Reinier Hernández: “Yo siempre me levanto”
El más reciente capítulo de Promesas, la gustada serie que en las noches de martes llega a nuestras pantallas por la señal de Cubavisión, nos permitió disfrutar nuevamente del virtuosismo y excelente dominio histriónico del actor Reinier Hernández, a quien también se le ha vuelto a ver con papeles bien puntuales —sin dejar de ser atractivos e interesantes—en las últimas dos reposiciones del policiaco Tras la Huella, con los casos Invitación a la muerte y Santa Fe.
Marlén, así se llamó el capítulo de Promesas donde interpretó a Paco, un profesional de las leyes que apoya a su actual pareja ante la frustración profesional que la atormenta, hasta darse cuenta que la adicción de su compañera de vida por un videojuego los está afectando en su relación. Llegan entonces las mentiras, las peleas, la ruptura… Sobre este capítulo, Reinier nos confesó:
“Desde que comenzó la serie estuve con cierto nervio, porque todos los episodios anteriores me han gustado y las expectativas son altas. Es una temática muy novedosa y eso siempre implica un riesgo; pero desde que finalizó el capítulo, las reacciones y los cometarios de la teleaudiencia han sido muy favorables.”
¿Cómo fue el trabajo con la actriz Maikel Amelia Reyes?
El trabajo con Maikel Amelia fue súper bueno a nivel de energía y de entender rápido nuestra situación psicológica en la escena, además del apoyo mutuo que, como colegas, existió en todo momento. La verdad es que no paramos de hacer bromas, aunque fuese para olvidarnos un poco del increíble calor que hacía en el set. Ella es muy profesional y le entregó todo a ese personaje, que fue un verdadero reto y algo bien diferente de lo que había hecho antes. Yo la felicito por tan buena actuación.
¿Por qué crees que la serie en su conjunto esté teniendo tan buena acogida?
Está siendo bien recibida porque hay un complemento evidente. Todas las partes, desde el staff hasta los actores, fueron minuciosos en su trabajo. Siempre algo menos bueno que otro, pero bueno al fin, y con interés y deseo de llevar adelante tantas temáticas interesantes y cotidianas para cualquier televidente, abordadas con enfoques diferentes por sus talentosos guionistas. Es una serie con una amplia variedad de géneros, con realidad y cierta crudeza.
Reinier Hernández junto a la actriz Maikel Amelia Reyes y el director Jorge Campaneria en el rodaje de Promesas (Foto: cortesía del entrevistado)
Sin duda alguna, Reinier Hernández es de esos actores que se desdobla en cada puesta y asume sus personajes con profesionalismo, responsabilidad y entrega.
Desde El Guardián de la Piedra –aventura cubana del 2006– comencé a admirarlo y seguí como fiel televidente sus pasos por otros dramatizados en los que también dejó su impronta; hasta que poco a poco su rostro comenzó a ser menos frecuente en los dramatizados y solo se le veía esporádicamente en personajes pequeños, por decirlo de alguna manera. Nunca entendí por qué, pues defiendo el criterio de que es uno de los más versátiles y prominentes actores de su generación.
Sin embargo, Reinier ha demostrado que la fuerza de voluntad, el coraje, el seguir caminando, la humildad cuando nos hace falta y el orgullo cuando hemos conseguido escalar la montaña, nos ayudarán en ese largo camino que es la vida, y para el que no hay respuestas rotundas, porque solo se aprende caminando.
Háblame de tus inicios en la actuación, ¿siempre quisiste ser actor?
Sinceramente no recuerdo con exactitud por qué me interesé en la actuación. Es evidente que me gusta y me hicieron creer que tenía talento; quizás porque en el preuniversitario alguien quería contar conmigo en una obra teatral que al final no pudimos hacer, o porque en 4to grado actué en la Casa de la Cultura y se me quedó esa espinita. Además, desde niño fui siempre muy cinéfilo.
Por tanto, con 18 años volví a la Casa de la Cultura y estuve un año en el Olga Alonso con Humberto Rodríguez. Después, estudiando Comercio Exterior, empiezo a hacer talleres de actuación y trabajos audiovisuales con Tomás Piard, hasta que me contrata la Agencia Actuar y comienzo a aprender hacer radio en el primer curso de Iván Pérez Ramírez, y con muy pequeñas participaciones en sus dramatizados.
En un casting de un comercial conozco al director Raúl Martín y me dice que el director José Milián, de Pequeño Teatro de La Habana, buscaba un actor con mi biotipo y así empiezo profesionalmente en el teatro, hasta graduarme de nivel medio de Actuación. No soy del ISA (Instituto Superior de Arte) ni de la ENA (Escuela Nacional de Arte). La radio, amén de todo lo aprendido, no la hice más; solo un programa en Habana Radio con un excelente equipo y la dirección de Otto Braña.
¿Cuáles son tus referentes en la actuación?
Son tantos los actores increíbles, que me es casi imposible decir referentes. Creo que todos tienen su propio encanto y sello. No aspiro a ser como nadie, pero hay un nombre cubano que me marcó mucho cuando niño y a muchos le puede sorprender: Carlos Ruíz de la Tejera.”
¿Cómo construyes tus personajes? ¿Cuáles prefieres interpretar?
Cada actor tiene su propio librito, que uno mismo a veces lo violenta dependiendo del proyecto y el tiempo. Trato que ningún método de actuación o técnica me minimice la verdad, el ser real, que mis colegas se conecten y no trabajen solos, porque dependo mucho de ellos. Y que ningún director, sobre todo los que son también actores, me diga cómo hacer el personaje. Trabajar juntos sí, yo como creador defiendo el personaje y el director vela por mi verdad, su objetivo y el de la escena.
