro del sistema la de radiodifusión cubana. Nació el 21 de agosto de 1950, en el barrio capitalino del Cerro, y desde temprana pasó a residir en otros municipios, pero siempre ha expresado con orgullo sentirse hijo del Cerro.
Es hijo y nieto de dos figuras prominentes de las artes escénicas cubanas. Su niñez se desarrolló en un ambiente en que primó la música y el teatro, prácticas que constituyeron el vértice central de una dinastía familiar encabezada por el linaje de su abuelo Ramón Espígul, actor teatral y compositor. Era poseedor de la especialidad de hablar chiflando, fue conocido popularmente como el Rey del chiflido. Fue uno de los intérpretes del “negrito”, personaje qué deleitó innumerables obras en el escenario del otrora teatro costumbrista.
Por mantener el nombre de la dinastía familiar, todos se nombraron igual, el abuelo, el padre y el nieto, a quien dedico estas líneas. Desde niño, Ramón Espígul Menéndez recibió la influencia de su madre Berta, persona muy aficionada a la radio y el canto, manifestaciones artísticas que la acompañaban en sus labores hogareñas.
En su época de estudiante, el muchacho sentía preferencia por las carreras de Letras, entre ellas la Historia y lo que es hoy en día su fuerte, la Literatura. Cómo llegó a la radio, lo relata el propio Espígul:
“Con 21 años de edad yo asumía la responsabilidad de padre de mi primer hijo. Apremiado por la necesidad de trabajar, acudí a mi padre, quien se desempeñaba como asesor de teatro en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y simultaneaba esa actividad en otras dependencias de esa entidad como la de construcciones militares. Allí el teniente Reyes me ofreció trabajar, pero de inmediato el oficial se percató mi falta de afinidad con las especialidades que allí existían.
“Ante la inútil gestión decido hablar con Luis Más Martín, director de Radio Rebelde entonces, quien me integra a ese medio el 4 de enero de 1972, como productor de un programa dominical nocturno creado por él. Un año después pasé a dirigirlo, en esos momentos con una formación totalmente autodidacta, sin conocer nada de arte radial”.
Puntualiza Espígul que “solo contaba con lo visualizado en mis visitas al teatro y las conversaciones que escuchaba en las reuniones y tertulias organizadas por mi padre después de las funciones. Allí pude escuchar muchas anécdotas y criterios teatrales.
“Cada mañana llegaba bien temprano a Radio Rebelde, en la esquina de O y 23, en el sótano del Ministerio de Justicia, me sentaba en el vestíbulo a esperar la ausencia de algún director para sustituirlo. De esa forma llegué a realizar todos los programas de la emisora, con excepción de los géneros dramatizados”.
Muchos compañeros que ya eran estrellas de la dirección lo ayudaron en su desarrollo profesional, entre ellos, Oscar Luis López, Juan Carlos Romero, Pablo Verbitzki y David Campos. “En lo musical tuve la mano amiga y la enseñanza de otros dos prominentes: Carlitos Más y Jorge Luis Valdés Val. En la música cubana le debo gratitud infinita a Luis Grau Jover, quien me dio la oportunidad de dirigir un espacio musical. Además, conté con los conocimientos del musicólogo e investigador Manual Villar Fernández.
“En julio de 1972 se produce mi ascenso como director de radio, en un programa que se llamó Fiesta Infantil. Fue creado por Más Martín, a quien le agradezco la profesión que tengo, director de programas de radio, todo lo cual constituyó para mí un gran reto, al dirigir a estrellas como Ana Margarita Gil, Héctor Fraga, Coralita Veloz, Obelia Blanco, entre otros”.
Esta nueva responsabilidad lo obligó a relacionarse con la terminología especializada de la radio y aprender con férrea voluntad, talento y carisma el diario quehacer del arte radial. Los primeros programas que dirigió en sus inicios en Radio Liberación fueron Frecuencia 650, Festival de Aficionados, Fiesta infantil y Adelante América, espacio que produce y dirige. En el caso de Así sucedió, o La guantanamera, Espígul esporádicamente sustituyó a su director.
