40 semanas y más deconstruyendo mitos
Entre los programas de la TV nacional dedicados al tema de la salud, se destaca uno que desde sus comienzos apuesta por construir y socializar aristas no trilladas de la maternidad y la paternidad como roles sociales.
El proceso del parto, el puerperio, el embarazo en la adolescencia, la importancia de la lactancia materna, la activa participación de ambos progenitores en la educación de los hijos, diversas expresiones de la masculinidad, la funcionalidad de la relación de pareja y la defensa de una dinámica familiar no violenta, son algunos de los temas abordados en el espacio.
Su actual conductora, Saray Alfonso, hace gala de su dominio temático y el buen desempeño en las entrevistas a los especialistas invitados. Sin embargo, la presencia de un conductor hombre (como sucedía en los primeros programas) era a mi juicio mucho más coherente con el objetivo del programa: deconstruir tabúes sociales, especialmente aquellos que definen el embarazo y el cuidado y educación de los hijos como funciones exclusivas de la mujer.
Ante la ausencia de un hombre que presente aunque sea las secciones, la dirección del programa pudiera plantearse incluir criterios de padres, abuelos, tíos, etcétera, acerca de cómo han asumido la paternidad y qué funciones, en su opinión, son propias de ella.
Hablando de secciones, el espacio cuenta con algunas muy útiles, como Crecer feliz, que orienta sobre los hábitos y conductas de los niños en diferentes etapas o ante distintos sucesos, por ejemplo, la llegada de un(a) hermano(a).
Otro de los espacios fijos de cada emisión es Hermosa siempre, dedicado a fortalecer, con consejos y sugerencias, la autoestima de la mujer.
La sección de fotos, en la cual se socializan las imágenes de los niños de los televidentes, tiene a su favor que da cuenta de la acogida del programa en un sector poblacional muy interesado en el tema.
No obstante, debieran ser más creativos e innovadores los comentarios de la conductora a cada foto. De esta manera se evitaría la repetición de palabras, el abuso de los adjetivos y la sensación de que ya se conoce la frase que dirá la voz en off para cada imagen.
Sin dudas 40 semanas y más constituye un espacio necesario en nuestros medios, por su labor de orientación social y de desmitificación de prácticas culturales.
Sería excelente que su equipo de realización se pusiera en contacto con los distintos cientistas sociales que hoy investigan estos temas en Cuba y poseen, además, fuertes lazos de cooperación con las comunidades a nivel nacional.
Incluir una mirada plural y representativa de las múltiples aristas y prácticas de la maternidad y la paternidad responsable en Cuba deviene una meta esencial de esta propuesta televisiva, dirigida no solo a la mujer embarazada sino, sobre todo, a la pareja y la familia en general.