25 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Click…Guillermo Piñeyro al aire!!!

Guillermo Piñeyro, hombre-orquesta y radialista apasionado, despeja incógnitas sobre las nuevas tecnologías y sus riesgos para la radio de hoy
Guillermo Piñeyro

Guillermo Piñeyro

Si la vida, tan rica como la propia imaginación, nos sorprende con historias increíbles de hombres tragafuegos, o arriesgados en piruetas desde el aire, entonces no debe asombrarnos descubrir algo insólito: un side man de la radio. Guillermo Aurelio Piñeyro Álvarez es el hombre-orquesta que todos anhelan tener en sus proyectos visionarios.

Director de programas, editor, musicalizador, creador de efectos sonoros, actor para el doblaje de películas, y hasta productor musical, este hombre de unos 55 jóvenes años ha desandado por caminos abruptos en su pasión por el éter, mas esa vibra por la comunicación radial lo atormenta como impulso, como faro.

La fórmula: hacer radio incansablemente, desde el ingreso al Servicio Militar, posteriormente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias y luego en los pasillos de Radio Habana Cuba, Radio Progreso, Radio Taíno, hasta llegar a Radio Rebelde, donde sedimenta un prestigio que lo encumbra como todo un maestro.

En más de tres décadas de compromiso, este Quijote de los mil molinos ha catapultado su labor con varios premios en múltiples ediciones del Festival Nacional de la Radio, además de importantes condecoraciones.

El Guille –apócope cariñoso para los más allegados– disfruta de otra gran satisfacción relacionada con el arte de las ondas radiofónicas: su primogénito también posee esa sangre divina que tienen los hombres temperamentales y arriesgados, de consolas llenas de teclas, volúmenes, referentes de audio, imaginación, talento, versatilidad.

Con tantos recuerdos felices en su carrera profesional –desde su incursión en los resúmenes de las telenovelas brasileñas en los años del Periodo Especial, el reto de escribir, grabar, editar y dirigir el programa por los 70 años de la Radio Cubana o el programa Sonido–, este radialista apasionado llega al portal de EN VIVO para despejar incógnitas sobre las nuevas tecnologías y sus riesgos para la radio de hoy, todo desde su experiencia con la revista cultural Así.

 Este espacio radial es un hito en la Radio Cubana. ¿Cómo llegó Guillermo a dirigir el programa?

Cuando me inicié ya el espacio llevaba 11 años en el aire. La verdad, yo no quería dejar el programa Sonido, pero se me dio esta posibilidad y llevo casi 15 años dirigiendo Así. Desde entonces tuvimos que hacer algunos cambios, no bruscos para mantener el sello de las transmisiones, pero quitamos lo que no funcionaba.

Gracias a la revista, pude trabajar con uno de los más grandes comunicadores que ha tenido la radio cubana de todos los tiempos: Franco Carbón, quien le imprimió un ritmo especial y además logró acercarse a la juventud, algo difícil teniendo en cuenta su edad avanzada.

Para nuestro trabajo me apoyo mucho en mi equipo de cuatro personas. Utilizo, además, las encuestas del Centro de Investigaciones Sociales del Instituto Cubano de Radio y Televisión, las cuales han reportado, por ejemplo, que mis oyentes pasan de los 30 años; entonces, debo prestar mucha atención al joven de 20. Colocar en la producción musical un temas de Barbarito Diez, la Orquesta Aragón pero también a Buena Fe responde a nuestro propósito de incorporar a todos en cada transmisión.

Con mucha suerte, por nuestra cabina han pasado los principales artistas de Cuba, desde Alicia Alonso, Leo Brower, María de los Ángeles Santana, Rosita Fornés, entre otros. Ellos y muchísimos más lo constituyen como un espacio radial creíble. Ver entrar un día a Chucho Valdés en la cabina y expresarme su afecto es una señal de respeto, no a mí, sino al programa, a la emisora. Eso se agradece mucho.

 Hace muy poco tiempo usted insertó nuevas secciones al programa. ¿Esto se debió a una estrategia para atraer más público o sencillamente necesitaba un cambio de ritmo?

Atraer más público fue una de las causas pero la principal resultó la jubilación de Franco Carbón, después de 25 años de trabajo en Así.

Siempre se ha dicho que segundas partes nunca fueron buenas, pero un programa es un conjunto de elementos y, aunque Franco era una parte primordial, también aportan mucho el realizador, los locutores, el asesor y, sobre todo, los colaboradores de todas las provincias. Entonces, tuve que romper con muchos signos que se identificaban con él: desde el tema de presentación “Así con Franco Carbón” hasta las cortinas musicales. La radio es hábito, así que probamos con una sonorización totalmente nueva, si bien decidimos mantener los spots con la voz de Consuelito Vidal, debido a su peso dentro del programa.