Aunque no todo fue tan fácil en los primeros momentos, pudo ampliar los conocimientos de música, literatura, historia del arte y otras especialidades afines. Con disciplina espartana logró estudiar y graduarse de la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de La Habana.
Ramón Espígul cumplió misión internacionalista en la República Popular de Angola. Allí dirigió la hora en español de la Radio Nacional de Angola (RNA) y también se desempeñó como jefe del grupo de colaboradores la radio y la televisión en Luanda. Al regresar a la patria es enviado por la Dirección de la Radio Cubana a Ecuador, donde ofreció una conferencia sobre música cubana en el Primer Festival de Radio Comunitaria de Quito.
Invitado como periodista a Barranquilla, Colombia, junto al maestro Chucho Valdés participa en el Festival Barranqui-Jazz. A sugerencia del propio Chucho, en Bogotá es entrevistado en un programa radial de la Universidad Nacional y en Cadena Caracol realiza un conversatorio sobre la música cubana.
Espígul representó a Cuba en Italia como director del espectáculo “Delirio Habanero”, el cual fue presentado en la discoteca “La Cueva del Caribe”. En Barcelona, España, participó en un programa de la Radio COM, Emisora de la Diputación de Cataluña.
La música siempre formó parte de su trabajo creativo y por eso adquirió conocimientos como productor musical, aunque no se considera como tal Espígul. Al respecto señala: “es al maestro Manolito Simonet a quien agradezco esos conocimientos de producción musical”.
No obstante, Ramón, tiene a su haber la producción de un disco independiente del Septeto Caña Santa, titulado Mi negra se porta mal. También para el propio septeto produjo el álbum Sonero 100, grabado en la Egrem y que resultó nominado al Cubadisco 2005. Además, realizó el primer fonograma del grupo Mayohuacán y dos temas para el LP de la orquesta Hermanas Nuviola, con el título De Fiesta, con el sello Artículo.
Espigul Menéndez, sin lugar a dudas, es un experimentado director seducido por la radio y la música. Su trayectoria abarca 47 años de creación y forma parte de la memoria histórica de la radio cubana; constituye un referente para las nuevas generaciones de productores, guionistas, escritores, creadores y musicalizadores del arte radial.
Es intransigente para promover obras musicales carentes de valores estéticos y los códigos característicos de la música cubana. De esa forma ha salvaguardado la integridad del más bello arte entre las artes, la música.
No piensen que escapé a sus fuertes críticas y refriegas, que para mí fueron enseñanzas en los tiempos en que me inicié como promotor musical. Hoy las aplico en mi quehacer musical, por ello, hago público mi aprecio, agradecimiento y respeto a Ramón Espígul Menéndez.
Los programas que ha realizado en las emisoras Radio Liberación, Taíno y Rebelde han hecho época, valga citar Frecuencia Total, MB Caribe, que han popularizado incontables obras de relevantes intérpretes y colectivos musicales.
Por su relevante trayectoria creativa, resultados artísticos y consecuente compromiso con los valores más entrañables de la cultura cubana ha sido merecedor de notables reconocimientos, galardones y premios nacionales e internacionales. Entre ellos sobresalen la Distinción por la Cultura Nacional, el Premio Nacional de Radio y Premio Caracol otorgado por la Asociación de Radio Cine y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, además de muchos otros.
Confiesa este creador: “si por un tiempo me molestó que me llamaran ´el hijo de Espígul´, hoy siento el orgullo de venir de una familia de artistas queridos y de calidad probada. Agradezco el apoyo brindado por los entrañables colectivos de trabajadores que me han acompañado todos estos años, a Berta, Ramón y mi propia familia por haber sido mis mayores críticos y admiradores”, concluyó.