Amada Morado: actriz de todos los medios audiovisuales
Desde pequeña, Amada Morado quedó encantada con la actuación, y animada por el deseo de convertirse en artista hizo su aparición con la televisión, pues no conocía el teatro y en su casa solo se escuchaban las novelas radiales, tan populares en esa época.
Cuando le planteó a sus padres y abuelos, todos gallegos, que quería matricular en un curso de actuación, ellos se insultaron y le dijeron que las mujeres decentes tenían que estudiar magisterio o secretariado y prepararse para el matrimonio.
Leía mucho, tanto libros como revistas y periódicos. Un día leyó un anuncio que informaba de un curso de arte dramático en la Academia Municipal. Tenía 14 años, y sin penarlo dos veces, fue y se matriculó.
Comenta con picardía que mientras sus padres la hacían recibiendo lecciones de mecanografía y taquigrafía, ella estaba en las clases de actuación.
Cuando los progenitores se enteraron, la mandaron para la casa de una tía que era peluquera para que aprendiera el oficio. Transcurrían los años 50’s signados por la dictadura de Fulgencio Batista.
Cuando triunfa la Revolución en 1959, la tía y la abuela de Amada le proponen a Amada que se vaya con ellas para Galicia, entonces la muchacha se va de la casa con las pocas pertenecías que tenía y 10 pesos, solo tenía 16 años y ese dinero lo había recibido de las propinas que le daban en su profesión de manicura.
Comenzó a caminar, buscando una casa de huéspedes, una señora que la encontró llorando la ayudó a encontrar lo que buscaba, donde tenía derecho a bañarse y dormir en un pequeño cuarto y así comenzó su nueva vida arreglando manos y asistiendo a las clases de arte dramático; también participó en un curso de primeros auxilios en el hospital Calixto García.
Pudo graduarse el 14 de marzo de 1961. Con el arreglo de manos no podía subsistir y encontró trabajo en una fábrica de camisetas como operaria, pero no olvidó su pasión por la actuación.
Comenzó como aficionada en un grupo de danzas folclóricas y en 1965 se incorpora a un grupo de teatro de aficionados del Sindicato Nacional de Artes y Espectáculos. Este grupo iba a los campamentos cañeros y en algunas jornadas compartió actuaciones con la gran actriz Gina Cabrera.
En 1966 comienza a asistir a un taller de actuación con Vicente Revuelta. Ese fue su primer contacto con actores ya consagrados. Sobre esa etapa resalta que le permitió descubrir “el maravilloso mundo del teatro”.
Un día su amigo, Mario Aguirre, le dice que están buscando protagonista para la obra Fiebre de primavera, pues la actriz principal se había enfermado; el director, Rubén Vigón, le hizo la prueba a Amada y la aceptó.
Para ella fue un doble orgullo pues le tocó trabajar con la excelente actriz María de los Ángeles Santana.
Ya no había nadie que la detuviera en el trayecto para cumplir sus sueños de niña y adolescente. En 1968 se incorpora al elenco de Teatro Estudio con Raquel Revuelta, “quien aportó mucho a mi carrera profesional.
En este grupo he trabajado durante todos estos años. Ahí he hecho grandes clásico del teatro: Bodas de Sangre, La casa de Bernarda Alba, Los soles truncos y tantas otras”.
A la televisión llegó después y durante diecisiete años ha protagonizado infinidad de personajes con los grandes directores de dramatizados en ese medio: Xiomara Blanco, Silvio Hernández y Miguel Sosa, entre otros.
“La televisión ha sido para mí, además de una escuela en mi desarrollo profesional, el medio que ha posibilitado que este pueblo maravilloso me conozca, y donde he compartido con actores y actrices maravillosos”, destaca Morado.
Asimismo apunta la importancia que concede al trabajo de doblaje en la televisión y el entrenamiento proporcionado por su experiencia en la radio.
Esta destacada actriz ha realizado giras internacionales representando a nuestro país en España, Portugal, Yugoslavia, la antigua Unión Soviética, Colombia, México y Venezuela.
Para ella ha sido una dicha haber realizado sus sueños y se siente muy feliz. Recalca que si volviera a nacer haría lo mismo. Por su labor durante tantos años ha recibido numerosos premios y condecoraciones: Vanguardia Provincial del Sindicato de Trabajadores de la Cultura, Premio de actuación Caricatos 2004 por su actuación en Los soles truncos, Diploma por los 50 años de Teatro Estudio, Sello Conmemorativo por los 65 años de la televisión cubana, medalla Raúl Gómez García, Distinción Majadahonda de la Uneac, Artista de Mérito y hace muy poco al premio Enrique Almirante, instituido por la agencia Caricato.
Para finalizar su diálogo con En Vivo Amada Morado asegura: “He sido consecuente con mis ideas, no me doy por vencida fácilmente y si volviera a nacer, tal vez para hacer mis sueños realidad sería otra. Para mí el pasado quedó atrás, en el baúl de los recuerdos. Vivo el presente trabajando tan perseverante como siempre. Miro hacia el porvenir con la esperanza de un mundo mejor para todos”.