Asimismo, integramos nuevas personas en las secciones, siempre con el propósito de invitar a voces autorizadas. En el caso de las artes pláticas primero fue José de Larra, después José Rodríguez Fuster y hoy es Maikel Herrera; en cine incorporamos a Miguel Torres; en literatura a Víctor Pérez Galdós; en música al musicólogo Tony Pinelli; en danza al historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera; cada cual con su manera de decir.

Lo que sí no hemos perdido es el ánimo de discutir las mejores ideas. No me creo que mi palabra sea única y por ello acepto cualquier sugerencia o crítica. Esa es la misión del director: unificar criterios e impregnarnos de ese espíritu de trabajo.

¿Ha sido difícil incorporar a los jóvenes? ¿Cómo lograr un equilibrio entre estos y los más consagrados del equipo?

Imagínate. A veces, los jóvenes piensan que lo saben todo y lo primero es definir qué necesita el programa. Les pido por dónde quiero ir y ellos, a su vez, me sugieren variantes.

El problema del tiempo es vital para la radio y los muchachos no lo tienen incorporado; en este medio debe decirse mucho en pocos minutos para no aburrir. Por ello, sobre la marcha debes corregir errores. Si los dejas, se te va de las manos. Además, me gusta conferenciar los temas antes de entrar a la cabina, esa es mi responsabilidad también.

Hace algún tiempo, Silvio Rodríguez aseguraba en una entrevista: “A mí me gusta lo que tú me das porque tú me das lo que a mí me gusta”. Es decir, uno conforma la cultura del pueblo y es un deber moral y profesional no divulgar nada que pueda ser hiriente, picaresco quizás, pero no que incite a la violencia. Mucho cuidado debemos tener al transmitir cualquier mensaje por el éter, porque nuestros radioyentes son millones en el mundo. Y me sería muy triste decir, cuando llegue mi jubilación, que yo ayudé a deformar la cultura nacional.

 Después de su experiencia en todos o casi todos los eslabones productivos de una emisora. ¿Cómo pensar a la radio inmersa en los nuevos adelantos tecnológicos?

Actualmente, los avances tecnológicos nos sorprenden a una velocidad asombrosa, pero la radio se fundó a principios del siglo XX y aún no han podido sustituirla. No desaparecerá.

Hoy día guardas en tu bolsillo todo un almacén de música gracias a las facilidades de los MP3, MP4. Entonces, ¿cómo logro distraer la atención de esa persona para engancharlo con un programa radial?. En ese punto debes saber para quién trabajas y, fundamentalmente, si tu producto logra atraer el interés del oyente, porque corres el riesgo de que sencillamente cambien de emisora. Ese es el gran reto de ir con los tiempos.

 Usted pudiera catalogarse como un radialista apasionado. ¿Qué retos enfrenta la radio cubana actual en tiempos tan dinámicos, desde la tecnología hasta la propia vida?

Un eslogan de Radio Rebelde lo respondería muy bien “Al ritmo de la vida”, debemos ir a ese paso.

Cada día debes ser más conciso en el mensaje, dar menos teque, ser más cuidadoso con la selección musical, conocer más para quién trabajas y así no dar bandazos. Por ejemplo, radiar un reguetón no tiene sentido si mi público mayoritario se encuentra entre los 30 y los 70 años; eso sería trabajar por gusto, perder audiencia.

En la década del 50 muchas mujeres se quedaban en casa y por ello los productos comunicativos eran más calmados. Hoy esa fémina trabaja en la calle, hace los mandados, monta un ómnibus…, tantos problemas que conspiran contra la radio y aun así debes saber cómo imbricarte en ese mundo.

Soy de los optimistas que piensa que la radio debe existir siempre porque es un medio de comunicación muy barato y lo puedes llevar en un bolsillo.*

 ¿Piensa que algo de esa “acción” le falta a la radio de hoy?

Desde las emisoras comunitarias, las provinciales y nacionales, cada una tiene sus características. La radio cubana en general –y he podido recorrer la nación completa– es muy buena, sin ningún tipo de chovinismo; no obstante, no está exenta de criterios que conspiran contra esa perfección a la que aspiramos. Conozco realizadores que son muy capaces pero se divorcian de las audiencias y eso es peligrosísimo, porque trabajas para un público, no para ti. Esta es una lucha diaria. 


* Así Rebelde es el Facebook de este programa, una iniciativa para incorporar seguidores a las frecuencias del espacio y mantener un vínculo estrecho con las personalidades invitadas y la red de redes, a través de un intercambio in situ. También se ha logrado una experiencia visual a través de fotos y videos de las entrevistas, sin contar los trabajos periodísticos que se postean en la web de Radio Rebelde.

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