18 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Tira tu pasillo y mucho más

Aproximaciones a prácticas danzarias que nutren los valores culturales de nuestra nación
Bailando en Cuba

Bailando en Cuba

El nuestro es un pueblo bailador, de los movimientos de cada ejecutante emergen estímulos rítmicos, acompasados; formas disímiles de comunicar estados de ánimo. Una rica variedad de toques, bailes, máscaras y atributos, integran las culturas milenarias que alimentan legados ancestrales y contemporáneos.

Bailando en Cuba, (Cubavisión, domingo, 8:30 p.m.), propuesta de RTV Comercial y la TV Cubana, coloca en la pantalla un nuevo programa, el cual promueve, visibiliza, divulga, bailes populares y músicas pertenecientes al patrimonio sonoro y rítmico de nuestro archipiélago.

El espacio reafirma el concepto de TV cultural que se asume a sí misma como un lugar decisivo en la construcción de imaginarios sociales e identidades culturales. Establece sintonía con los valores simbólicos y las transformaciones que otorgan legitimidad a propuestas innovadoras en diversos ámbitos y prácticas creativas.

Las emisiones propician evocar esencias artísticas que cada intérprete asume a partir de sus respectivos saberes, experiencias, perspectivas y espiritualidad.

De manera paulatina contribuye a enriquecer el proceso de aprendizaje y superación de las parejas concursantes, el segmento dedicado a la génesis y el desarrollo de los bailes populares, que conduce Roclan González, director artístico y director escenográfico de Bailando en Cuba.

De igual modo, encuentros con personalidades, clases magistrales e intercambios participativos, influyen en el conocimiento de caminos transitados y aportes significativos que enriquecen la memoria dancística.

De acuerdo con el doctor en Ciencias sobre Arte, Noel Bonilla, “la creación coreográfica, en tanto reafirmación de las obsesiones de sus fabuladores y revisitación de nuestras conquistas musicales y danzarias del pasado, requiere de mujeres y hombres abiertos a las interconexiones, trueques y re-inventos”.

Según considera el profesor, “es esencial pensar la investigación como instancia legitimadora en la práctica creativa de la danza, en pleno siglo XXI, con sus evidentes nociones de cambio, no basta seguir repitiendo fórmulas y hechos”.

La escena deviene espacio esencial para que el histrión demuestre su imaginación, energías, atributos técnicos, y seduzca a públicos de diferentes generaciones.

Refiriéndose a la danza romántica, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso ha expresado que cada época produce formas artísticas peculiares, las cuales responden a un modo de vida y a un modo determinado en la evolución del lenguaje artístico.

Recordemos que ninguna esfera del arte o la literatura quedó fuera de la influencia romántica, tanto la poesía, como la novela, el teatro, la música y la pintura concertaron el ambiente intelectual y la imagen de toda una época, la cual, precisamente, tuvo en la danza escénica una de sus más depuradas manifestaciones.

Los medios de comunicación audiovisuales no pueden mantenerse ajenos a este panorama en el que se integran de manera coherente lo cultural y lo educativo.

Por su condición de televisión pública, nuestra TV se dirige al ciudadano más que al consumidor, pues contribuye de forma explícita a la construcción del espacio público en cuanto escenario de comunicación y diálogo entre los diversos actores sociales.

De ello ofrece elocuente testimonio el casino, baile de salón surgido a finales de la década del 50 como consecuencia de la evolución y la integración entre sí de los géneros, intergéneros o modalidades músico-bailables precedentes y de otros foráneos.

De acuerdo con la profesora Bárbara Balbuena, “este estilo de baile refleja con gran fuerza el carácter propio del pueblo cubano. Constituye una síntesis de los rasgos que nos caracterizan, su popularidad y preferencia se ha mantenido durante más de cuatro décadas por lo que forma parte de nuestro patrimonio cultural”.

Sin dudas, Bailando en Cuba puede abrir nuevas vías para despejar interrogantes de dónde venimos y hacia dónde vamos en el quehacer danzario en la Mayor de las Antillas.

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