27 de julio de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Vivirá siempre en el corazón de quienes lo conocimos

Decimos adiós a José Luis Estrada Betancourt, reconocido periodista que ejerció la crítica sobre las artes escénicas y los medios de comunicación audiovisual
José Luis Estrada Betancourt

José Luis Estrada Betancourt

Es difícil hablar en pasado de un colega como José Luis Estrada Betancourt (Las Tunas, 1967-La Habana, 2021) a quien tuvo el honor de conocer hace 18 años atrás, esta joven aspirante a reportera que daba sus primeros pasos dentro de una redacción periodística.

A Jose, como cariñosamente muchos le llamaban, le debo mi primer gran reportaje, firmado a cuatro manos con él, en una edición dominical del diario Juventud Rebelde.

Corría el mes de julio de 2003 y tenía planificado entrevistar a la maestra Ramona de Saá Bello, directora de la Escuela Nacional de Ballet, a propósito de los talleres vocacionales que por iniciativa del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, recibían en ese palacio de la calle Prado, cerca de 4 050 estudiantes aficionados a la danza.

Aunque el hilo conductor del reportaje sería su entrevista a la maestra De Saá Bello, Jose me propuso calzarla con una encuesta, realizada por mí, a algunos padres y a los niños que tenían el privilegio de recibir materias como ballet, preparación física, educación musical, canto coral y artes visuales.

¿Golpe de suerte?, se tituló el citado reportaje que marcó definitivamente mi vocación como periodista cultural y tiempo más tarde me llevó a coincidir con él en varias ediciones de eventos nacionales como el Festival de Teatro de Camagüey, por citar un ejemplo.

De la ciencia al arte

Aquel  niño que soñó con ser cosmonauta, científico y hasta abogado, estudió cuatro años la carrera de Física Nuclear y luego ejerció la docencia como maestro de Física, finalmente, una década después, tomó el rumbo del periodismo.

Según le contó hace unos meses a la colega Lisandra Sexto, esa profesión llegó a su vida como un amor a primera vista. Sintió una gran fascinación cuando escuchó hablar en la primera clase a Luis Sexto, ese profesor de varias generaciones.

Transitó por la Agencia de Información Nacional, hoy Agencia Cubana de Noticias, la emisora Radio Reloj y, finalmente entró a Juventud Rebelde donde, durante 19 años, en calidad de reportero, le dió cobertura a diversos temas hasta que se especializó en la cultura y devino jefe de esa redacción.

Desde las páginas del periódico de la juventud apoyó, hasta los últimos días de su existencia, la labor desarrollada por la Asociación Hermanos Saíz, organización de la vanguardia juvenil próxima a cumplir 35 años de su fundación.

Con la vocación de ser útil, se convirtió en un servidor público de las artes y las letras y escribió algunos de sus libros sobre ballet que quedarán para la posteridad.

“Qué felicidad estar vinculado a la cultura y poderle decir a todo el mundo: mira que grande somos como país, mira cuánto talento hay en nuestro país: esa música, esos bailarines (…) que son tan espectaculares, a esos escritores. Conmúevete, déjate llevar”, la expresó emocionado a Lisandra.

Fue en Juventud Rebelde donde nacieron sus críticas especializadas sobre el arte escénico, en especial, las relacionadas con el ballet y la danza así como sus textos que se acercaban al quehacer del universo audiovisual, fundamentalmente el del cine y la televisión.

Precisamente la última vez que nos vimos fue a finales del mes de junio o principios de julio  cuando, desde la Dirección General de la Televisión Cubana, por insistencia de Jose, convocaron a algunos medios de prensa para dar a conocer la tradicional programación de verano, esa que tanto promocionaba con lujo de detalles cada vez que comenzaba la temporada estival.

Por su labor fue reconocido con el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro del Ministerio de Cultura. A inicios de este año 2021 mereció el Premio Juan Gualberto Gómez que otorga la Unión de Periodistas de Cuba.

La noticia de su repentino deceso a los 53 años de edad ha conmovido a cuantos los conocieron. Duele porque aún le quedaba mucho por decir y es otra de las víctimas de la pandemia de la Covid-19.

Por eso no pudo estar presente en las celebraciones por el aniversario 60 de la fundación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Desde esa trinchera también defendió la crítica cultural.

Estrada vivirá siempre en el corazón de quienes lo conocieron. Mi eterna gratitud hacia él por su noble gesto de estar entre quienes guiaron mis primeros pasos en el camino del periodismo.

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