26 de julio de 2024

envivo

Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Todo trabajo debe hacerse con gusto y amor

Asegura la guionista y directora de radio Caridad Martínez
Caridad Martínez

Caridad Martínez, destacada guionista y directora de programas de Radio Progreso.

Caridad Martínez arriba a 77 años de vida este 19 de febrero. La guionista, asesora y directora de programas de Radio Progreso no dejará pasar inadvertida la fecha, aunque festejará en un marco muy íntimo. En esta ocasión no habrá nada más por que como bien dice: “hay que cuidarse la vida y para ello lo más acertado es cumplir lo establecido por las autoridades sanitarias en el país”.

Ella ha aprovechado estos meses de aislamiento para revisar dos tesis de maestría que tutora, además de “preparar otros materiales para cuando todo pase y la pandemia sea solo un recuerdo negativo que nos enseñó cosas positivas”, explica en exclusiva para En Vivo la destacada radialista.

Hace poco recibió el premio Maestra de Juventudes, sobre lo cual comenta: “Ha tenido una gran significación para mí y agradezco infinitamente a la Asociación Hermanos Saiz por habérmelo entregado. Desde que empecé a dirigir espacios dramatizados, en la lejana fecha de 1969, fui dando oportunidad a jóvenes que empezaban en la radio.

“Cuando situaron en Radio Progreso a egresados de la Escuela de Formación de Actores fui incorporándolos a mis espacios. Por ejemplo, tengo el honor de que Irela Bravo, Jorge Villazón, Maguie Castro, Glice Fariñas y otros hayan comenzado en espacios dirigidos por mí. En 1988 impartí dos cursos de Dirección de Radio en el Centro de Estudios de Radio y Televisión.

“En 1990 comencé la docencia en la otrora Facultad de Cine, Radio y Televisión del Instituto Superior de Arte. Allí he impartido la asignatura de Dirección de Radio hasta la fecha. Es una actividad que me llena de orgullo porque con la formación de esos jóvenes contribuyo a la continuidad de la radio cubana”.

Acerca de sus dos hijos expresó: “Ellos son el reflejo de la obra creadora de Alberto Luberta Noy, su padre, y yo. Nosotros no queríamos que los muchachos trabajaran en los medios, pero desde pequeños, viendo a su padre levantarse a escribir, lloviera, tronara o relampagueara, o se sintiera indispuesto de salud, y a mí no faltar un solo día a mi trabajo, se interesaran por la radio cuando tuvieron edades de trabajo.

“Fue el buen ejemplo lo que los motivó. Nos apenaba que los toleraran por ser los hijos de Luberta y Caridad. Pero nos convertimos en «los padres de Aldo y Albertico». Los dos escriben y el mayor, Aldo, se hizo grabador, escritor y director. Concluyó su licenciatura en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisuales (Famca). El menor, Alberto, se hizo musicalizador, escritor y director. También concluyó su licenciatura. En noviembre de 2017 defendió la tesis de maestría sobre su trabajo en la dirección de actores en espacios históricos, en este caso, Lucha contra bandidos”:

Supe que usted interpretaba el piano, entonces, ¿cómo y por qué se dio el tránsito de la música a la radio?

–Nunca fui pianista, aunque estudié piano hasta el séptimo año y tengo el título de Solfeo y Teoría. Empecé a trabajar y continué estudiándolo unos meses, pero después no seguí. Incluso cuando inauguraron el Conversatorio Alejandro García Caturla, ubicado muy cerca de mi casa, matriculé acordeón. Me desenvolví muy bien en las clases. Las profesoras eran madre e hija y me decían: “Tu futuro va a ser impartir clases de música”.

“Sin embargo, por esos giros de la vida, el 16 de agosto de 1961 me presenté a una prueba de mecanografía. Yo había terminado de estudiar Comercio y en la carrera me enseñaron mecanografía. Era muy rápida. Recuerdo que el examen fue en el Hotel Capri, y cuando concluí me dijeron que fuera a Radio Progreso.

“En la emisora me comunicaron que comenzaría como copista de libretos. El primero que copié fue un capítulo de La Vorágine, de José Eustasio Rivera, adaptada para el espacio la Novela Latinoamericana por el escritor Román G. Grovas. A partir de copiar ese primer libreto me dije: «De aquí no me iré nunca, siempre trabajaré aquí».

“Lo dije y lo cumplí. Ya tengo en Progreso 60 años de trabajo, y hablo en presente porque como he seguido vinculada a la emisora y siempre que tengo una oportunidad dirijo un teatro o un cuento. Considero que sigo siendo parte de La Onda de la Alegría”.

