Aida Rodríguez Sagrera: Una locutora inolvidable
La historia de la locución cubana es prodiga en figuras respetadas y queridas. Las primeras se formaron de manera empírica en la locución radial y, desde 1950, cuando comenzaron a emitir su programación regular nuestras primeras televisoras, le dieron sus voces, rostros y carismas.
De esa generación ya no se encuentran entre nosotros profesionales de gran excelencia artística como Germán Pinelli, Manuel Ortega, Antonio Pera, Enrique Navarrete, Dinorah del Real, Jorge Fraga, Nela del Rosario, Consuelo Vidal, Conchita García y José Antonio Cepero Brito, por solo mencionar los primeros que vienen a mi mente.
La hornada fundacional enseñó a los mozos que, con menos años, se incorporaron en lo adelante a estas actividades vitales para el ejercicio de la televisión pública.
Entre los iniciadores sobresale Aida Rodríguez Serguera, egresada de Secretariado comercial en la Gregg Academy habanera. Desde 1953, ingresó a Publicidad Fergo-Arregui, donde un año después era la empleada más destacada.
Para 1958, ya había egresado de la Escuela de Publicidad Profesional cubana en La Universidad de La Habana y, tras el triunfo revolucionario, se integró al llamado Consolidado de la Publicidad, donde se núcleo el remanente de las agencias restantes tras la nacionalización.
En 1962, se funda el Instituto Cubano de Radiodifusión (luego renombrado Instituto Cubano de Radio y Televisión), del cual resulta fundadora.
Con el paso del tiempo se integra a un curso de locución y, desde 1969, comenzó en la emisión del mediodía del Noticiero Nacional de Televisión, donde permanece por 23 años continuos derrochando maestría, elegancia y mesura.
Para suerte del ICRT, nuestra querida Aida también fue locutora en la emisión matutina de Radio Reloj y condujo diversos programas habituales como Arte y Folklore, donde entrevistó a importantes personalidades de la cultura como: Miguel Barnet, Alicia Alonso, Las cuatro joyas, Víctor Jara, Daniel Viglieti, y otras.
Desde los años setenta, en varias oportunidades, representó a Cuba en los Días de nuestra televisión en las televisoras de los países socialistas europeos; condujo concursos como el Adolfo Guzmán y otros espectáculos o festivales desde los teatros habaneros.
Entre 1981 y 1983, representó a América Latina en Radio Moscú. Al retornar, la acogieron el Noticiero Nacional de Televisión y la Revista de la Mañana, asimismo integró las Comisiones de evaluación artística de sus futuros colegas.
Tras su jubilación, estudió Computación, matriculó en las aulas de la Cátedra del Adulto Mayor; las plantas y su familia ocuparon su tiempo.
Su trayectoria en los medios de comunicación y en la cultura constituye una hermosa muestra de talento, superación, profesionalismo y consagración que dignificó a la historia de la locución cubana.