Una merecidísima medalla de oro
Este 23 de junio, exactamente a un mes del inicio de los Juegos Olímpicos en Tokio, una cubana se ha alzado con una presea dorada. No la conquistó en la capital japonesa por su desempeño en ninguna disciplina deportiva, y sin embargo el lema oficial de las olimpiadas—“más rápido, más alto, más fuerte”— se aviene muy bien a su total entrega al arte, que ha cultivado durante unos intensos setenta y cinco años que han pasado a gran velocidad, la han colocado en la cima de la gloria y la han asistido de suficiente fuerza para que su voz siga argumentando ante Cuba y el mundo esa leyenda nombrada Omara Portuondo.
Hace apenas unas horas la novia del feeling, la diva del Buena Vista Social Club, o simplemente nuestra Omara ha recibido de manos de los reyes de España la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, que confiere el Ministerio de Cultura y Deporte de ese país a destacados artistas y creadores consagrados al desarrollo cultural y a la preservación del patrimonio artístico.
Y nadie podrá poner en duda que la Portuondo ha sido un constante ejemplo de ello, incluso en estos pandémicos tiempos en los que ha grabado principalmente desde su hogar un disco donde comparte honores y canciones con varios intérpretes de fama internacional; además de celebrar sus vitales noventa años con un gran concierto online desde el Teatro Sauto de Matanzas, acompañada por la Orquesta Failde.
Como quien bate todos los récords posibles e imposibles, Omara Portuondo continúa cautivando a públicos de las más diversas latitudes del planeta para que sus compatriotas sintamos en lo más profundo el orgullo de tenerla y de saberla en posesión de esa merecidísima Medalla de Oro, que no fue conquistada en ninguna lid deportiva, sino en todos los escenarios donde ha demostrado su absoluta lealtad a la música cubana y al pueblo cubano.