De no haber sido radialista, Caridad asegura que hubiera sido profesora de alguna asignatura de música. Jubilada con 51 años de trabajo y 68 de edad, refiere que el motivo de su jubilación fue pensar en que “año tras año se gradúan jóvenes en la especialidad de Dirección, es hora de que les dé oportunidad de incorporarse a la emisora”.

¿Qué opinión merecen las personas que durante largo tiempo le acompañaron en su travesía laboral?

–En el plano laboral tengo muy lindos recuerdos de muchas personas. El primero es de quien fue mi compañero de vida: Alberto Luberta. Empezó en la radio en 1947, también como copista en CMQ Radio, era el copista de El Derecho de nacer. Aunque cada uno tenía su trabajo, con él aprendí mucho del medio radial, sobre todo lo relacionado con el humorismo. Con él aprendí muchos secretos de ese género.

“Mi principal recuerdo y agradecimiento es para Marta Jiménez Oropesa, gran actriz, directora de programas de radio y profesora. Ella me enseñó todos sus conocimientos, y cuando se operó de la vista me confió sus espacios para que la sustituyera. Eso no se olvida. También recuerdo a Juanita Capdevilla, que en 1969 fue a un viaje a México y allá le preguntaron a quién consideraba para sustituirla en la dirección del programa Por nuestros campos y ciudades. Sin pensarlo, dijo: «a Caridad Martínez, porque ella fue primero copista de los libretos de ese programa y después productora de mesa, lo conoce lo suficiente para dirigirlo».

“Le estoy muy agradecida igualmente a Bernardo Pascual y Manuel Estanillo, dos directores que me enseñaron todos sus conocimientos. A Rolando Leyva, que dio todo lo que sabía de los espacios de música campesina. Y no puedo olvidar a Julio Batista, por suerte aún vive. Con él aprendí todo lo que hoy sé de espacios informativos, que tenían dramatizaciones. Muchos dicen que Julio fue el precursor del documental de radio”.

Dentro de los hobbies preferidos por Caridad Martínez está cocinar. “También me encantan las plantas. Me gusta sembrar ornamentales. No se me dan las plantas medicinales como manzanilla, orégano y menta americana. A mi mamá le sucedía lo mismo. ¿Será un problema hereditario? Pero soy casi experta cultivando flores, eso hace que mi jardín se vea bien”.

Sobre la posibilidad de escribir acerca de su vasta experiencia refiere: “Cuando se presentó el libro Mirar la radionovela desde la realización, por una recomendación del tribunal de mi defensa de maestría, me preguntaron por qué no escribía uno sobre los unitarios de radio. Y en eso estoy enfrascada.

En 2015, cuando Luberta no pensaba ni enfermarse, hubo un evento sobre humorismo en el Centro Promotor del Humor y le recomendaron que publicara un libro con libretos de Alegrías de sobremesa y con textos sobre el humor en la radio. A fines de 2015 se enfermó y no pudo ni comenzar el libro.

“Pasó un tiempo y consulté con Jorge Alberto Piñero (JAPE) sobre hacer un trabajo juntos, pero solo hay libretos de 2011, 2012 y 2013. Es imposible hacer un libro sobre Alegrías… y no incluir la época de oro del programa. En esa búsqueda encontré dos libretos del espacio televisivo En familia con Alfredo, además de muchas parodias, hijuelas y otros materiales. Le propuse a JAPE que el libro fuera sobre la obra histórica de Luberta, le gustó la idea y en este momento también estoy ocupada en eso. Se plantea que ambos proyectos puedan publicarse en agosto de 2022, que se conmemorará el centenario de la radio cubana.

“Siempre digo que Violeta Parra compuso Gracias a la vida para mí, pues considero que puedo dar gracias a la vida teniendo en cuenta tres hechos en mi existencia que lo confirman: ser hija de Armando Martínez y Esperanza González, un humilde repartidor de pan y una ama de casa que lo hacía todo, desde lavar, planchar, cocinar, pero que me hicieron muy feliz, me dieron una crianza sin lujos, pues no podían dármelos, pero colmada de mucho amor y de valores humanos para la vid; lo otro es que en Cuba haya triunfado en enero de 1959 una Revolución, que me dio la posibilidad de trabajar en Radio Progreso y lograr todo lo que he alcanzado; lo tercero fue unir mi vida el 21 de septiembre de 1968 a Alberto Damián Luberta Noy y haber creado una familia de la que nos sentimos orgullosos».

Antes de concluir la entrevista, Caridad Martínez dijo que si volviera a nacer sería radialista y trabajaría durante 60 años en Radio Progreso. También envió un mensaje a los jóvenes: “Amen la radio. Todo el trabajo que uno realiza debe hacerse con gusto y amor”.

La radialista Caridad Martínez ha participado como jurado en varios eventos.
Caridad junto a su hijo Alberto Luberta Martínez y los locutores Arletty Roquefuentes y Marino Luzardo.

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