Saludos a Eva
Cada medio de difusión, con el paso de los años, crea sus propias figuras icónicas. En especial, en un país como el nuestro, con tanta tradición en este rubro, hay personas que ocupan importantes lugares en la historia y, sobre todo, en la agradecida y amorosa memoria del público. Una de esas figuras, sin sombra de dudas, fue Eva Rodríguez.
Excelente animadora, locutora de espacios noticiosos y comerciales, dueña y señora de todos los secretos de su profesión, Eva dejó una imborrable huella en el recuerdo de las audiencias cubanas. Por eso resulta un estupendo regalo que la editorial En Vivo publique el texto biográfico, ¡Saludos amigos! Eva Rodríguez Morejón, de la autoría de Ángel Manuel.
Sobre el autor del texto, amigo cercano de la artista, así como de la labor que fructifica en tales páginas de vida, sería necesario dar a conocer un par de criterios. Uno de ellos, en el conmovedor testimonio personal que cierra el libro, deja ver las razones de que exista esta biografía. “Me pidió hace algún tiempo que le hiciera un libro y cumplí con mi promesa. Ella estaba muy feliz con este trabajo, también me lo hizo saber en muchas oportunidades”. De hecho, el propio escritor declara que, ante la muerte inesperada de Eva, se decidió a cambiar el final previsto y acometer el cierre con sus impresiones ante el suceso.
El otro comentario pertenece a la autoría de Ana Núñez Machín, quien asume el prólogo de este trabajo. La destacada intelectual, al presentar a los lectores el texto, destaca que la obra “tiene una estructura inusual y es de anotar el esfuerzo realizado por Ángel Manuel al recoger en el mismo no solamente el testimonio de Eva, sino además los de amigos, conocidos, admiradores y colegas de la querida locutora. Y resaltar el trabajo de investigación del autor que incluye numerosas fotos y respaldan a la vez todo lo dicho en la obra. Consideramos que este volumen también recoge el movimiento artístico y cultural de una época prodigiosa”.
Ciertamente, mientras recorre el lapso vital de Eva Rodríguez, el trabajo deja ver casi en directo los diversos contextos y tendencias de diferentes períodos de nuestra historia. Además, y es un detalle importante, como telón de fondo, mientras retrata la historia de su protagonista, también muestra varias décadas del devenir de la televisión cubana. La sola mención de diferentes espacios televisivos, noticiosos y comerciales, así como de los proyectos, logros y disímiles labores donde Eva estuviera involucrada, se ofrecen a la vez tal un colorido retrato de múltiples aspectos de esos años. El recorrido, desde tiempos fundacionales de la televisión hasta años más cercanos de fines del siglo XX, es un destacable valor agregado de esta propuesta.
Por otro lado, la estructura de esta biografía apela constantemente a diversos materiales de apoyo para reforzar y enriquecer la narración en primera persona de la vida de la destacada presentadora. Ya se mencionaba el sólido apoyo fotográfico. Por igual hay no pocas referencias a la prensa de cada momento reseñado y la inclusión de otras figuras, muchas de gran renombre en nuestros medios, que interactuaron con Eva Rodríguez en predios profesionales y amistosos. También es de elogiar, como se destacaba en el prólogo, el abundante número de testimonios, cuyas visiones nutren, matizan, redondean en buena medida los episodios y argumentos que se narran.
Resulta un hecho destacable que se escriban y se publiquen investigaciones como esta. Además de la contribución de primera mano a la rica y muy diversa historia de nuestros medios de difusión y de la preservación de la memoria y las vidas de sus figuras icónicas, hay también un importante valor sentimental en estos trabajos. Un libro como este se trasmuta en encuentro, en nostalgia, en agradable experiencia de lectura. Si recordar es, tal se dice, volver a vivir, las páginas de esta obra permiten deslizarse otra vez al pasado, a vivencias y remembranzas alegres y tristes. En todo caso, siempre estarán llenas de la pasión con que las vivieron sus protagonistas, primero, y con el sentir emotivo y respetuoso con que han sido escritas ahora. Así, en eterna salutación a una gran artista cubana, las pantallas de papel de ¡Saludos amigos! Eva Rodríguez Morejón esperan por ser abiertas.