Siempre me gusta caracterizar, sobre todo cuando los personajes son retadores. Eso lo he disfrutado más en el teatro que –aunque muchos no lo crean– fue mi fuerte en los inicios como actor. Con el tiempo, mi nuevo hándicap –el ser calvo en las producciones cubanas–, limita mucho las transformaciones, que a mí en lo particular me interesan en algunos casos.
Reinier Hernández durante una de las presentaciones de la obra de teatro Litoral (Foto: cortesía del entrevistado).
¿Cómo llegas a la televisión? Háblame de tu primer trabajo para el medio-
Como ya había comentado anteriormente, hice trabajos audiovisuales con Tomás Piard, incluso un figurante en la TV y también una tesis de Otto Braña. Pero el primer trabajo fuerte –por decirlo de alguna manera– para la televisión fue El Guardián de la Piedra, donde interpreté al príncipe Marcel, un trabajo que, entre el personaje y la complejidad de este proyecto, fue una verdadera prueba de fuego: la psicología del personaje, la historia, la acción, el riesgo ante peligros reales, armas de fuego, espadas, artes marciales, caballos… y no siempre la presencia del profesionalismo y/o humildad.
Después vinieron las telenovelas Aquí Estamos y Añorado Encuentro que, sin restarles importancia y dificultad, fueron menos traumáticos, por así decirlo. En Aquí Estamos, Orestes –el padrastro de Mariana– fue un trabajo delicado y que me popularizó mucho. Siempre agradecido con Hugo Reyes y el ya desparecido Cheíto González.
Desde hace algún tiempo has estado ausente en las telenovelas y otros dramatizados, ¿a qué se debe?
En ocasiones, cuando uno está muy presente y de pronto deja de salir, los televidentes piensan que eso es sinónimo de no trabajar o que quizás se esté haciendo solo teatro. Hay veces en las que uno decide tomar un descanso o no quiere hacer más televisión por un tiempo; fue mi caso y decirlo no es conveniente.
Trabajé muchísimo haciendo cortometrajes y talleres en la Escuela de Cine de San Antonio de Los Baños, donde he aprendido de maestros internacionales y cubanos del cine.
Igualmente estuve trabajando en producciones extranjeras –grabadas en Cuba– que fueron también la causa de no poder hacer más telenovelas. Por ejemplo, fui llamado por Miguel Sosa para hacer Tierras de Fuego y no pude; después en el casting de otra telenovela me empeciné en dos personajes y si no eran esos, no me interesaba; sin embargo, supe después que tenían un personaje bueno para mí. Cosas de la vida y del oficio.
Pero si tuve oportunidad después con algunos directores como Rudy Mora, Ernesto Fiallo, Marlon Brito, Loisys Inclan, Jorge Alonso Padilla, Willy Franco, Mirta González Perera y otros; pero no en telenovelas. En videos clips sí he tenido una suerte enorme.
Reinier Hernández durante el rodaje del serial ruso El oro del Gloria (Foto: cortesía del entrevistado).
¿Es cierto que pronto te veremos en una telenovela?
Sí, estoy grabando Asuntos Pendientes, bajo la dirección de Felo Ruíz y la codirección de la talentosa actriz Tamara Castellanos. Cómo llegué no es lo interesante, lo bueno es el apoyo y la alegría de muchos colegas por estar en el proyecto y de que comparta escenas con ellos. Incluso, muchos que no son parte del elenco de esta telenovela, también me han manifestado su alegría. Agradezco mucho la confianza de sus directores, Felo está muy bien enfocado y es todo un caballero.
Comparto con muchos actores, sería larga la lista, pero los más cercanos son Yia Caamaño, Lily Bergues, Danae Hernández, Tulio Marín… Y no adelanto más nada, hay que esperar.
¿Algún otro proyecto en el que estés involucrado?
Hace poco participé con cosas muy pequeñas y puntuales en un serial alemán. Ahora, además de la novela, estoy en dos proyectos más, de los que solo puedo adelantar que son con las directoras Mariela López y Heiking Hernández.
Reinier Hernández junto a la actriz Yia Caamaño y el director Felo Ruíz en el rodaje de la próxima telenovela Asuntos Pendientes (Foto: cortesía del entrevistado)
¿Algo que no te haya preguntado y nos quieras compartir?
Me gustaría que todos tratáramos de aumentar el nivel de nuestro propio carácter, algo que se logra con una verdadera humildad y aumenta la tolerancia y paciencia, y por tanto la comunicación. De ahí se derivan más confianza, más profesionalismo y más entendimientos para una obra en común.
No confundir lo sano con la inocencia, ni la autoestima alta con la pedancia, ni que tener talento es sinónimo de buen resultado. El arte es subjetivo y de apreciación. También hay marketing personal que nadie en nuestro país lo cuida y protege. Nadie le debe discutir a un director sus decisiones de casting, es su apreciación y se le respeta. Se debe también respetar las decisiones de los actores por lo que creen que sea convenientes para ellos, tanto artístico como monetario. No es nada personal tampoco, pues nadie tiene la verdad de lo correcto o incorrecto. Lo correcto es entender y aceptar.
¿Cómo te definirías en una sola frase?
Caerse es fácil, difícil es levantarse. Yo siempre me levanto.