8 de diciembre de 2024

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Instituto de Información y Comunicación Social

Una obra impresa que apuesta por la comunicación verbal

El libro Directores y locutores: Notas de acordes en el aire, de Luis Hidalgo Ramos, resalta el vínculo entre directores y locutores

Una vez más, el locutor cubano Luis Hidalgo Ramos ha hecho de las suyas, pero de la mejor manera, como acostumbra en la mayoría de los casos, cuando une experiencia y talento para describir situaciones que solamente una mirada aguda puede hacer.

Su libro, Directores y locutores: Notas de acordes en el aire, denota cierto hálito de conocimiento extenso sobre el tema de la comunicación verbal en los medios de comunicación, y cada palabra impone un desafío al más erudito conocedor del tema, sin caer en la pedantería estéril que minimiza la fuerza de la idea expresada.

En entrevista para esta publicación, Hidalgo confesó que en esta obra ha procurado descubrir los secretos del vínculo director-locutor, porque nota que a muchos realizadores radiales y televisivos les faltan los conocimientos necesarios para asumir con acierto su labor profesional.

“Lo redacté (el libro) del modo más sencillo posible para que sirva como punto de partida y reflexión a creadores consagrados, a nuevos artistas o estudiantes. Pretende volcar la mirada de directores de cine, radio y televisión a recursos expresivos de la locución y otras disciplinas que pueden emplearse a la hora de crear obras audiovisuales con la presencia de locutores.

“Aporta puntos de vista y saberes acerca de los préstamos, dicotomías y semejanzas entre locutores, actores y periodistas, así como sobre la efectividad y usos de cada uno de ellos en los momentos adecuados”, indicó el autor.

Para Hidalgo, esta obra pudiera contribuir a resaltar aún más la locución en Cuba, pues, en su opinión, la disciplina no está valorada adecuadamente y debería ser incluso una carrera universitaria. “En general, se desconoce sobre la locución y se le minimiza. A veces los directores de televisión y algunos supuestos especialistas mediáticos no logran definir qué es un locutor, y no son pocos los que piensan que solamente quienes laboran en noticieros y espacios informativos merecen ser llamados así.

“No faltan los que consideran que un locutor y un animador no son profesionales pertenecientes a la misma disciplina, y es común que se hable de los comunicadores como si ese atributo no resultara imprescindible para un buen desempeño elocutivo. Si realizáramos una encuesta, pocos realizadores podrían hablar con argumentos sólidos sobre las especialidades de la locución y sus vínculos con los géneros audiovisuales”, indicó Hidalgo.

De acuerdo con el locutor, Cuba siempre ha tenido una gran Escuela de Locución, y sus maestros han sido profesionales sobresalientes y paradigmas para el continente americano. Asimismo, la Universidad de La Habana incorporó la enseñanza de la locución en la formación de los periodistas. “Sin embargo, muchos profesionales del periodismo no muestran condiciones para el buen desempeño como hablantes frente a cámaras y micrófonos, y destruyen con malas interpretaciones el buen texto que escriben.

“Ni el valioso papel que ha desempeñado el Centro de Estudios de la Radio y la Televisión, como abanderado de la buena locución, ni las evaluaciones artísticas, ni los Consejos artísticos de entidades solucionan los problemas de la locución. La selección de los hablantes muchas veces es inadecuada y se sustenta en modas que desgraciadamente provienen de los patrones impuestos por la televisión más comercial del mundo. La radio, en este sentido, es muchísimo más seria”, señaló el autor del libro.

“Además, los directores eligen a quienes colocar frente a las cámaras, sin tener en cuenta las normas del español hablado en Cuba o las condiciones interpretativas y de lenguaje, lamentó Hidalgo. Para él, un locutor es un comunicador completo, en tanto atraviesa por la declamación, la publicidad, la propaganda, la narración dramática, la deportiva…y llega a la animación, que es una simbiosis de cada una de las particularidades genéricas.

A su juicio, Directores y locutores: Notas de acordes en el aire es, por tanto, un tributo a aquellos que hacen de su voz un arte y convierten la magia de la comunicación en un reto constante.

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