Agradezco a la Radio Cubana el reconocimiento
René Romero Oramas fue galardonado con el Sello 90 años de la Radio Cubana. Labora desde hace varios en Radio Reloj; no tantos, pero sí los suficientes como para sentir que le pertenece de toda la vida.
Parece que René estaba destinado a pertenecer a la radio. Así lo sintió a los 16 años, cuando se aventuró a la novedosa planta radial Victoria de Girón en medio de un campo de naranjas en Jagüey Grande, el 8 de septiembre de 1977.
Oriundo de Matanzas, decidió dejar la ciudad y antes de que terminaran de construir Victoria de Girón comenzó a trabajar en ella. Aún no tenía edad laboral, pero se integró a un proyecto en el que los estudiantes eran los que hacían radio.
Para el niño que buscaba las voces dentro del radio de bombillas de la abuela, mientras ella cocinaba midiendo el tiempo de sus recetas por Radio Reloj, tener de pronto para él y otros tres compañeros un estudio radial con excelentes dimensiones y las mejores posibilidades técnicas del momento, era uno de los mejores regalos de la vida.
“Aprendí a grabar, editar, redactar, transmitir, reportar, dirigir. En las emisoras locales hay que hacerlo todo. No hay gente suficiente y así es mejor. Ya después vas decantando y eliges lo que te gusta más o donde mejor te desempeñas. Allí fueron tres años, retorné a Radio 26 y con el tiempo alcancé el primer nivel en locución, segundo en dirección de programas y como técnico de grabación, edición y transmisión de sonidos. Fue el mejor tiempo de mi juventud, en una emisora que mostraba un alto nivel creativo. Y no porque yo lo piense sino porque en los sonados Festivales Nacionales de la Radio de esa época se le otorgaron muchos premios. Había un sueño. Se trabajaba a cualquier hora, pero daba gusto oír el resultado.
“Recuerdo con mucho afecto programas como Siempre Joven y el Swing, sobre todo este último, con un lenguaje coloquial en que sin abusar de las consignas ni burocratismos logramos aportar algo a la cultura cubana de la resistencia en aquellos primeros tiempos del período especial. Yo decía que el programa salía a la hora del invento porque coincidía con la hora de salida de la gente del trabajo. Inventar en la transportación y después, en la cocina. ¿Te imaginas? Era un fenómeno.
“Era común que personas nos esperaran a la salida para agradecernos por haberles levantado el ánimo o por ayudarles a comprender a sus padres. Fue un tiempo duro. Una plaza sitiada, pero sin pólvora. Tristísimo. Pero el trabajo lo reconfortaba a uno”.
Un premio especial de narración le fue otorgado paralelamente al Caracol entregado en la UNEAC, de la cual es miembro desde 1991. Y a pesar de todo el reconocimiento que tenía en su provincia, no evitó que tomara la decisión de dejar la radio.
“A veces la vida te indica cuando hay que hacer una ruptura. Sin embargo, no me desvinculé del oficio. Me llamaron para la Gran Cadena Rebelde con que se transmitió el retorno del Che Guevara a Santa Clara y allí donde se unen las dos provincias (Matanzas y Villa Clara) anuncié a toda América que el Che volvía a Cuba”.
No se resistió a Radio Reloj
René se mantuvo muchos años alejado de los micrófonos. Durante ese tiempo no escuchaba radio. Su vida dio un giro, se concentraba en nuevas tareas en el Centro Provincial del Libro de Matanzas, hizo animación en centros nocturnos de Artex, después como Gerente en una división de la Empresa de Comercio Exterior de Publicaciones Ediciones Cubanas, en Varadero, dedicada a la comercialización del libro en frontera.
Pero conoció a una bella habanera y vino a parar a la capital. En el 2001 comienza a trabajar desde Prensa Latina con los libros de Ocean Press, hoy Ocean Sur, única editorial extranjera que tenía sucursal en Cuba.
“Soy como se decía antes, un ratón de emisora. Había tenido la experiencia de trabajar en otras plantas radiales, de hacer más que locución, pero definitivamente Radio Reloj es mi pasión. Así lo sentí desde el primer minuto pues, en una sola cuartilla puedes emplear todas las técnicas aprendidas en los demás tipos de radio, si lograste hacerlas; si las hiciste bien”.
Y después de tanto tiempo, la radio: y no cualquier radio.
“La vida da tantas vueltas, pero siempre vuelves a lo que verdaderamente quieres. Ahora estoy en la emisora en la que una vez pretendí trabajar dando los viajes en el tren eléctrico que viaja de mi ciudad a Casa Blanca. Vine, grabé varios minutos y al llegar a Matanzas ya tenía la confirmación del trabajo, pero fue tanta la agonía de un viaje que debía durar tres horas y demoró seis que se me quitaron las ganas de Radio Reloj. Por ese momento, claro. Después que me mudé a La Habana fue distinto, ya nada me impedía realizar mi sueño”.
René Romero goza de prestigio en la emisora de la hora y las noticias. Cumple estrictamente con su horario laboral y es muy cuidadoso con la oratoria. Sabe que los locutores son la cara de una emisora, de nada vale escribir un buen trabajo periodístico si el locutor no lo interpreta como es debido.
“Cuando has hecho locución a tus anchas, musicales, conciertos, festivales de Varadero, revistas, narración de dramatizados, documentales, animación de programas de música campesina, y espectáculos, te puedes dar el lujo de escoger lo que más te asienta y en mi caso es la noticia, aunque me insistan viejos amigos para que haga otros géneros.
“En la noticia puedes dar todas esas cosas, si tienes la experiencia, cuando tienen dramaturgia, cuando están escritas con gracia, limpias y honestas, aunque hay días que no tienen nada de eso. Hay días que no tienen ni alma y te montas en la guagua de regreso a casa convencido de que lo más importante que dijiste fue la hora. Pero al día siguiente te ponen delante un papel o te pasan por el telepronter algo que te salva la vida, algo que te indica que es la constancia la que obra el milagro y entonces ahí, en vivo, sin lectura previa, que es lo mágico de Radio Reloj, te realizas una vez más o el que te escucha te critica y te suicidas como comunicador”.
La radio es muy importante en cualquier sociedad. No ha sido superada ni por la Televisión ni por las nuevas tecnologías. Tiene sus propias leyes aunque debe interconectarse a tiempo con las nuevas formas de comunicación. Hoy sin Internet no hay nada. Negarlo, aplazarlo, limitarlo, es perder tiempo y desarrollo. La gente en el mundo oye radio en su radio, en el celular o por Internet. La radio es autosustentable, solo falta que le suelten las amarras.
“Radio Reloj se escucha sí, y es de esas cosas que se extrañan cuando uno está fuera Cuba, como dijo una vez Zenaidita Castro Romeu, pero hay que insistir en aquello de que…es verdad, lo dijo Radio Reloj, porque eso marca la diferencia, prestigia la fuente.
“Yo amo la radio, no puedo negarlo, seguiré detrás de un micrófono hasta que tenga aire en mis pulmones. Solo me queda agradecer a la Radio Cubana por entregarme el Sello 90 años, me siento satisfecho y es uno de mis tesoros mejor cuidados”.